Zoe Kazan: «Odio que un personaje femenino se reduzca a la ropa que lleva»

Descartada por Hollywood por inclasificable, la actriz decidió escribirse un papel a medida en Ruby Sparks, una insólita comedia romántica que ha rodado con su novio, Paul Dano.

Fue la amante de Leonardo DiCaprio en Revolutionary Road (2008) y la hija de Meryl Streep en No es tan fácil (2009). Pero Hollywood la trató de bicho raro y no le ofreció más que secundarios sin sustancia. Zoe Kazan se toma ahora su revancha con Ruby Sparks, lo último de los directores de Pequeña Miss Sunshine (2006), Jonathan Dayton y Valerie Faris. La actriz, nieta del director Elia Kazan, la protagoniza junto a su actual pareja, Paul Dano. También firma el guion de esta comedia romántica extraña y agridulce, que relata la historia de un escritor en cris...

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Fue la amante de Leonardo DiCaprio en Revolutionary Road (2008) y la hija de Meryl Streep en No es tan fácil (2009). Pero Hollywood la trató de bicho raro y no le ofreció más que secundarios sin sustancia. Zoe Kazan se toma ahora su revancha con Ruby Sparks, lo último de los directores de Pequeña Miss Sunshine (2006), Jonathan Dayton y Valerie Faris. La actriz, nieta del director Elia Kazan, la protagoniza junto a su actual pareja, Paul Dano. También firma el guion de esta comedia romántica extraña y agridulce, que relata la historia de un escritor en crisis y una musa imaginaria que cobra vida. El próximo viernes desembarca en la cartelera española.

Es hija de guionistas, nieta de director y dramaturga. ¿Enfrentarse a la página en blanco estaba escrito en su destino?

No estoy segura de creer en el destino, pero está claro que tenía una predisposición fuerte. Cuando tus padres se ganan así la vida, te dices desde pequeña que no te será imposible vivir de esto. Siempre creí que no sería escritora, porque también estaba familiarizada con lo negativo del oficio. Ver a mis padres sentados todo el día detrás de un escritorio no me parecía el colmo de la diversión. Preferí ser actriz.

¿Escribió el papel para sí misma porque Hollywood no le ofrecía nada interesante?

Un actor siempre quiere mejores papeles, aunque nunca me he sentido frustrada por mi carrera. Soy ambiciosa, pero mi intención no ha sido convertirme en una estrella. Prefiero tener calidad de vida y disfrutar con lo que me toca interpretar. Supongo que por eso he hecho tanto teatro. Después de Revolutionary Road, lo rechacé todo, fui a Nueva York y actué en tres obras seguidas. Nada de lo que me proponían en el cine era ni la mitad de interesante.

¿Diría que no encaja con lo que los grandes estudios quieren ver en una actriz joven?

Sí, puede que no sepan qué hacer conmigo. Por otra parte, es un momento difícil para realizar películas. Empecé justo cuando el mercado comenzaba a hundirse. El tipo de cine que me interesa, que no es necesariamente taquillero, tiene menos salida que hace unos años.

Su Ruby parece una caricatura de la chica deliberadamente excéntrica que tan bien encarna Zooey Deschanel…

No siga, que no dejo de meterme en problemas por contestar a esta pregunta [risas]. Tengo opiniones firmes sobre el tema y me cuesta cerrar el pico. Escribí el guion para tratar de combatir cierta tendencia del cine actual, donde muchos personajes femeninos son bidimensionales y responden a un ideal que solo existe en la cabeza del guionista. Odio que se reduzca a un personaje de mujer a la ropa que lleva, a cómo huele o a qué música escucha. Me parece peligroso y algo misógino.

¿No complica la vida doméstica protagonizar una película con su pareja?

Un poco. Todos los actores tenían derecho a exponerme sus ideas para mejorar el guion. Todos, excepto Paul [risas]. Es verdad que no mejora tu vida privada, aunque sí facilita tu trabajo. Con actores que no conoces sueles experimentar menos por miedo a hacer el ridículo. Con Paul nunca tuve ese problema, porque ya me he puesto en ridículo miles de veces delante de él.
 

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