Zooey Deschanel reaparece después de años de silencio: cómo reflotar una carrera con un ‘podcast’
Su vuelta laboral coincide con el furor por el estilo ‘twee’, una tendencia que se nutre de vestidos de colores vivos, lazos de adorno, estampados de lunares o animalitos, cuellos babydoll y flequillos largos un poco abiertos.
El pasado 13 de enero, Zooey Deschanel anunció en sus redes sociales un nuevo trabajo que no tiene demasiado de novedad. Se trata del podcast Welcome to Our Show en el que revisa la exitosa serie New Girl, que protagonizó desde 2011 a 2018. Junto a ella están Hannah Simone y Lamorne Morris, los dos compañeros de elenco que representaban a Cece y a Winston respectivamente. Cada lunes lanzan un episodio nuevo –por ahora ya han hablado del capítulo piloto y de ...
El pasado 13 de enero, Zooey Deschanel anunció en sus redes sociales un nuevo trabajo que no tiene demasiado de novedad. Se trata del podcast Welcome to Our Show en el que revisa la exitosa serie New Girl, que protagonizó desde 2011 a 2018. Junto a ella están Hannah Simone y Lamorne Morris, los dos compañeros de elenco que representaban a Cece y a Winston respectivamente. Cada lunes lanzan un episodio nuevo –por ahora ya han hablado del capítulo piloto y de alguno de los míticos como el de la primera boda– en el que comentan curiosidades del rodaje, qué ocurría en bambalinas, algún cotilleo suave y echan una partida de True American, un juego de beber inventado para la sitcom.
Casualmente o no, la reaparición laboral de Deschanel coincide con una vuelta del estilo twee que tuvo su momento álgido durante los años que se emitió la serie y del que ella fue y sigue siendo la principal representante. Una tendencia que se nutre de vestidos de colores vivos, lazos de adorno, faldas cortas, estampados de lunares o animalitos, diademas, cuellos babydoll, merceditas y bailarinas, rebecas de punto y flequillos largos un poco abiertos.
En su origen, esa imagen también llevaba asociada una actitud: la de la chica inocente, un poco excéntrica, patosa, cantarina y jovial que siempre se quiere llevar bien con todo el mundo. Básicamente, la personalidad de Jess, la protagonista de New Girl a la que da vida Deschanel. Una profesora de educación infantil con gafas de pasta que se muda a un piso compartido con tres compañeros después de descubrir la infidelidad de su novio. Por supuesto, la llegada de una mujer en un piso de hombres provoca el mismo desconcierto que la de un alienígena. Pero ella es tan adorable pese a su torpeza –física y social– que la convivencia funciona durante ocho años.
La serie obtuvo numerosas nominaciones a premios como los Globos de Oro, los Emmy o los People’s Choice Award –Deschanel consiguió un TV Guide Award y un Critics’ Choice Television Awards y Hannah Simone, un Teen Choice Award– y gestó un fandom considerable. De hecho, aunque el tiempo no le ha sentado bien a los primeros capítulos, según avanza el nivel de comedia alcanza niveles más que aceptables (la incorporación de Kay Cannon, responsable de muchos capítulos de 30 Rock, al equipo de guionistas tuvo mucho que ver).
La clave de la mejoría recayó precisamente en, como recordó el crítico cultural Shaad D’Souza en The Guardian, el cambio del planteamiento de los personajes, que se transfiguraron en la caricatura del arquetipo que representa cada uno: “Jess se convierte en un sabelotodo delirante; Nick comienza a actuar como un anciano cascarrabias en el cuerpo de un treintañero; Schmidt, un sociópata quisquilloso y obsesionado con su imagen; y Winston, un bromista moderadamente tonto”. Hasta la sintonía de la serie –una canción compuesta precisamente por Deschanel, que también es música– cambió.
Se acabaron los lazos y el encanto de la torpeza
La actriz ha quedado perpetuamente ligada a la personalidad y estética de su personaje que aparenta ser la suya en la realidad. Una década después, sigue manteniendo su aspecto y su actitud cándida en público (sus redes sociales podrían ser las de Jess), algo que no parece haber ayudado demasiado a su carrera profesional. El arquetipo de la Manic Pixie Dream Girl se sometió a una revisión con perspectiva de género que señaló la base misógina sobre la que estaba construido: mujeres que solo atendían a una fantasía masculina que justificaba su frustración amorosa. Comenzó con Amélie de Jean-Pierre Jeunet, llegó a su cumbre con Summer, la protagonista de (500) Días juntos (interpretada también por Deschanel) y acabó prácticamente con Jess en New Girl.
Tras el final de la sitcom, la carrera de la artista se detuvo tanto en el plano actoral como en el musical (el último disco de She & Him, dúo que integra junto a M. Ward, fue Christmas Party en 2016). Comenzaron en los medios especializados en cine y celebrities las cábalas sobre los motivos de su desaparición: no pagaba a sus representantes, estaba cansada de actuar o centrada en la crianza de los dos hijos que tuvo con su exmarido, el productor Jacob Pechenik. Pero su actual relación con Jonathan Scott, uno de los hermanos que presentan el famoso programa televisivo Los gemelos reforman dos veces, ha vuelto a captar la atención de la prensa, sobre todo la del corazón, y parece que su regreso va más allá de su vida personal.
En septiembre de 2021, She & Him sacó un sencillo con tres canciones navideñas titulado Holiday y se acaba de anunciar la participación de la actriz en la adaptación del cuento infantil Harold y el lápiz color morado. Pero al contrario que otros actores como Matthew McConaughey o Sarah Jessica Parker, que en su momento dieron un giro a su carrera para liberarse del encasillamiento, Deschanel continúa estirando el chicle de representante del twee, la llave que le abrió la puerta de la fama y la que se la cerró después.
Han sido las usuarias de TikTok, el sitio donde todo ocurre ahora, quienes han rescatado esta moda que desapareció no hace tanto tiempo y que, de hecho, seguramente siga latente en muchos fondos de armario (en España, marcas como Kling o Pepa Loves fueron insignias del estilo). Ella, que pese a lo que proyecta su carisma no tiene un pelo de tonta, ha recogido el balón y ha hecho su propio vídeo dándole a las gracias a la red social por enseñarle lo que ella misma representa.
Además, se ha unido al boom de los podcast que revisan las series que fueron míticas hace años. Muchos, como Buffy The Gilmore Slayer están hechos por fans, pero los actores de esas ficciones han visto el filón y los programas como Welcome to Our Show son cada vez más habituales. En 2016, se comenzó a emitir The West Wing Weekly, conducido por Joshua Malina (Will Bailey en la serie). También está Welcome to the OC, Bitches!, con Rachel Bilson y Melinda Clarke (Summer Roberts y Julie Cooper) o el recién estrenado XOXO, acerca de Gossip Girl y presentado por Jessica Szohr (Vanessa Abrams).
Según Will Pearson, director de operaciones de iHeart Radio Podcast Network, el éxito de estos programas se debe a un efecto de la pandemia por el cual los oyentes necesitan “consuelo, escapismo y una razón para sonreír siempre que sea posible”. Durante el confinamiento y los meses de incertidumbre que le siguieron, en la compañía decidieron apostar por el sentimiento de nostalgia que inundaba el ambiente: “La gente recordaba tiempos mejores, buscaba confort y algo a lo que aferrarse».
Como con todo lo referente a la nostalgia, la recuperación del twee puede traer consigo antiguos problemas como la normatividad física que exigía o el mencionado arquetipo de la Manic Pixie Dream Girl. Pero si algo bueno tiene lo cíclico de la moda es que permite reinterpretarla en el nuevo contexto social al que llega desde el pasado. El podcast de Zooey Deschanel podría servir para deconstruir su propio personaje público y mostrar que, más allá de los discos de Sarah Records y los cuellos babydoll, poco más hay que recuperar.