Miroslava Duma, el activo más importante de la moda rusa
Mucho más que una it-girl de la blogosfera, esta empresaria, fundadora de uno de los medios digitales más influyentes, ha sentado las bases del futuro de la industria textil en Rusia.
Estamos acostumbrados a ver sus estilismos en los blogs de street-style. Miroslava Duma (29 años) forma parte de un grupo de habituales –jóvenes, rusas y ricas– que desde hace años tiene asiento confirmado en la primera fila de los desfiles. Son el Rat Pack moscovita o, como se las conoce en el circuito, la «mafia rusa». Un escuadrón de estilo, en el que además de Duma, están Ulyana Sergeenko (diseñadora), Elena Perminova (modelo, casada con el multimillonario Alexander Lebedev, dueño del periódico británico The Independent), Dasha Zhukova (novia de Román Abramóvich, propietario del...
Estamos acostumbrados a ver sus estilismos en los blogs de street-style. Miroslava Duma (29 años) forma parte de un grupo de habituales –jóvenes, rusas y ricas– que desde hace años tiene asiento confirmado en la primera fila de los desfiles. Son el Rat Pack moscovita o, como se las conoce en el circuito, la «mafia rusa». Un escuadrón de estilo, en el que además de Duma, están Ulyana Sergeenko (diseñadora), Elena Perminova (modelo, casada con el multimillonario Alexander Lebedev, dueño del periódico británico The Independent), Dasha Zhukova (novia de Román Abramóvich, propietario del equipo de fútbol Chelsea), Vika Gazinskaya (también diseñadora) y Anya Ziourova (directora de moda de las ediciones rusas de Tatler y Allure). «Mis queridas amigas y yo formamos una gran alianza», reconoce Duma, quien ha llegado una hora tarde a la sesión. Está embarazada de su segundo hijo y a primera hora tenía que hacerse un análisis de sangre rutinario. «Vamos juntas a las semanas de la moda y, de alguna manera, nos hemos convertido en sinónimo del nuevo estilo ruso y hemos sentado precedente para el desarrollo futuro de la industria textil en nuestro país», añade.
Podría parecer que su trabajo es precisamente ése: vestirse y dejarse ver en desfiles, fiestas y photocalls. Sin embargo, no es el oro ni el bling bling lo que atrae la atención de los flashes. Duma desmonta todos los mitos del famoso estereotipo de mujer rusa: léase rubia, alta, diseños ostentosos, grandes logos y relucientes joyas doradas. Ella es todo lo contrario: morena, menuda y con un guardarropa que, en sus propias palabras, es «clásico, femenino, personal y nada intimidador; todavía me gusta experimentar, pero sin salirme del beis, nude y blanco. La elegancia gana la batalla al tiempo», explica, vestida con un abrigo de Céline, leggings y zapatillas deportivas.
Abrigo de lana oversize de Hermès.
Natalia Alaverdian
Durante la semana de la moda de Nueva York, la hemos visto lucir diseños de Rosie Assoulin, Valentino, Peter Pilotto, Awake by Natalia Alaverdian… «En mi opinión, estamos presenciando un renacimiento de la cultura rusa. Obviamente, hoy cultura y moda van de la mano. Las moscovitas están cansadas de los stilettos de 12 centímetros y los minivestidos ultraceñidos de Hervé Léger. A diferencia de la imagen más agresiva y sexualizada de la generación anterior, ahora el estilo de las mujeres rusas es más refrescante y dulce. También ha cambiado su conocimiento de la moda; y eso resulta gratificante», reflexiona Duma.
Ni nació en Moscú ni estudió Periodismo, como sugieren muchas de las páginas que en Internet analizan su vestidor y, de paso, su biografía. Lo cierto es que ni siquiera su padre era un gran oligarca al principio. Su progenitor, Vasily Duma, nació en Ucrania en el seno de una familia pobre. «No tenían nada ni conocían a nadie», asegura Duma. «Tuvieron que trabajar muy duro». Se casaron, hicieron las maletas y emigraron a Siberia. Allí cambió su suerte. Su padre consiguió un trabajo en la industria petrolera; y su madre supo darle la vuelta a la precariedad del país y aprovechar la escasez de ropa para ganar dinero cosiendo prendas originales.
Abrigo de piel con estampado de leopardo, minivestido de piel y bolso, todo de Dsquared2 y zapatillas All Star de Converse.
Natalia Alaverdian
Miroslava nació en 1985. El mismo año que Gorbachov llegó al Kremlin y el líder soviético puso en marcha un plan de reestructuración interna conocido como perestroika. Era el fin de la Guerra Fría. «La perestroika abrió la puerta a una visión más amplia de la moda. En 1987, Gorbachov permitió la sindicación y distribución de la edición rusa de la revista de patrones Burda. En aquella época, todavía era muy difícil conseguir las últimas tendencias; la mayor parte de las mujeres confeccionaba sus propias prendas. Diseñaban, cosían, tejían e intentaban crear looks reconocibles. Por cierto, mi abuela era una modista increíble, con un gusto exquisito. Por eso me gustó la moda desde niña», cuenta.
En 1985, la familia Duma vivía en Surgut, la segunda ciudad de la región de Tiumén, considerada la capital petrolera y gasífera no oficial de Rusia. Allí, el padre, como tantos otros rusos de su generación, forjó su propio imperio como magnate del oro negro. Hasta que, en 1991, se mudaron a Moscú. Miroslava tenía cinco años. Y él movió hilos para ponerse al frente de Slavneft (una de las 10 mayores compañías petroleras del país) y, más tarde, ser nombrado senador del Consejo Federal de Rusia (cargo que ocupó hasta 2011, según The Telegraph).
Abrigo de cuero y piel de oveja de Prada y minivestido de algodón con adornos de piel de Dsquared2 (95 €).
Natalia Alaverdian
Su posición en la alta sociedad expuso a Miroslava al lujo desde temprana edad. Estudió Economía y Relaciones Internacionales en la universidad, donde conoció a su marido, Alexei Mikheyev, quien hoy trabaja en el Ministerio de Industria y Comercio. Con 19 años creó Peace Planet (una fundación benéfica capaz de recaudar un millón de dólares en una sola noche). Con 20, decidió dirigir su carrera hacia la moda y empezó a trabajar en Harper’s Bazaar como editora de proyectos especiales. Allí estuvo dos años. Lo dejó para ser freelance y crear su propia agenda de contactos. Y en 2010, el mismo año que dio a luz a su primer hijo (George), lanzó la revista digital Büro 24/7, que hoy es un referente internacional.
¿Cómo surgió esta idea de negocio?
Siempre he sido fan de la prensa escrita, me gusta el diseño gráfico, la fotografía de moda en papel, las ingeniosas sugerencias de las revistas… Pero todo el mundo sabe que el futuro está en Internet. En Rusia, la era digital ha coincidido con un cambio social. Y hemos sabido aprovechar el momento para satisfacer la demanda. No existía ninguna página de información rusa de actualidad internacional con lo último en moda, cultura, arte, cine, música, estilo de vida, sociedad. Creamos Büro 24/7 para solucionar el problema. Da igual donde estés, en un atasco en Moscú o volando a Los Ángeles, ahora tienes acceso a las últimas noticias, acompañadas de un precioso diseño.
Natalia Alaverdian
El año pasado, Büro 24/7 presentó su primera edición oficial en Oriente Medio, dentro de un plan de expansión internacional que incluye lanzamientos en Kazajistán, Ucrania, Croacia y una edición especial para el mercado estadounidense. ¿Cuál es el siguiente paso?
Es una pena que Naciones Unidas tenga solo 193 Estados miembros… ¡Es broma! Pero sí, ¡pensamos a nivel global! Nuestro próximo objetivo es Brasil. Ya he empezado a estudiar portugués y estoy leyendo libros de Paulo Coelho.
¿Ha cambiado Internet la forma de vestir de quienes viven en Rusia?
No me cabe ninguna duda. La gente de la calle siempre ha buscado inspiración en iconos de estilo, músicos, estrellas de cine, modelos… Pero tener acceso 24 horas a noticias e imágenes ha ayudado a procesar toda esa información. Ahora son más creativos, más innovadores y se atreven a desarrollar su propio estilo.
Su armario también ha cambiado (ante la mirada de fotógrafos y blogueros).
Con los años te haces más conservador, en todos los sentidos. Literalmente, afecta a todas las esferas de tu vida: política, moral, gustos, guardarropa.
Vestido de Louis Vuitton by Nicolás Ghesquière.
Natalia Alaverdian
Ha mencionado que Raisa Gorbachova es uno de sus referentes. ¿Cuál era su atractivo?
Raisa Maksimovna, esposa del primer presidente de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachov, fue un ejemplo a seguir para las primeras damas rusas. No solo apoyó a su marido, sino que desempeñó un papel activo en la sociedad a través de acciones benéficas. Además, su estilo era impecable y apreciado en Occidente. Todo su armario se confeccionaba a medida en la casa de modas Kuznetsky Most. Era tan diferente a sus antecesoras: lista, ingeniosa, cortés, educada, de gusto exquisito. ¡Resulta imposible no admirarla!
El sector textil ruso vive un boom, gracias a diseñadores locales como Vika Gazinskaya, Ulyana Sergeenko, Nina Donis o Alexander Terekhov. ¿Tiene Moscú potencial para convertirse en capital de la moda?
Nuestros creadores son ambiciosos y muy trabajadores. Con la ayuda de la industria y de algunos filántropos, tienen la oportunidad de ganar prestigio internacional y así contribuir a la reputación de Moscú como epicentro de la moda.
¿Qué jóvenes talentos están en su punto de mira?
La diseñadora, afincada en Bucarest, Ioana Ciolacu (me gusta cómo explora la estructura) o Delfina Delettrez. Sus piezas han cambiado por completo mi manera de entender la joyería. Es divertida y tiene una visión única de las cosas. Además de etiquetas como Vika Gazinskaya y Rosie Assoulin. También sigo el trabajo de algunas firmas españolas y creo que tienen mucho potencial. Una de las últimas marcas de las que me enamorado es Pedro del Hiero Madrid. Tiene siluetas preciosas y la calidad de los tejidos es increíble.
Minivestido con aplicaciones de cristales y detalles en cuero de Gucci.
Natalia Alaverdian
Las prendas de Delpozo (con Josep Font al frente de la dirección creativa) también están presentes en su armario. ¿Cuál cree usted que es la clave del éxito de la casa española?
La feminidad atemporal de Josep Font. Sus siluetas desafían la gravedad y sus trajes –femeninos y audaces– son perfectos para la alfombra roja. Font me recuerda a Valentino cuando era joven: ¡alta costura opulenta sin remordimientos! Lo que él hace no es moda, es auténtico arte.
Según su cuenta de Instagram (con más de 805.000 seguidores), es inversora digital.
Hasta hace poco trabajaba para los grandes almacenes TSUM, pero ahora solo colaboro como consultora externa. De hecho, tenemos varios proyectos en marcha para el año que viene. Pero mi prioridad es Büro 24/7 y su expansión. Por lo que me he visto obligada a rechazar otros proyectos. Pero vale la pena. Tenemos muchas reuniones con inversores potenciales en Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamérica. También ofrecemos servicios de consultoría para grandes compañías, minoristas y estructuras gubernamentales. Les ayudamos a gestionar las redes sociales, desarrollar el departamento de comercio electrónico y construir la página web. Además, invertimos en empresas emergentes digitales. En Moscú hemos lanzado la cadena de cafeterías Büro, que esperamos expandir a otros países, donde ya tenemos presencia online. Y, también, tenemos entre manos un proyecto muy emocionante con el Ministerio de Industria y Comercio para reformar los uniformes escolares en Rusia. Pero todavía no puedo hablar más del tema…
Chaleco de piel de cordero con la espalda de seda de Hermès, vestido largo de Alice+Olivia para Net-a-Porter y botines de Howsty.
Natalia Alaverdian
A pesar de estar «familiarizada» con las redes sociales, rara vez cuelga una foto de su hijo…
No quiero que me robe protagonismo [risas]. No, es complicado. Es una cuestión de ética. ¿Creo que otras personas utilizan a sus hijos para promocionarse? No lo sé. No me gusta juzgar a los demás. Es su elección, y ellos son responsables de las consecuencias. Yo valoro la privacidad. Como dicen los británicos: «Mi hogar es mi castillo», y mi familia es sagrada. De repente sueno un poco pasada de moda. No me extraña que me guste el vintage.
Natalia Alaverdian