Un año de ‘Goslingmanía’

En mayo de 2011, Ryan Gosling presentaba ‘Drive’ en Cannes. Empezaban así 12 meses en los que el actor se convirtió en un género en sí mismo en Internet

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El miércoles arranca la edición número 65 del festival de Cannes, lo que significa varias cosas: que David Cronenberg, Michael Haneke, Jacques Audiard, Walter Salles y algunos directores más presentarán películas. Que Nicole Kidman, Brad Pitt, Robert Pattinson, Kristen Stewart y Marion Cotillard pisarán la alfombra roja. Y, más importante aún (al menos para algunos rincones de Internet), que se cumple un año de un fenómeno que revolucionó las hormonas de internet y que no es otro que la Goslingmanía.

Los historiadores del futuro podrán discrepar sobre la fecha exacta del inicio de la elevación a los altares de Ryan Gosling, pero no es arriesgado afirmar que, si bien el actor y ex miembro del club Mickey Mouse ya llevaba más de una década en la industria y cosechaba partidarios tanto en las trincheras del cine indie gracias a películas como Half Nelson, Lars y la chica de verdad y Blue Valentine, como entre los aficionados al drama romántico de la escuela de Nicholas Sparks (El diario de Noa es un weepie en toda regla, una peli para llorar), fue cuando presentó Drive en Cannes cuando se aceleró el estrellato de Gosling.

En una edición del festival como la del año pasado, en la que presentaban película Terrence Malick, Almodóvar, Kaurismaki, los hermanos Dardenne, Lars von Trier (recuérdese cómo acabó aquello) y demás, el filme de Nicolas Winding Refn sobre un silencioso (muy silencioso) conductor-especialista llegaba con moderadas expectativas. Y, de hecho, la mayor parte de grandes medios se saltaron la rueda de prensa de presentación, a la que Gosling acudió con una camisa de raso pijamera, adelantándose varios meses a la tendencia unisex a salir de casa como Cary Grant se metía (seguro) en la cama.

 Pero algo pasó y la película, de irresistible potencial icónico (esa cazadora de escorpión, esa banda sonora con Kavinsky), se convertía, conversación a conversación, en el secreto peor guardado del festival. Y Gosling, que se pasó todo el certamen paseando su bromance con el director –se dieron besos en la alfombra roja y se les vio pasear con la hija de Winding Refn a hombros, como si fueran una modélica familia homoparental-, empezaba así el año en el que se convirtió en el hombre de moda.

En internet, Gosling ya llevaba tiempo siendo objeto de un culto minoritario, pero se puede decir que a lo largo de 2011 pasó a ser un género en sí mismo, como los gatos o los mashups (los vídeos y tumblrs que mezclan dos productos culturales), un motor generador de memes a razón de varios por día. El padre de todos ellos es el tumblr Fuck Yeah, Ryan Gosling, que funciona desde 2008 posteando fotos de Gosling con mensajes que parodian la fantasía femenina estándar, todos encabezados por un “Hey Girl”. Gosling en camiseta: “Eh, chica, estoy deseando llegar a casa y darte un masaje en los pies”. Gosling con un banjo: “Eh, chica, he escrito 20 canciones sobre lo bien que te huele el pelo”.

Durante una entrevista para MTV, el propio Gosling leyó alguno de esos mensajes, con efectos previsiblemente adorables. Aquello debió dar alas a internet, porque a partir de ahí nacieron tod tipo de tumblrs especializados: Ryan Gosling tipógrafo , Ryan Gosling publicista, Ryan Gosling en Sillicon Valley, Ryan Gosling politólogo, Ryan Gosling Trabaja en Desarrollo Internacional (sí, la cosa empezó a irse de las manos)…y el más significativo de todos ellos, Ryan Gosling Feminista, con fotos del actor declamando frases de teoría recién salida de una clase de Estudios de Género. Ejemplo: Hey Girl, te hiciste un cuarto propio, y otro cuarto en mi corazón”. El actor, criado por una madre soltera, ha interpretado varios papeles en pantalla que han cimentado esa imagen de anti-macho alfa que es en gran parte culpable de su éxito. En Blue Valentine se hace cargo de un bebé que no es suyo, en El diario de Noa espera pacientemente a su co-estrella, Rachel McAdams (que fue su pareja en la vida real) escribiéndole cartas (la cosa bordearía en la sociopatía de no ser por el factor Gosling) y en Drive, dejando de lado su tratamiento del personaje de Christina Hendricks, lo hace todo por una mujer (y su hijo) sin llegar a presionarla. Incluso en Crazy Stupid Love, en la que interpreta a un sexy mujeriego, dedica una ridícula cantidad de tiempo a ayudar a un tipo que acaba de conocer (Steve Carrell) y acaba comprometiéndose con Emma Stone. Como escribieron en el blog Girls Like Giants, “Gosling ha ido perfeccionando lentamente un tipo de masculinidad fílmica particular que tiene sus raíces en Clint Eastwood y John Wayne pero que a la vez es totalmente novedosa. Sus personajes suelen ser reticentes, incapaces de expresarse, de compartir su alma. Se ha especializado en miradas enigmáticas que te hacen suspirar: ¿en qué debe estar pensando?”.

«Eh chica, Derrida cree que el lenguaje es lo suficientemente fluido como para romper la frontera del género, pero a nosotros nada nos dividirá».

Pero la Goslingmanía no es cosa de chicas. El crítico de cine de The Guardian hizo notar en su crítica de Drive: “no existe columnista masculino en Gran Bretaña que no haya manifestado un excruciante cuelgue  por Ryan Gosling”. Y quien dice Gran Bretaña dice el mundo. No por nada triunfó en Twitter el hashtag #gayforgosling, con el que hombres heterosexuales dan rienda a su pasión por el actor canadiense. Un bloguero de Funny or Die confesaba su amor por Gosling (y se disculpaba ante su antiguo amor, Jon Hamm) añadiendo un detalle: lo que El club de la lucha hizo por Brad Pitt (conseguirle una base masculina de fans), Drive lo hizo por Gosling.

El actor llevó a su madre a una première en Toronto.

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Y mientras, Internet daba rienda suelta a sus hormonas (quien no lo haya hecho, puede echar un vistazo al tumblr titulado ¿qué es más mono, Ryan Gosling o un perrito? o a esta colección de vídeos de Gosling cantando, desde que era un rapero prepúber hasta que tocó el ukelele en Blue Valentine) el actor iba haciendo de las suyas. En agosto pasado salió a la luz un vídeo casero en el que se veía como el actor, vestido con bermudas y camiseta de tirantes, separaba una pelea que se había generado en las calles de Nueva York. Y hace apenas un mes reforzaba esa imagen de héroe cívico cuando, al parecer, salvó de morir atropeallada a una periodista inglesa, que lo contó en Twitter y generó, como era de esperar, toda una minitormenta mediática.

Sus esfuerzos en el campo del estilo tampoco han pasado desapercibidos y ya se habla del “efecto Gosling”, según el cual las jóvenes estrellas masculinas de Hollywood se atreven con piezas menos convencionales en la alfombra roja inspiradas por los trajes ligeramente excéntricos que suele lucir el protagonista de Crazy Stupid Love (de cuadros, de terciopelo, en azul eléctrico, en color burdeos, con botonadura cruzada). Una galería, a cargo de las dos autoras del muy recomendable blog Go Fug Yourself,  repasaba la evolución estilística del actor (sin obviar su periodo de sobrepeso circa 2007).

Del tumbr ‘¿Qué es más mono, Ryan Gosling, o un cachorrito?»

En el Año I de la Goslingmanía tan sólo la Academia de Hollywood permaneció inalterable a los encantos del actor, que no le nominó ni por Drive ni por su papel protagonista en Los idus de marzo. Aquello, por lo menos, no generó una protesta, pancartas incluidas, como la que se generó cuando la revista People, tan fuera de juego como la Academia, declaró a Bradley Cooper como Hombre más Sexy del Año. Varias decenas de manifestantes se congregaron ante la sede de la revisa con caretas de Gosling y cantaron lemas como “Bradley Cooper no está mal, pero Ryan Gosling es fenomenal”. Eran los mismos que inundaban las webs que colgaban la crepe con forma de Ryan Gosling o el ambientador de coche de Drive, con la cara de Gosling.

El actor de 31 años no volverá a Cannes para celebrar su aniversario como hombre más deseado del planeta, a pesar de que durante meses se rumoreó que podría ir al festival con la película The place beyond the pines, en la que repite con el director de Blue Valentine, Derek Cianfrance. Pero no hay que desesperar. Los próximos meses están llenos de Gosling. Hace apenas unos días se revelaba el tráiler de Gangster Squad, en la que comparte protagonismo con Emma Stone, Josh Brolin y Sean Penn. Más tarde llegará su segunda colaboración con Winding Refn (la probada fidelidad de Gosling, por lo menos a los directores, no hace sino cimentar su leyenda), Only God Forbids y Lawless, el filme de Terrence Malick en el que comparte protagonismo con Rooney Mara, Cate Blanchett, Natalie Portman y Christian Bale.

Y mientras tanto, claro, es de esperar que salve espontáneamente a varios bebés de una casa en llamas y reparta numerosos masajes de pies.

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