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Por qué el libro de Michelle Obama marca una liberación de su estilo

La ex primera dama Michelle Obama relaja su forma de vestir pero sigue apostando por un mensaje de poder y de carácter aspiracional.

Si Melania Trump ya asume que su estilo será radiografiado con lupa a escala global, con Michelle Obama pasa hasta después de abandonar la Casa Blanca. Su estilo también da pistas de su futuro. Con la presentación de sus memorias, Mi historia (Plaza & Janés), su look de portada ha sido clave para muchos. En The Washington Post, por ejemplo, sentenciaban que su carrera hacia la Casa Blanca estaba descartada porque el top blanco que luce "no es el tipo de camiseta que viste un candidato político".
En esta nueva etapa, Michelle Obama liquida sus célebres looks de J. Crew y la seriedad de vestidos estampados a lo Michael Kors del pasado y apuesta por una redefinición más relajada y arriesgada, aunque también aspiracional. Como el conjunto blanco que ha lucido junto a Oprah en la presentación de su libro.
El estilo de la ex primera dama se ha relajado en sus apariciones públicas desde que dejó el cargo, pero sigue siendo un motor clave que orbita en torno a su figura. La portada de Elle y su entrevista con Oprah marca esta nueva etapa, alejada del encorsetamiento institucional.  "He entendido el poder de lo que visto", explicó a la editora jefe de la publicación, Nina Garcia.
Para Obama, al contrario de la elecciones de Melania Trump –cargadas de simbolismo político hacia un espectro colonialista, como por ejemplo en su reciente viaje a África–, el vestuario tiene que ser una extensión política de conciencia. Aquí, con diseño de la diseñadora independiente estadounidense Rachel Comey, cuando presentó hace unas semanas el día internacional de la niña y la campaña que ha amadrinado
"Necesito hacer elecciones de estilo que sean una plataforma para no solo mostrar el trabajo de los diseñadores, sino para crear más diversidad y poner el foco sobre mujeres lo máximo que pueda. He trabajado con diseñadores que, además, creo que son buenas personas. He escuchado más allá: ¿cómo tratan a sus empleados¿ ¿cómo han tratado a mi equipo? Todo eso influye en la ropa que vistes. Quiero transmitir esa sensación positiva. Todo importa". Aquí, con traje de Akris en un colegio de Chicago durante una charla hace unos días.
Tanto la portada del libro como la editorial de Elle ha estado creado por el mismo equipo: el fotógrafo Miller Mobley, Yene Damtew en peluquería, el maquillador Carl Ray y la estilista Meredith Koop. Las dos imágenes representan esta nueva era de su imagen más liberada, intelectual y menos preppy y encorsetada que en su etapa en la Casa Blanca. Ray y Koop llevan años trabajando con ella: se mudaron desde Chicago a Washington para asistir como estilistas personales de Michelle Obama en su etapa en la Casa Blanca.