Marina Rivers: todo sobre la influencer feminista y bisexual que triunfó boxeando en La Velada de Ibai Llanos

Con Irene Montero y Belén Esteban entre sus fans, esta madrileña de 20 años ha conseguido que su figura trascienda más allá de las redes sociales para convertirse en una de las jóvenes más populares del país y en una de las voces más comprometidas del universo influencer.

La madrileña se llevó la mayor ovación en la velada de boxeo de Ibai Llanos.Instagram _riverss_

Esquina azul, 20 años, guardia derecha, 1,64 metros de altura y 54.5 kilos de peso. Estas fueron las credenciales con las que la madrileña Marina Rivera Saldaña, más conocida como Rivers, se subió al ring del Civitas Metropolitano el pasado sábado, ante más de 70.000 espectadores presenciales y casi tres millones y medio en sus casas para batir todos los récords históricos de la plataforma Twitch. Esta influencer y estudiante de Derecho y Economía se ha convertido en la protagonista inesperada de la celebérrima tercera edición de La Velada del Año de Ibai Llanos. Lo hizo al vencer, no...

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Esquina azul, 20 años, guardia derecha, 1,64 metros de altura y 54.5 kilos de peso. Estas fueron las credenciales con las que la madrileña Marina Rivera Saldaña, más conocida como Rivers, se subió al ring del Civitas Metropolitano el pasado sábado, ante más de 70.000 espectadores presenciales y casi tres millones y medio en sus casas para batir todos los récords históricos de la plataforma Twitch. Esta influencer y estudiante de Derecho y Economía se ha convertido en la protagonista inesperada de la celebérrima tercera edición de La Velada del Año de Ibai Llanos. Lo hizo al vencer, no sin controversia, a la streamer mexicana Samy Rivers en una batalla de tres asaltos por algo más que la hegemonía digital sobre el apodo compartido. Así lo demuestran los más de siete millones de visualizaciones que acapara la pelea en YouTube apenas un par de días después de su celebración y que la convierten en la más vista de las seis celebradas en la noche del pasado sábado. “Gracias a toda la gente que ha estado ahí cada día, hoy somos igual de españoles que en el Mundial de 2010”, exclamó la boxeadora neófita sobre el cuadrilátero, sujetando un cinturón de campeona que ya ejerce como herramienta de lanzamiento hacia el estrellato más meteórico.

Activista, feminista y bisexual, la tiktoker Marina Rivera disfruta este verano de un pico de popularidad sin precedentes.Instagram _riverss_

No se equivocaba la madrileña cuando señalaba que su participación en este popular evento había tenido un efecto inusitado de cohesión y reconciliación nacional respecto al apoyo unánime a su hazaña. “Te quiere España entera”, tuiteaba Mariang, cocreadora del popular podcast La Pija y la Quinqui, alentando así a la joven, con más de siete millones de seguidores en TikTok y otros dos en Instagram, ante la oleada de insultos recibidos en sus redes por las acusaciones de tongo y que obligó incluso a pedir calma al propio Ibai Llanos. Pero a Rivers, exhibiendo el carácter que la ha convertido en una estrella de la Generación Z, no le hace falta ser rescatada. “He decidido que no me vais a joder mi esfuerzo, mi trabajo de cuatro meses y el combatazo que hice. Gané por mucho que os duela y estoy profundamente decepcionada con todos los streamers alimentando hate. Yo me lo he currado y no tengo la culpa de que no ganara tu amiga. Superadlo, ya pasó”, escribió en Twitter antes de zanjar la polémica asegurando que iba a dedicarse a su próximo examen.

La controversia ha acompañado a Rivers desde sus inicios haciendo vídeos para TikTok, que comenzó a grabar con 17 años en el instituto y cuya popularidad se disparó durante el confinamiento gracias a una espontaneidad y a un carisma que ha conectado con una generación y con personalidades como Aitana, Ana Milán o una Belén Esteban que se declaró fan en la alfombra roja de la velada. Las marcas se rifan su imagen y algunas como Garnier, NYX Cosmetics o L’Oréal Paris ya la han convertido en embajadora de sus productos. En sus publicaciones comparte trucos de moda y belleza, coreografías y los avatares de su privilegiada rutina, sin miedo a mostrarse autoconsciente –ha protagonizado recientemente una campaña con Infojobs tras ser acusada de vaga en las redes– o provocadora, siendo hipersexualizada y señalada por la ola misógina que inunda internet. Rivers ha denunciado en diferentes ocasiones los insultos machistas recibidos e incluso ha afirmado haberse sentido “humillada y denigrada” cuando utilizan su figura para atacar a sus exparejas.

Rivers suma más de casi diez millones de seguidores en redes sociales.Instagram _riverss_

En un universo tan conservador como el de los creadores de contenido, que se debate entre el liberalismo reaccionario andorrano, las pititas de nuevo cuño y los prescriptores apocados y silentes por temor a la pérdida de suscriptores, la figura de Marina Rivers destaca precisamente por su honestidad y desacomplejado compromiso político y social. Además de definirse como activista, feminista y bisexual, su relación sentimental con el influencer trans Daniel Marrero supuso todo un hito de visibilización en el colectivo LGTBI, plantando cara a todos los comentarios tránsfobos recibidos por la pareja. “Si naces en el siglo 12 quédate en el siglo 12, y si te quedas en este siglo, edúcate, te vendrá bien, corazón”, contestó a una tuitera que aseguraba que quien nace mujer también morirá como mujer.

Tal es su capacidad para hacer bailar hasta a los odiadores más desagradables que no es de extrañar que uno de los apodos más repetidos en las redes sobre ella sea el de ‘directora de orquesta’. Pero su polémica más sonada surgió en noviembre del pasado año, cuando decidió dar su opinión como estudiante de Derecho respecto a la ‘ley del solo sí es sí’, achacando a la interpretación del poder judicial las reducciones de penas a los presos. Un ejercicio didáctico aplaudido hasta por la propia ministra de Igualdad, Irene Montero: “¡Qué bien explicado! Gracias por darle visibilidad por aquí, vuestra acción en redes es súper importante”. El pasado 8 de marzo, Rivers participó en una campaña de la plataforma de RTVE Playz con motivo del Día de la Mujer en la que denunciaba el acoso recibido. “¿Cómo te sentirías si en redes sociales te dijeran que de qué sirve que estudies dos carreras si al final del día la gente solo te mira las tetas?”, se preguntaba.

Aunque algunas estimaciones aseguran que la madrileña se embolsa cantidades de seis cifras por cada una de las campañas publicitarias que protagoniza, la influencer dice gestionar su incipiente fortuna con sumo cuidado. “Siempre he sido muy rata. En mi familia, Rivera, somos de puño cerrado. Sinceramente, el único capricho que me he dado ha sido comprarme una casa y ha sido para lo que he estado ahorrando y haciendo todo lo que he hecho durante este tiempo”, confesó en el portal Yasss. Este mes de enero, Rivers compartió el inicio de las obras del que será su próximo hogar lanzando un consejo a sus seguidores: “Luchad por vuestros sueños y que nadie os haga pensar que no valéis, trabajad en silencio y el éxito hará todo el ruido”.

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