Y los únicos que arriesgan son ellos
Ellas aburridas y previsibles… Ellos divertidos e irreverentes. La moda cambia de sexo para hacer una auténtica declaración de estilo.
¿Sorpresas? Ninguna. Hace tiempo que la gala de los premios Oscar perdió su espontaneidad en favor de estudiados (y mucho más rentables) estilismos. La alfombra roja es cada edición más previsible… y aburrida. Cuando hay un contrato de por medio, la elección de vestido puede anunciarse incluso antes de que se enciendan las cámaras del teatro Dolby de Los Ángeles. Lupita Nyong'o es la chica de moda y, antes de subir al escenario para recibir el galardón a la mejor actriz de reparto, ya sabíamos que en la etiqueta de su vestido leeríamos made in Italy. Miuccia Prada a...
¿Sorpresas? Ninguna. Hace tiempo que la gala de los premios Oscar perdió su espontaneidad en favor de estudiados (y mucho más rentables) estilismos. La alfombra roja es cada edición más previsible… y aburrida. Cuando hay un contrato de por medio, la elección de vestido puede anunciarse incluso antes de que se enciendan las cámaras del teatro Dolby de Los Ángeles. Lupita Nyong'o es la chica de moda y, antes de subir al escenario para recibir el galardón a la mejor actriz de reparto, ya sabíamos que en la etiqueta de su vestido leeríamos made in Italy. Miuccia Prada apostó por la actriz de 12 años de esclavitud hace varios meses, cuando decidió que ella (y no una modelo) sería la protagonista de la campaña de Prada de primavera-verano 2014. Y esta noche, en los Oscar, la pasarela de moda más mediática y tuiteada, Lupita ha llevado un diseño de Miu Miu (del grupo Prada, por supuesto), de color azul bebé, o aguamarina… o azul Nairobi, como lo ha descrito la actriz keniata.
Bradley Cooper y Michael Fassbender fueron sin duda los más elegantes de la noche.
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Otro ejemplo: Esta primavera Jennifer Lawrence es, de nuevo, imagen de la casa francesa Dior (con un contrato de 20 millones de dólares hasta 2015). Cierto, quizá no haya convencido al jurado con su papel en La gran estafa americana. Sin embargo, aunque este año no haya conseguido la estatuilla, todas las miradas estaban puestas desde primera hora de la tarde en su vestido: un palabra de honor de Christian Dior Couture de color rojo.
Nadie se ha salido del guión. La paleta de colores ha sido casi monocromática. Más que una alfombra roja, parecía una pasarela gris. El negro (del Givenchy de Julia Roberts) y el blanco roto (una veces marfil, otras con reflejos malva o brillos metálicos) han sido los ganadores. De prueba el selfie que ha publicado Ellen Degeneres en su cuenta de Twitter, la imagen más compartida en esta red social de la historia. En la foto aparecen Bradley Cooper, Brad Pitt, Angelina Jolie, Julia Roberts, Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Kevin Spacey, Jared Leto, Lupita Nyong'o… y un único color: el rojo del Dior de Lawrence.
Ellos optaron por poner color en la elección de sus pajaritas.
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Y es que los Oscar no siguen las tendencias de Milán, Nueva York o París. Tienen su propio código de estilo. El teatro Dolby es el hábitat natural de los diseños palabra de honor, los cortes sirena y las aplicaciones de pedrería. ¡Siempre! Por eso, este año los protagonistas de la Moda con mayúscula han sido ellos. Los hombres. Los actores. Ellos han sido los únicos que de verdad han pronunciado un discurso de estilo. Ya sea con tuxedo azul marino (como Kevin Spacey o Jason Sudeikis, de Valentino), con chaqueta y chaleco granate (como Chris Hemsworth), o con esmoquin blanco, al más puro estilo 007, una tendencia con licencia para triunfar. Esta es la opción que han elegido los ganadores: Jared Leto (de Saint Laurent by Hedi Slimane), mejor actor de reparto por Dallas Buyers Club, y Matthew McConaughey (de Dolce & Gabbana), mejor actor por la misma película.
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Pero el que de verdad ha atraído una vez más todas las miradas (y todos los comentarios) ha sido Pharrell Williams. Él público lo esperaba ansioso. A él y a su famoso sombrero. Juntos han levantado al público y han hecho bailar a las actrices sentadas en la primera fila del teatro al ritmo de Happy. Pero eso ha sido dentro. Fuera, sobre la alformbra roja, Pharrell ha sorprendido con un esmoquin con bermudas de Lanvin. Eso sí que es presumir de piernas y no lo de Angelina Jolie en la gala de hace dos años.
El cantante no pasó desapercibido en pantalones cortos.
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