«¿Quién era yo si no iba a ser madre?»: Lena Dunham visibiliza la «pena, dolor y rabia» de no quedarse embarazada por in vitro
La autora y cineasta publica un emocional ensayo en el que narra su intento fallido de ser madre mediante reproducción asistida.
Lena Dunham ha escrito un ensayo en la revista Harper’s sobre «la pena, dolor y rabia» de comprender durante el último año que no podrá ser madre biológica. Según explica en False Labor: Giving up on motherhood, la escritora, directora y showrunner, de 34 años, narra cómo tras someterse a una histerectomía hace tres años d...
Lena Dunham ha escrito un ensayo en la revista Harper’s sobre «la pena, dolor y rabia» de comprender durante el último año que no podrá ser madre biológica. Según explica en False Labor: Giving up on motherhood, la escritora, directora y showrunner, de 34 años, narra cómo tras someterse a una histerectomía hace tres años debido a la endometriosis que padecía, sopesó explorar la adopción antes de que un médico le dijera que «podría tener la posibilidad de fertilizar óvulos» mediante fecundación in vitro. Tras el proceso, en el que trató de fertilizar seis óvulos, en mayo le dijeron que «ninguno de mis óvulos era viable».
En el ensayo Dunham revela cómo tras someters a la histerectomía fue entonces cuando se obsesionó con convertirse en madre. «El momento en el que perdí mi fertilidad fue cuando empecé a buscar a un bebé», escribe. Esa voluntad de ser madre, según explica, fue la que le hizo desintoxicarse de su adicción a las benzodiacepinas y comenzar una terapia de rehabilitación para poder experimentar la maternidad.
Según Dunham, todo comenzó después de que un médico le informara que su ovario restante seguía produciendo óvulos, a pesar de «la menopausia química, las cirugías y el descuido de la adicción a las drogas». «Si los fertilizamos con éxito, podrían ser fertilizados con esperma de un donante y llevados a término por un sustituto», escribió. Sin embargo, a pesar de la esperanza inicial, Dunham dijo que se le informó a principios de este año que ninguno de sus óvulos era viable».
«Estaba en Los Ángeles cuando recibí la llamada del Dr. Coperman, el pequeño judío que fue mi entrada (y ahora salida) del mundo de la reproducción corporativa», escribe Dunham, antes de recordar que el médico dijo que cinco de sus seis óvulos no habían funcionado y que el restante tenía problemas cromosómicos. «Todo se derrumbó cuando traté de imaginarlo: la habitación oscura, la luz brillante, el esperma chocando contra mis óvulos polvorientos con tanta violencia que se quemaron. Era difícil entender que se habían ido«, dice la autora en el ensayo, y luego agrega que por al final de su conversación, ella se secó las lágrimas y le daba las gracias una y otra vez al doctor.
«En mi cabeza, ya se lo estaba diciendo a mis padres», continuó. «El único consuelo para este fracaso de la biología fue la biología, la comprensión inherente de las personas que me hicieron«. Dunham pasa a detallar la angustia que sintió por su incapacidad para tener hijos, así como el ajuste de cuentas que acompañó a este sueño de la infancia que estaba «destinado al fracaso».
«Simplemente no lo sabía todavía. Era otra futura mujer arrogante, segura de que tendría lo que quería porque lo quería. Porque siempre lo había conseguido. Porque el mundo me dijo que era mío«, escribe sobre su forma de pensar cuando era niña.
En un post que ha compartido en Instagram, Dunham también habla sobre la sensación de comunidad que ha experimentado durante el proceso en las comunidades online en las que mujeres hablan abiertamente sobre esta situación: «Fueron comunidades en las que caí cuando sentí que el mundo no tenía espacio en la vida real para el duelo, el dolor y la rabia que conlleva procesar algo de esta magnitud«.
Puedes leer el ensayo completo de Lena Dunham, aquí.