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«A pesar de que no nacieron ricas, nacieron para ser ricas»: las historias reales (y terribles) de los ‘cisnes’ de Capote

La segunda temporada de 'Feud' plasmará la historia de amor y traición entre Truman Capote y las mujeres de la alta sociedad a las que bautizó como sus 'cisnes'.

Joanne Carson (Molly Ringwald). Hace solo unos días se confirmaba que Molly Ringwald y Demi Moore se incorporarían a la segunda temporada de Feud en la que ya habían asegurado su participación actrices como Naomi Watts, Calista Flockhart o Chloë Sevigny. La serie, capitaneada por Ryan Murphy como showrunner, comenzará el nuevo rodaje durante el otoño y se espera que llegue a las pantallas en algún momento de 2023. Esta segunda temporada, que tendrá por título Feud: Capote’s Women (Enemistad: las mujeres de Capote), constará de ocho capítulos dirigidos por Gus van Sant e inspirados en el libro de Laurence Leamer Capote’s Women: A True Story of Love, Betrayal, and a Swan Song for an Era (Las mujeres de Capote: una verdadera historia de amor, traición y un canto de cisne para una época). Ringwald interpretará a Joanne Carson, amiga de Capote hasta el final, la que se encargó de custodiar sus cenizas. A su muerte fueron subastadas y compradas por unos 40.000 euros por unos compradores anónimos que aseguraron que las llevarían “al cine o a jugar”. Pero volviendo a Joanne, la segunda mujer de Johnny Carson, había sido modelo o azafata de Pan Am antes de conocer al que se convertiría en estrella televisiva de The Tonight Show. Estuvieron casados entre 1963 y 1972 y acabaron siendo vecinos del célebre escritor de A sangre fría.
Truman Capote (Tom Hollander). La nueva temporada estará ambientada principalmente en la década de los setenta y abarcará hasta el fallecimiento del escritor en 1984. Narrará la historia del genio cuando apuñala a las que habían sido sus acompañantes, sus ‘cisnes’, con la publicación de un relato corto en Esquire en 1975 aireando sus secretos. Titulado La Côte Basque. 1965, como el restaurante en el que compartían confidencias, se suponía que era uno de los capítulos de la que tendría que haber sido su gran obra maestra, en la que llevaba años trabajando y por la que había cobrado varios adelantos. Pero el libro, Plegarias atendidas, quedó incompleto a su muerte.
Lee Radziwill (Calista Flockhart). Capote se rodeó durante años de las bellezas del momento, de las mujeres más elegantes de la alta sociedad. Pero tras la publicación del capítulo de Plegarias atendidas todas le dieron la espalda y solo una terminó perdonándole, Caroline Lee Bouvier. Él se encargó de hacer que se volviera en su contra aireando en televisión la rivalidad que consumía a Lee, la que tenía con su hermana mayor Jackie Kennedy Onassis. Aún así la socialité guardaba buenos recuerdos de él y así lo dejó escrito en su libro de 2003 Tiempos felices: “Pasamos momentos fantásticos juntos, él fue una gran influencia para mí, tenía un don extraordinario para escuchar confidencias”. Ella se había convertido en princesa al casarse con el príncipe polaco Stanislaw Albrecht Radziwill en 1959. Un título carente de valor que siguió usando incluso después de su divorcio. Fue amiga de Oleg Cassini o Yves Saint Laurent, retratada por Cecil Beaton, Richard Avedon o Peter Beard, su novio de juventud. Para muchos, la verdaderamente estilosa de una de las familias más ricas del estado de Nueva York, muy por encima de su mediática hermana con la que compartió amor por Aristóteles Onassis. Lee mantuvo una relación con el armador antes de que Jackie se casara con él.
C. Z. Guest (Chloë Sevigny). Otro icono de estilo de la época, modelo y musa de artistas como Salvador Dalí, Andy Warhol o Diego Rivera, para el que posó desnuda. Procedía de una familia de abolengo de la costa Este, pero disfrutó de una juventud alocada, actuando con las Ziegfeld Follies. Todo eso acabó cuando se casó con Winston Frederick Churchill Guest, pariente del Primer Ministro británico, y su familia cerró el capítulo comprando el cuadro de Rivera. Ella cambió los escenarios de Broadway por las cacerías en España con Franco y su labor como filántropa, amadrinando a jóvenes creativos que estaban empezando, como por ejemplo al diseñador Oscar de la Renta.
Ann Woodward (Demi Moore). Sin duda la que sufrió más daños colaterales por la indiscreción de Capote en su relato fue Ann Woodward, a la que interpretará Demi Moore. En La Côte Basque. 1965, el escritor destapó un crimen de la alta sociedad que había sido silenciado 20 años atrás: Ann mató de un tiro, en teoría de manera no intencionada, a su marido, William. Ella había nacido en una granja de Kansas y era corista y actriz cuando conoció en una fiesta al heredero más codiciado de Manhattan, William Woodward Jr. Se prometieron y se casaron a las pocas semanas para disgusto de la familia de él. Un currículum y unas prisas que le valieron enseguida la etiqueta de arribista. Al igual que varios de esos ‘cisnes’, eran mujeres que “a pesar de que no nacieron ricas, nacieron para ser ricas”, diría Truman Capote. Ann se hizo pronto con el papel de dama de la alta sociedad: alta costura, joyas, decoradores, retratos encargados a Dalí y las cenas más interesantes de la ciudad. Tampoco se perdió otros clásicos de la jet set como el combo de pastillas y alcohol o los amantes. Una noche de 1955, cuando su matrimonio hacía aguas y tras haber asistido a una fiesta en honor de la Duquesa de Windsor, disparó a su marido creyendo que era un intruso en la casa. Para proteger el buen nombre de la familia ella fue ingresada en un hospital psiquiátrico y desterrada de la buena sociedad neoyorquina. Se concluyó que todo había sido un terrible accidente hasta que dos décadas después, cuando todo estaba olvidado, el autor de Desayuno con diamantes lo volvió a sacar a la luz. Unos días antes de la publicación de Capote Ann ya sabía que se volvería a abrir su crimen y se suicidó tomando un comprimido de cianuro en su apartamento de Park Avenue. La historia es tan suculenta que diez años después la recuperó Dominick Dunne en Las dos señoras Grenville.
Slim Keith (Diane Lane). Con su porte distinguido y su melena rubia, la californiana encarnaba al prototipo de la americana de oro, aunque procediese de un hogar de clase media. Entró muy pronto en los circuitos de Hollywood y con 22 años protagonizó una portada de la revista Harper’s Bazaar, vistiendo pantalones vaqueros. Tuvo romances con Clark Gable, Ernest Hemingway o Frank Sinatra y se casó con el director de cine Howard Hawks (al que, se dice, le descubrió a Lauren Bacall), con el agente y productor Leland Hayward y con el barón Keith de Castleacre.
Babe Paley (Naomi Watts). La gran amiga de Capote, Barbara Paley, no salió bien parada de Plegarias atendidas: le había contado al escritor su secreto (su marido se acostaba con la mujer del gobernador) y este lo difundió sin remordimientos. Dicen que fue la amistad que más le dolió perder a Capote, sobre todo porque Paley murió de cáncer a los pocos años sin que se hubieran podido reconciliar. Editora de moda de Vogue, dejó el trabajo tras casarse con su segundo marido, el millonario fundador de la CBS, William S. Paley. Pero aquellos años en la revista se quedaron en ella en forma de estilo impecable y pasión por la moda. Aunque el gusto le venía de cuna: hija de una buena familia de Boston, junto a sus hermanas Minnie y Betsey eran conocidas como 'las fabulosas hermanas Cushing'. Sus hermanas se casaron con Vincent Astor y James Roosevelt y ella, ya convertida en la señora Paley, se dedicó a comprar colecciones enteras de alta costura, a organizar almuerzos o a patrocinar fundaciones. En 1941 Time la nombró la segunda mujer más estilosa del mundo, por detrás de Wallis Simpson.