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Hubo un tiempo en el que Victoria Beckham sonreía todo el rato (y tenemos 15 pruebas)

%%excerpt%% La ex Spice Girl es famosa por mantener la expresión seria e implacable sea cual sea la situación. Pero no siempre fue así.

"Fashion stole my smile" ("la moda me robó la sonrisa"). Victoria Beckham no dudó en lanzar una camiseta explicando irónicamente su aversión a posar sonriendo. “A estas alturas la gente todavía me pregunta por qué no sonrío en las fotos y he querido hacer esta camiseta para que todo el mundo vea que tengo sentido del humor", explicó. Es cierto que la diseñadora luce un rictus implacable y muy serio en todas sus apariciones y fotos. Pero no siempre fue así.
En su época como integrante de las Spice Girls era frecuente verla sonriendo (quizá porque "la moda aún no le había quitado las ganas").
La diseñadora, que ha confesado en alguna ocasión que odia que le pregunten por qué nunca sonrié, se pasó los 90 y el comienzo de los dos mil posando con sonrisa de oreja a oreja. Una mueca que resulta curiosa e imposible de ver en la actualidad.
Aquí, en 1996, posando junto a sus compañeras musicales tan sonriente como ellas. Ahora, sin embargo, se empeña en mantener la seriedad. Cuando se reencontraron hace unos meses fue la única que posó en la foto de Instagram que se hizo viral sin un ápice de felicidad.
A pesar de su semblante, la ex Spice Girl demuestra en sus redes sociales que sí sabe reírse de sí misma (aunque sea para sus adentros). En su cuenta de Instagram lo mismo compara uno de sus vestidos rojos con la flamenca de WhatsApp, que se hace un selfie con un filtro de lo más atrevido o posa en albornoz haciendo gala de su flexibilidad.
Mientras que ahora celebra su aniversario con David Beckham posando impasible, en 1998 se dejaba ver así de risueña junto al que por aquel entonces era su nuevo novio.
Así de feliz la captaron las cámaras en la firma de Learning to Fly, su libro autobiográfico. Nadie se la imagina ahora saludando así de amable al final de uno de sus desfiles.
Ni rastro queda ahora de la estética que lucía en los 2000: adiós al pelo corto, a las cejas finas, al pintalabios marrón brillante y a los tops lenceros de cuello halter. Pero, sobre todo, adiós a enseñar los dientes.
A pesar de que todo el mundo sabe que ya no es amiga de mostrar jolgorio en público, cada nueva aparición genera un río de comentarios y teorías que intentan analizar sus escasas muestras de buen humor. Ocurrió en la boda real de Meghan Markle y el príncipe Harry, donde la criticaron por aparecer con un vestido muy oscuro y demasiado seria. Ella contestó en Instagram de manera muy sutil posando con una sudadera en la que podría leerse: "Es un lugar oscuro pero feliz". Y por si había alguna duda aclaró en el pie de foto: "Cuando te estás riendo por dentro".
Para hacer honor la verdad, lo cierto es que tirando de hemeroteca es fácil encontrar sonrisas tan forzadas como esta. "Para tener que fingirla es mejor evitarla", debe pensar ahora.
Convertida ahora en respetada diseñadora e icono de buen gusto (cada una de sus apariciones públicas es analizada con lupa y aplaudida), parece improbable volverla a ver riendo a mandíbula batiente y, mucho más imposible aún, vistiendo pañoleta roja y mono de cuero.
Victoria, ¿esta eres tú?
Otra foto de familia feliz junto a Mel C, Mel B y Emma Bunton allá por 1996.
En esta época Victoria vivía en Madrid y, a pesar de que "le olía a ajo", la sonrisa no se le borraba de la cara.
Con o sin sonrisa, la excantante es una de las mujeres más influyentes del momento (estilísticamente hablando, sobre todo) y demuestra que no hace falta ser complaciente con lo que se espera de ti. Quien quiera comprobar que realmente sabe reírse de todo y de ella misma, no tiene más que echar un vistazo a su cuenta de Instagram.

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