¿Se puede ir al Elíseo con la barriga al aire? La foto de los Bieber con los Macron pone en entredicho el protocolo

En la imagen viral, el que parece más contento es el presidente francés, que también invitó a unos youtubers a grabar un vídeo en el palacio.

Justin Bieber y Hailey Baldwin visitaron a Emmanuel y Brigitte Macron en el Elíseo.Getty (GC Images)

Hay fotos que son carne de meme desde el mismo instante en que se toman, y luego está la que propició el encuentro de Justin Bieber y Hailey Baldwin con Emmanuel y Brigitte Macron en el Elíseo hace unos días. Todo ahí invita al comentario, desde la postura de los cuatro, agarrándose por detrás en pose de colegueo, a la cara de la primera dama francesa, la actitud del propio Bieber y el vestido de Baldwin, un vestido con cuello halter de Laquan Smith que dejaba todo el abdomen al descubierto, con falda lápiz y sandalias invisibles de tacón. Bieber llevaba traje con deportivas, un modelo de las ...

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Hay fotos que son carne de meme desde el mismo instante en que se toman, y luego está la que propició el encuentro de Justin Bieber y Hailey Baldwin con Emmanuel y Brigitte Macron en el Elíseo hace unos días. Todo ahí invita al comentario, desde la postura de los cuatro, agarrándose por detrás en pose de colegueo, a la cara de la primera dama francesa, la actitud del propio Bieber y el vestido de Baldwin, un vestido con cuello halter de Laquan Smith que dejaba todo el abdomen al descubierto, con falda lápiz y sandalias invisibles de tacón. Bieber llevaba traje con deportivas, un modelo de las Nike Dunk que no estaba todavía a la venta cuando se las puso. Porque las estrellas del pop y los mandatarios tienen distintos marcadores de estatus.

El motivo del encuentro entre las dos parejas era un tanto nebuloso. Al parecer, el propio Bieber solicitó el encuentro ya que estaba de paso por París, para discutir “asuntos de la juventud”, y se le hizo un hueco en la agenda de Macron aprovechando que ese día, el pasado lunes, se celebraba en Francia el Día de la Música.

Puesto que el cantante colgó la foto sin ningún texto en su Instagram, fueron los usuarios quienes se encargaron de comentarla. “Tu mujer es guapa, pero se debería haber vestido para la ocasión”, escribió una, que lleva más de 8000 me gusta. Más adelante. “¿Hailey va al club o qué? Igual le están esperando fuera las Kardashian”. Otro: “Esto es genial, pero me causan problemas estos atuendos”. Y uno más: “¿Quién lleva eso para reunirse con el presidente de Francia? Tiene tan poca clase y buen gusto”. Casi todos se centraban en criticarla a ella hasta que alguien señaló: “Todo el mundo está juzgando a Hailey, pero nadie va a decir nada de Justin, que lleva traje con Nikes? ¿O de su camisa desabrochada?”.

Quien parece el más contento de todos en la foto es el propio Macron, que lleva un tiempo inmerso en una estrategia de diversificación mediática. A finales de mayo, recibió en el Elíseo a dos famosos YouTubers franceses, McFly y Carlito, que rodaron un vídeo de 36 minutos en el palacio con distintos segmentos. En uno de los más vistos, Macron asiste en los jardines a un concierto de heavy metal del grupo Ultra Vomit haciendo una versión de una canción infantil. En otro, llama al delantero del Paris Saint Germain Killian Mbappé y le pregunta si va a fichar por el Olympique de Marsella. El vídeo fue muy criticado por la oposición, en un país en el que la pompa que acompaña al presidente tiene mucha importancia. Según el comentarista Mathieu Slama, en Le Figaro, el vídeo “no honra ni a la política, ni a los influencers ni a la juventud”, en un momento en que los nacidos en los dosmiles se enfrentan a un panorama económico deprimente.

Aun así, Macron, que se enfrenta el año que viene a su reelección, seguramente logró su objetivo. Según una encuesta publicada por Daily You Dimanche, esa semana su popularidad subió al 51% en la demografía 18-24, mientras que en los otros grupos de edad ronda el 40%. Para rodar el vídeo, los dos youtubers no cambiaron su estilo habitual. Uno llevaba una camiseta de la película School of Rock y el otro un gorrito de lana amarillo. Lo extraño hubiera sido que llevaran traje para grabar un vídeo de humor.

¿Tiene sentido exigir a los profesionales del espectáculo que sigan una etiqueta específica en sus encuentros con jefes de estado y de gobierno? Kim Kardashian se puso traje y americana negros cuando se reunió con Donald Trump porque estaba allá para hablar de la reforma de prisiones (una frase que, leída un par de años después, sirve como recordatorio de lo que fueron los años de la Administración Trump), pero Michael Jackson siempre fue a ver a los Reagan vestido de Michael Jackson, igual que Elvis Presley mantuvo su estilo –camisa con cuello gigante y tres botones desabrochados, chaqueta-capa, maxicinturón dorado, medallón al cuello– cuando le estrechó la mano a Richard Nixon. En casi 70 años de reinado, a Isabel II le ha dado tiempo a saludar a todo tipo de celebrities y por lo general existen dos tipos de atuendos que el famoso medio se pone para estrechar la mano de la Reina de Inglaterra: una versión casi exagerada del traje formal británico si van a recoger algún tipo de condecoración –Angelina Jolie con traje de chaqueta color topo, falda midi y chaqueta de lazada sería la idea, una especie de performance de lo respetable– y su habitual traje de batalla del glamour si el encuentro se produce en un estreno o un espectáculo. Ahí caben desde Marilyn Monroe y su traje ajustado de lamé a Lady Gaga, que tuvo su encuentro real vestida de látex rojo porque acababa de dar su concierto.

A Marina Fernández, profesora de protocolo social e imagen en la Escuela de Protocolo de Madrid, no le parece que lo que hicieron los Baldwin Bieber fuera una falta de respeto. “Sí que es una imagen sorprendente, que se sale de lo habitual. Seguramente se les envió unas recomendaciones de etiqueta de traje oscuro para él y falda por la rodilla o traje pantalón para ella, y las ignoraron. Pero Justin Bieber y Hailey Baldwin se representan solo a si mismos, no estamos hablando de un presidente del gobierno y una directora del FMI. Lo que han hecho es aprovechar esa oportunidad para seguir construyendo su marca, de matrimonio joven, moderno, pegado a la tendencia. En esa foto queda muy claro que tanto los Macron como los Baldwin Bieber están hablando cada uno a su público”. En este caso, señala además, los gestos y la charla fueron correctos y el acto no tenía ninguna trascendencia política y se produjo por un motivo casi lúdico. “Si Hailey Baldwin se hubiera presentado con la barriga al aire a un funeral, entonces sí que tendríamos un problema. Se le habría ido la mano con la estrategia de comunicación”.

Las zapatillas de Bieber no son las únicas que se han visto en actos formales en los últimos meses. En la toma de posesión de Joe Biden, fueron muy comentadas, y en general aplaudidas, las deportivas que llevó una de sus nietas, Maisy, tanto en el acto formal diurno como en el baile posterior, de formato muy reducido debido a la pandemia. También Nikolas Ajagu, el marido de la sobrina de Kamala Harris, llevó unas sneakers de la colaboración de Nike con Dior con un precio de venta superior a los 2.000 euros ¿Son las zapatillas ya parte de la nueva formalidad, siempre que sean nuevas y caras? Fernández cree que eso aun tardará en imponerse. “Los cambios en el protocolo y la etiqueta son muy lentos. En muchos lugares todavía no se puede entrar con zapatillas, aunque es cierto que en los hoteles de lujo de California, donde antes había unas reglas muy definidas, del tipo no entrar con camisa sin cuello, prohibir las chanclas, etcétera, han tenido que modificarlas porque sus clientes han cambiado. Los nuevos millonarios solo tienen zapatillas”.

La foto de los Bieber también recuerda a un caso muy comentado en España, la famosa foto filtrada del entonces presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, con sus hijas posando con el matrimonio Obama. “Aquél fue un caso delicado”, cree la profesora de protocolo. “Eran menores y no estaban participando en ese acto institucional. Era una foto privada que se filtró. También es cierto que su padre sí era representante de los españoles en ese momento, pero no me parece que faltaran al respeto a nadie. Sucedió lo previsible: que fue muy criticada por unos y muy aplaudida por otros”.

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