Reese Witherspoon: «El miedo solo te detiene»
Tras una temporada alejada de la primera línea vuelve como una de las mujeres más influyentes en la industria. Produce y protagoniza Alma salvaje, que puede valerle una estatuilla.
Pizpireta, charlatana y con ganas de volver a empezar. Así es la nueva Reese Witherspoon. La anterior comenzó joven su carrera, se casó pronto –aspirando a tener la familia perfecta junto a Ryan Phillippe y sus dos hijos– y consiguió rápido un Oscar –en 2005, por su papel de June Carter de En la cuerda floja– que parecía confirmar que ya lo tenía todo en la vida.
Lo que nadie le advirtió a esta rubia muy legal es que lo difícil no era conseguirlo todo, sino mantenerlo. Su matrimonio se fue al traste entre rumores de infidelidades (ahora está casada con el agente y actor Jim...
Pizpireta, charlatana y con ganas de volver a empezar. Así es la nueva Reese Witherspoon. La anterior comenzó joven su carrera, se casó pronto –aspirando a tener la familia perfecta junto a Ryan Phillippe y sus dos hijos– y consiguió rápido un Oscar –en 2005, por su papel de June Carter de En la cuerda floja– que parecía confirmar que ya lo tenía todo en la vida.
Lo que nadie le advirtió a esta rubia muy legal es que lo difícil no era conseguirlo todo, sino mantenerlo. Su matrimonio se fue al traste entre rumores de infidelidades (ahora está casada con el agente y actor Jim Toth, con quien en 2012 tuvo a su tercer hijo, Tennessee) y en su carrera, en lugar de la gloria del Oscar, se sucedieron las malas elecciones. Motivo por el que Witherspoon vivió hace poco más de un año uno de los momentos más embarazosos de su carrera, cuando le espetó a un policía que le había dado el alto: «No sabes quién soy», y la frase se hizo viral. Pero sí, esta sureña nacida en Nueva Orleans hace 38 años se ha reinventado. Porque no parece de las que se achantan. Y con Alma salvaje, que se estrena el día 30, ya está a las puertas del Oscar, tras haber sido nominada a los Bafta y los Globos de Oro.
La historia de Cheryl, una mujer que viaja sola por los bosques americanos para dar un giro a su vida, tiene puntos en común con su propia trayectoria. ¿Le preocupó esa reflexión?
El miedo solo te detiene, y eso es lo peor que le puede ocurrir a uno en la vida. Pero soy humana, claro que sentí miedo. Me acuerdo de una llamada que hice al comienzo del rodaje para pedirle a mi abogado que me sacara de allí. Le dije que no podía hacerlo, que todo eso era demasiado para mí.
Y no solo lo hizo, sino que la ha producido. ¿Una huida hacia delante?
Es mi forma de ser. El cine es mi forma de reencontrarme, de expresarme, de alimentar mi alma. Y, además, me encanta dar grandes caminatas. Cuando tengo que preparar un discurso o necesito reflexionar, no hay nada como un buen paseo por las montañas.
¿Y cuando no hay montañas cerca? ¿Cuál es ese momento de autorreflexión para una madre trabajadora con tres hijos?
No es fácil tomarse un respiro cuando uno tiene niños. La llegada de Tennessee no fue lo peor, porque Ava, la mayor, ya tiene 15 años y es como una segunda madre. Pero por difícil que resulte, es muy importante disfrutar de un momento yo de soledad para aclarar las ideas.
Además de a las caminatas, ¿a qué recurre para desconectar?
Un té chai con leche de soja y un expreso también me dan ese punto. Calientes o helados. Son bebidas que, no me digas por qué, me ponen los pies en el suelo.
Por mucho que valore la soledad, ¿quiénes son sus amigos? ¿Es posible conservar amistades en Hollywood?
Tengo un par de amigos en Facebook a los que conozco desde la guardería. Uno de ellos, el primer chico al que besé. Seguimos siendo amigos. Ahora es dentista y me encanta ver a sus hijos. Soy amiga de todos mis ex. Pero es cierto que es difícil vivir con un actor.
¿En qué sentido?
Cambiamos de personalidad con cada papel. Alma salvaje fue muy difícil. Rodamos en Portland y recorrimos 55 parajes en 35 días. Regresaba a casa cada fin de semana para estar con mi familia, pero un día mi marido me dijo: «No sueltes tantos juramentos». Me sorprendió, porque yo nunca soy tan malhablada. Ya sabes, soy una chica del sur… Pero parte de la Reese que volvía a casa era Cheryl.
¿Cómo se despide de sus otras personalidades?
Un día desaparecen. Normalmente en cuanto se acaba el rodaje. Aunque cuando hice En la cuerda floja tuve lo que llamé resaca de June Carter. Probablemente es uno de los personajes que más tiempo se han quedado conmigo. Tres meses después del rodaje todavía podía ver cosas de ella en mí. Pero tampoco me preocupa, porque si estás honrando a la gente con tu interpretación es normal que se te peguen sus manierismos, su comportamiento.
¿Y en su armario? ¿Deja que sus personajes interfieran en sus gustos sobre moda?
Cuando tenía 20 años buscaba adoptar otras personalidades con mi vestuario. Ahora soy yo misma. Alguien con un gusto por lo clásico: Giorgio Armani, Louis Vuitton, Stella McCartney. Y mucho color. Me encanta el colorido en la ropa. Eso sí que me pone contenta.