Oona Chaplin: “Crecí atea, pero desde que empecé a rezar y hacer rituales me siento más feliz”
La actriz sigue sus corazonadas: de ‘Juego de tronos’ a la nueva ‘Avatar’. En ‘Tierra firme’ habla de familia y dilemas.
Está en Black Mirror, Juego de tronos –sí, era la novia en la boda roja–, Taboo, las nuevas entregas de Avatar… Para ser una actriz que sigue sus impulsos, Oona Chaplin (Madrid, 1986) ha tenido buen tino al trazar su carrera. «Más que el azar me mueve la fe. Antes de empezar un proyecto hago la pregunta y espero la respuesta. Cuando viene, obedezco», explica mientras da caladas a su vaper, los pies descalzos, las muñecas llenas de brazaletes artesanos. En el caso de Tierra firme (estreno 24 de noviembre), el segundo largo de Carlos Marqués-M...
Está en Black Mirror, Juego de tronos –sí, era la novia en la boda roja–, Taboo, las nuevas entregas de Avatar… Para ser una actriz que sigue sus impulsos, Oona Chaplin (Madrid, 1986) ha tenido buen tino al trazar su carrera. «Más que el azar me mueve la fe. Antes de empezar un proyecto hago la pregunta y espero la respuesta. Cuando viene, obedezco», explica mientras da caladas a su vaper, los pies descalzos, las muñecas llenas de brazaletes artesanos. En el caso de Tierra firme (estreno 24 de noviembre), el segundo largo de Carlos Marqués-Marcet (10.000 kilómetros), la respuesta fue un sí rotundo.
En él Onna es Eva, la pareja de Kat (Natalia Tena). Viven juntas en una casa-barco en Londres y deciden tener un hijo. El guion habla de sueños, dilemas y diferencias generacionales: «La historia rompe los esquemas, como el hecho de mostrar la vulnerabilidad, que es una cosa muy nueva para la sociedad, porque la mayor parte del mundo cree que significa ser débil». Oona –cuyo nombre viene de la reina de las hadas de la mitología irlandesa– no teme exponer sentimientos o pasiones. La espiritualidad es básica en su vida: «Cualquier cosa que dé magia y calma para fluir con lo que pasa es buena. Crecí en una casa muy atea, pero desde que empecé a rezar y a tener mis rituales y amuletos siento una riqueza que me hace más feliz».
Eso la ha llevado a reconectar con las raíces mapuches de su abuela paterna, a buscar otras voces. «El hombre blanco ha dominado la narrativa del mundo desde que empezó a conquistarlo… Y es un poco aburrido ya. Wade Davis, en su libro The Wayfinders, habla del colectivo del genio humano; no es que una persona o un grupo tenga razón. Hay que mirarlo todo con fascinación y curiosidad».
También revisita sus otras raíces, las maternas, las de sus abuelos Chaplin-O’Neill: «Estoy en un ámbito de privilegio que no he merecido, he tenido suerte de nacer en mi familia, pero me he dado cuenta de que la culpabilidad no sirve para nada. Vengo de una familia de exiliados y refugiados, si veo a alguien sufriendo me dan ganas de ayudarlo».
De ahí su decisión de «dar pasos». Una de sus prioridades, el medio ambiente: «La naturaleza nos da sentido. Intento ser coherente, por ejemplo, reduciendo el consumo en mi vida. Solo compro lo que necesito». La otra, la solidaridad femenina: «La mujer ha sido oprimida desde la revolución agrícola. Hasta ahora no ha tenido voz. Los movimientos que están ocurriendo con Trump o Weinstein son una operación de sanación profunda, catártica, de poder decir las cosas que nos hieren, y de hablarlas».