St. Vincent: “Fui criada por mujeres fuertes”
St. Vincent no tiene límites: compone, diseña guitarras y, ahora, dirige películas. Este fin de semana toca en el Vida Festival.
Titubea, se piensa mucho las respuestas, habla despacio, dejando silencios entre sus palabras para luego retomar una frase que ya parecía acabada. Annie Clark (Tulsa, Oklahoma, 1982) es reflexiva. Le gusta la literatura. Su nombre artístico, St. Vincent, es un homenaje al hospital donde murió el poeta Dylan Thomas. Porque también le gusta lo trágico. «Mi nuevo espectáculo es hermoso y perturbador, bizarro», explica arrastrando la voz al otro lado del teléfono. Con ese montaje –una puesta en escena rockera, ella enfundada en un látex tan pálido como su piel, mitones y cinturón ...
Titubea, se piensa mucho las respuestas, habla despacio, dejando silencios entre sus palabras para luego retomar una frase que ya parecía acabada. Annie Clark (Tulsa, Oklahoma, 1982) es reflexiva. Le gusta la literatura. Su nombre artístico, St. Vincent, es un homenaje al hospital donde murió el poeta Dylan Thomas. Porque también le gusta lo trágico. «Mi nuevo espectáculo es hermoso y perturbador, bizarro», explica arrastrando la voz al otro lado del teléfono. Con ese montaje –una puesta en escena rockera, ella enfundada en un látex tan pálido como su piel, mitones y cinturón rojos, guitarra eléctrica en ristre y proyecciones arty– epató este año en Coachella. Dice que cada detalle forma parte de un proceso creativo muy consciente: «Para un artista es importante no ser vano. Mi propósito es utilizarme a mí misma como un lienzo en blanco».
Clark no tiene límites: guitarrista excepcional –actuó con Sufjan Stevens en los Oscar e interpretó Lithium con Nirvana, en el 20 aniversario de la muerte de Kurt Cobain–, en 10 años ha lanzado seis álbumes –uno con David Byrne– y dado mucho que hablar por sus parejas –Cara Delevingne o Kristen Stewart– y su estética –ha sido imagen de Marc Jacobs–. Ahora, tras dirigir un corto de terror estrenado en Sundance, prepara una adaptación de El retrato de Dorian Gray.
¿Por qué decidió dirigir esta película?
Adoro este libro, y era una oportunidad para hacer una historia aplicable en este momento: hablar de la moda, cuyas musas quieren permanecer jóvenes para siempre, y la cultura de la fama e Instagram en la que vivimos. Es pertinente analizar el fenómeno ahora.
Su Dorian será una mujer. ¿Cree que es importante abordar la cultura desde una perspectiva feminista?
Bueno, yo daré mi perspectiva… Y mi perspectiva es muchas cosas. Una de las cuales es feminista. Pero, dicho eso, no es la única lente a través de la que veo las cosas. Mi punto de vista es… complejo.
¿Cómo adquirió esa perspectiva feminista?
Fui criada por mujeres fuertes. Siempre me dijeron que yo podía hacer cualquier cosa, todo lo que los hombres podían hacer. Y solo cuando empecé a interactuar con el resto del mundo me di cuenta de que no toda la gente pensaba de esa manera, y eso me hizo sentir confundida, como si me hubieran criado en un planeta alienígena.
Y también empezó a trabajar muy joven, yendo de gira con sus tíos, el dúo de jazz Tuck & Patti. ¿Eso forjó su carácter?
Sí, me enseñaron a buscar la excelencia y a conocer bien mi oficio, aprender los detalles técnicos, y eso me ha ayudado a tener éxito. Nunca me he sentido intimidada por nadie ni por ningún trabajo.
¿Qué significa una guitarra para usted?
Lo es todo para mí. Es un escudo, un arma, una puerta, a veces un amigo y otras un enemigo… La primera canción que aprendí a tocar creo que fue una de Neil Young, Rockin’ in the Free World.
El año pasado diseñó un modelo para Ernie Guitars, adaptado al cuerpo femenino. ¿No se suelen tener en cuenta esos detalles?
He estado diseñando guitarras desde que era una niña, por eso pensé en un diseño que fuera totalmente gender inclusive, que funcionase igual de bien en un hombre que en una mujer.
Crea conceptos para sus álbumes. En el último, Masseduction, ha colaborado con Willo Perron, que ha sido director creativo de Rihanna o Jay Z. ¿Qué historia quería contar con él?
Quería hablar sobre el poder en todas sus vertientes. El poder del amor, el político, el de las drogas, el del sexo…
¿Y qué papel juega la ropa al llevar estos conceptos a escena?
Trabajo con un diseñador de vestuario, intercambiamos ideas constantemente. Se trata de un proceso completo, no me pongo lo primero que veo, todo está hecho a mano y muy pensado para que tenga el efecto que deseo. Cada álbum muestra una etapa distinta de mi vida, y yo quiero ofrecer un espectáculo. Pueden odiarlo o amarlo, pero yo siempre busco darle al público algo que no olvidará. Yo no soy Kanye [risas]. Me gusta el diseño y me gustaría colaborar con alguien, pero no está a la cabeza de mi lista de prioridades.
¿Qué diseñadores le interesan? En los Oscar llevó un YSL.
Rei [Kawakubo], de Comme des Garcons, o Phoebe Philo, que hace prendas geniales. YSL era un visionario, como Alexander McQueen.
Para lanzar Masseduction ideó un kit de entrevistas paródico con Carrie Brownstein (música y creadora de Portlandia). ¿Le aburre esta parte de su trabajo?
Me parece una pregunta trampa, porque estoy haciendo una entrevista en este preciso instante… Fue una broma. Creo que la mayor parte de lo que hago, creativamente, lo hago solo para divertirme y conocerme mejor.
¿Qué pregunta nunca le han hecho y le gustaría responder?
Umm… No creo que sea apta para plantear esto, que tuviera la energía para entrevistarme a mí misma .