Rebecca Hall: «Me jacto de no tener Facebook»
Curtida en el teatro, la británica desoye los cantos de sirena de la fama y de sus recursos tecnológicos. Comparte cartel con Bruce Willis en Doble o nada.
Cuando la vimos como tercera en discordia en Vicky Cristina Barcelona, a las órdenes de Woody Allen, Rebecca Hall era ya una veterana de la interpretación. Creció entre bambalinas: es hija del director británico de cine y teatro sir Peter Hall y la cantante de ópera estadounidense María Ewing, así que no sorprende saber que esta actriz de 32 años debutara con solo 8 en televisión ni que haya cosechado más que favorables críticas sobre las tablas (también en su debut en Broadway el año pasado). Se codea desde hace años con los mejores –Hugh Jackman y Christian Bale en ...
Cuando la vimos como tercera en discordia en Vicky Cristina Barcelona, a las órdenes de Woody Allen, Rebecca Hall era ya una veterana de la interpretación. Creció entre bambalinas: es hija del director británico de cine y teatro sir Peter Hall y la cantante de ópera estadounidense María Ewing, así que no sorprende saber que esta actriz de 32 años debutara con solo 8 en televisión ni que haya cosechado más que favorables críticas sobre las tablas (también en su debut en Broadway el año pasado). Se codea desde hace años con los mejores –Hugh Jackman y Christian Bale en El truco final (El prestigio), Ben Affleck en The Town. Ciudad de ladrones…– pero es muy celosa de su intimidad: de hecho, poco ha trascendido de su relación con el director Sam Mendes. El 13 de marzo estrena Doble o nada, una comedia de Stephen Frears sobre el mundo de las apuestas en Las Vegas, que coprotagoniza Bruce Willis.
Interpreta a una exbailarina de striptease en busca de fortuna. Todo un cambio de tercio respecto a sus trabajos anteriores. ¿Cómo escoge sus proyectos?
Me gusta escapar del molde, de las tendencias, apostar por lo que me agarra. Y si es un guión poco convencional, mejor.
De científica en sus últimos estrenos (Iron Man 3, junto a Robert Downey Jr. y Transcendence, con Johnny Depp) a camarera en éste. ¿Qué se le da mejor?
Lo que se me da muy bien es fingir que sé sobre algo. El resto… tengo mis dudas. Digamos que soy una chica más analógica que digital. Me gustan los libros de verdad, no tengo tele en mi cuarto y me jacto de no estar ni en Twitter ni en Facebook.
Una rebelde en tiempos digitales.
O una hipócrita. Por ejemplo, cuando descubrí el otro día que el avión en el que iba tenía Wi-Fi, que el último remanso de paz había sido violado, solté una filípica increíble. Pero luego me uní al resto del pasaje y empecé a mirar mis correos [ríe].
¿Alguna vez se ha buscado en Google? Sea sincera.
Nunca jamás en la vida. Ni lo haré. Tampoco lo uso para saber algo de alguien, prefiero conocer a la persona. Pero tampoco me tomes por una mujer de las cavernas, pierdo el tiempo en YouTube como cualquier otro y dado que soy una yonqui de la música uso Internet para localizar grabaciones o autores. No para descargarla gratis, que conste.
¿Toca algún instrumento o ha heredado la voz de su madre?
Digamos que canto. Y toco el piano, sobre todo. También un poco la flauta y la guitarra.
¿Le atrae la moda?
Mucho. Me encanta Phoebe Philo, mi diseñadora preferida de Céline.
¿Cuáles son los héroes a los que habría querido conocer?
Thelonious Monk o Groucho Marx. Un gran músico y alguien capaz de hacerme reír.
¿Prefiere Inglaterra o EEUU?
Igual. Vivo en Londres, pero tengo la doble nacionalidad. De Nueva York, me encanta que puedes pedir comida a domicilio a cualquier hora.