Nunca digas nunca

La noche en la que la audiencia -con y sin criterio- acabó rendida a Justin Bieber, un chavalín de diecisiete años.

Getty Images

BELFAST.- No todos los días se tiene la oportunidad de acudir a los European Music Awards. Y menos de verlo a unos diez metros de los nominados de los premios. La oportunidad nos la ofreció Swatch, uno de los patrocinadores. Una vez surgida esta oportunidad no queda más remedio que aprovecharla, aunque una gran parte de los aspirantes a un galardón podrían ser tus sobrinos pequeños por cuestión de edad. Sin embargo, la precisión y capacidad de entretener de los organizadores hicieron de e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

BELFAST.- No todos los días se tiene la oportunidad de acudir a los European Music Awards. Y menos de verlo a unos diez metros de los nominados de los premios. La oportunidad nos la ofreció Swatch, uno de los patrocinadores. Una vez surgida esta oportunidad no queda más remedio que aprovecharla, aunque una gran parte de los aspirantes a un galardón podrían ser tus sobrinos pequeños por cuestión de edad. Sin embargo, la precisión y capacidad de entretener de los organizadores hicieron de este evento todo un compendio de hechos reseñables. Empezando por los prolegómenos.

Nuestro anfitrión había preparado un divertido evento la noche antes en la tienda Swatch de un centro comercial del centro de Belfast. Allí pudimos conocer en primera persona a otro de los protagonistas de los EMAs, el reloj Swatch Touch, el primero táctil y el único que marcaba la cuenta atrás para el comienzo de la gala. Además, la casa relojera había habilitado la Snap Zone, en la cual los fans asistentes podían entretenerse grabando su propia coreografía en vídeo hasta que empezaban las actuaciones.

Era Chris Martin el primer maestro de ceremonias, que bromeaba sobre la edad de Justin Bieber y cantaba junto al resto de Coldplay Every tear is a waterfall. Poco más necesitaba esta gala para ganarse a un público que ya iba de sobra entregado. Lo cierto es que solo por los directos que se vieron ya se justifica todo este despliegue: LMFAO con un show híper ochentero interpretando Party rock anthem, Lady Gaga en un escenario lunar para cantar Marry the night vestida de planeta, Justin Bieber con una sorprendente versión de Never say never en la cual intentó emular a Michael Jackson en sus movimientos… Mientras, Selena Gómez (novia de Bieber) ejercía de presentadora un tanto sosa y sin hacer mención a su pareja. Desde las gradas se podía ver a los nominados nerviosos en sus asientos, levantándose con cara de verdadera sorpresa al oír su nombre.

La misma Lady Gaga (que se llevó cuatro de los seis galardones a los que aspiraba) se mostraba tímida al recibir un galardón de manos de Irina Shayk y Bar Refaeli, si bien la neoyorquina lucía una suerte de máscara-platillo volante que le hacía destacar sobre cualquier supermodelo. También resultó enternecedor ver a Katy Perry entregar el Global Icon Award a Brian May, guitarrista de Queen, con sincera humildad y la clásica sonrisa de rendida fan en la cara… Las estrellas, al fin y al cabo, son humanas.

Todos aquellos que nunca habíamos acudido a una gala de la MTV nos preguntábamos: ¿es todo 'show' en estos eventos? ¿O al estar en directo se ven las 'miserias' de la gala? La respuesta es no. Mientras los espectadores en casa veían anuncios, los asistentes teníamos un karaoke de clásicos de la última década (Crazy in love fue de los más coreados) y el entretenimiento de ver a las fans corriendo de un escenario a otro a la espera de ver a Bieber aparecer. Y es que, si bien fue una noche emotiva al recordar a Amy Winehouse y con una actuación de Queen y Adam Lambert cantando un medley de la banda, el joven canadiense provocaba gritos e histerias varias solo con aparecer su nombre en una de las pantallas. Faltó el beso con Selena en vivo (los niños estuvieron muy en su sitio y fingieron que no se conocían en directo). Pero, para emoción, ya tuvimos las lágrimas de Lady Gaga al recibir su premio MTV por Born this way como mejor canción.

¿Es una entrega de premios de MTV el mayor espectáculo del mundo? Probablemente no, pero sí uno de los que más fan te hacen sentir. Solo ellos saben cómo hacerte bailar al ritmo de un crío (de nuevo, Bieber) que con su versión del Moonwalker y sus movimientos semi robóticos hizo a todo el público levantarse del asiento tanto como Coldplay. Eso y una producción de auténtico lujo que convirtieron las casi tres horas de gala en un breve paseo por las nubes… o por un interesante recorrido por la música mainstream mundial.

Lady Gaga, haciendo gala de su discrección habitual.

Getty Images

Selena, entre llamas, no besó a Justin.

Getty Images

Fans haciendo más amena la espera de los premios en la Swatch Snap Zone

Swatch

Hayden Panettiere y un hombre desnudo.

Getty Images

Katy Perry, entera en tonos rosas.

Getty Images

La británica Jessie J

Getty Images

El DJ David Guetta micro en mano.

Getty Images

Archivado En