¿Por qué Michael Jackson siempre actuaba con unos calcetines blancos?
Hace diez años que el Rey del Pop nos dejó, pero mucha gente sigue desconociendo el motivo que le llevó a usar esta icónica prenda en sus apariciones públicas.
En la mañana del martes 17 de mayo de 1983 un nombre acaparó todas las conversaciones en los bares y los puestos de trabajo de costa a costa en Estados Unidos: Michael Jackson. La noche anterior más de 50 millones de espectadores se quedaron embobados ante el televisor viendo el especial de la NBC Motown 25: Yesterday, Today, Forever con el que el célebre sello de Detroit conmemoraba su cuarto de siglo. El programa en realidad se grabó mes y medio antes, el 25 de marzo, en el Pasadena Civic Auditorium de la californiana Pasadena. Sin embargo, ese dato dio muy igual, del mismo modo que...
En la mañana del martes 17 de mayo de 1983 un nombre acaparó todas las conversaciones en los bares y los puestos de trabajo de costa a costa en Estados Unidos: Michael Jackson. La noche anterior más de 50 millones de espectadores se quedaron embobados ante el televisor viendo el especial de la NBC Motown 25: Yesterday, Today, Forever con el que el célebre sello de Detroit conmemoraba su cuarto de siglo. El programa en realidad se grabó mes y medio antes, el 25 de marzo, en el Pasadena Civic Auditorium de la californiana Pasadena. Sin embargo, ese dato dio muy igual, del mismo modo que la aparición de Marvin Gaye o la reunión de Diana Ross con The Supremes no fueron en absoluto el momento algido de la emisión.
Michael, quien minutos antes había cantado con los Jackson 5, tenía una sorpresa preparada. El álbum Thriller ya era un éxito de ventas desde meses atrás, pero aquella noche de marzo (mayo para la mayoría de los mortales), mientras entonaba Billie Jean solo en el escenario, se convirtió en leyenda. El Rey del Pop había llegado.
Él era más que consciente de que todas las miradas se centrarían en él, por lo que aprovechó el evento televisado para mostrar al mundo su primer moonwalk y, además, estrenar parte de su icónica vestimenta: un guante recauchutado de cristales y unos pantalones a la altura casi de los tobillos que dejaban ver a la perfección unos calcetines con piedras de estrás que pesaban algo más de un kilo. Puede que no fueran muy cómodos, pero el espectáculo justificaba que acabara con los pies ensangrentados.
Por esa misma razón, rápidamente los calcetines brillantes dieron paso a unos más cómodos de color blanco. Ahora que el verano ya ha llegado con fuerza a nuestro país muy probablemente veremos cómo hordas de turistas los lucirán sin que les preocupe lo más mínimo el hecho de que sean un atentado a la vista y a la moda. No obstante, Jackson tenía una razón de peso para no desprenderse de ellos en sus apariciones públicas.
Al llevar casi siempre zapatos negros se vio en la obligación de ponerse algo que hiciera resaltar sus genuinos pasos de baile; un elemento que, al igual que el guante, llamara la atención del público ubicado en las primeras filas y aquellos que disfrutaban de su show desde la lejanía. Así es como llegó a la sencilla idea de recurrir a los calcetines blancos no como un fetiche (sus colores favoritos eran el rojo y el negro), sino como una herramienta que bajo los focos lucieran por sí solos y permitiera a todo el mundo ver con claridad sus elaboradas y mágicas coreografías. No había mucho más misterio en el asunto. Dichos calcetines fueron una constante en él desde la era Thriller y, en directo, desde el Bad World Tour, su primera y maratoniana gira mundial como solista.
A pesar de que hayan pasado diez años desde que nos dijera adiós y medio mundo haya cuestionado estando vivo y muerto sus excentricidades (el documental Leaving Neverland, meses después de su estreno en HBO, y en Movistar+ en el caso de España, continúa siendo motivo de acalorados debates entre los fans acérrimos y aquellos que no lo son tanto), nadie puede discutir el legado musical y estético de un artista irrepetible que, incluso, hizo de los calcetines blancos un emblema.