Kim Kardashian: así piensa la mujer de los 104 millones de seguidores
No necesitó saber cantar, actuar o desfilar para convertirse en la ‘mujer marca’: es una provocación en sí misma. La ultracelebridad lleva su poder con ligereza. El mundo ha aprendido a no subestimarla.
Ver el piloto de Keeping up with the Kardashians (Las Kardashians), emitido en 2007, es un ejercicio antropológico casi necesario para el que pretenda entender 2017, empezando por quien vive en la Casa Blanca. Kylie y Kendall Jenner, ahora supermarcas en sí mismas, eran entonces niñas preadolescentes, Caitlyn Jenner se llamaba Bruce. No existía ninguno de los cinco niños Kardashian –próximamente ocho, si se confirman los rumores– y Kim… Kim era (muy poco) conocida por ser la amiga de Paris Hilton y por un vídeo sexual que se había filtrado. En el capítulo, ensaya cómo explicará eso en...
Ver el piloto de Keeping up with the Kardashians (Las Kardashians), emitido en 2007, es un ejercicio antropológico casi necesario para el que pretenda entender 2017, empezando por quien vive en la Casa Blanca. Kylie y Kendall Jenner, ahora supermarcas en sí mismas, eran entonces niñas preadolescentes, Caitlyn Jenner se llamaba Bruce. No existía ninguno de los cinco niños Kardashian –próximamente ocho, si se confirman los rumores– y Kim… Kim era (muy poco) conocida por ser la amiga de Paris Hilton y por un vídeo sexual que se había filtrado. En el capítulo, ensaya cómo explicará eso en el programa de Tyra Banks y prueba con esta frase: «Porque estaba cachonda y me apetecía». Si eso no es feminismo sex-positive, que baje Mae West y lo vea.
Han pasado diez años y, con las carreras que tienen actualmente, ya no tendrían necesidad de rodar el reality show. ¿Por qué siguen haciéndolo?
Porque cuando filmamos, somos quienes realmente somos. Como familia, nos une mucho. Sabemos que tenemos esa obligación laboral que nos hace estar ahí y nos sirve para estar juntos. Si estuviéramos todo el día haciendo nuestras cosas, no nos veríamos tanto. Mientras nuestras vidas se vuelven cada vez más locas y surrealistas, el programa es lo que nos devuelve a la Tierra.
¿Les ayuda a procesar cosas que pasan en su vida?
Al equipo de la serie se le da muy bien ser una mosca en la pared y seguir nuestros movimientos, pero sí que somos conscientes. A veces pensamos: «Oh, estamos en medio de una pelea y tenemos que rodar juntos en los próximos días», así que en ese sentido sí es terapéutico, porque comprendemos que tenemos que arreglar las cosas.
De usted dicen que es la Olivia Pope de los Kardashian, la que pone paz y soluciona los entuertos.
Desempeño ese papel desde siempre. Los miembros de mi familia vienen a mí con sus problemas para que se los solucione. Por otra parte, yo quise hacer el programa más que mis hermanas. Kylie y Kendall eran muy pequeñas, Kourtney no quería… Soy muy consciente de que si no tienes un gran sistema de apoyo es muy duro aguantar toda la atención mediática y todo lo que implica. Tengo que poner mi parte.
Su madre es fascinante, maneja todas sus carreras, pero también es el blanco de muchas críticas.
No se le da el crédito que merece porque a ella no le importa y está siempre ocupada trabajando, pero todos nosotros la respetamos mucho y somos muy conscientes de que le debemos nuestras carreras.
Su marido no aparece mucho en la serie. ¿Aporta ideas?
Él era fan de la serie antes de conocerme y cuando aparece en el show lo hace siempre bajo sus propios términos. En el episodio en el que me pidió matrimonio, todo se rodó con cámaras distintas, con sus cámaras. Y todos los capítulos anteriores a nuestra boda en París se grabaron con iPhones y pequeñas cámaras que sosteníamos nosotros mismos.
Él se reunió con el presidente Trump en la Trump Tower cuando acababa de ser elegido. ¿Le apoyó en esa decisión? Usted es muy crítica con el presidente.
En ese momento hubiera apoyado a cualquiera que quisiera hacer cambios en el mundo y se reuniese con la máxima autoridad del país. Confío en él. Y hubiera animado a cualquiera para que se reuniese con el presidente de Estados Unidos. Cuando llega alguien al poder, esperas que tome las mejores decisiones para el país y para la gente, y cuando ves que eso no pasa es muy devastador. Ahora sería una historia distinta. Yo no soy seguidora del presidente. Hay mucho caos en el mundo y da mucho miedo vivir en un tiempo en el que no te sientes segura, y el presidente de nuestro país hace que cada día te levantes con peores noticias que el anterior. Respecto a las opiniones de mi marido, no son las que la gente cree que son, solo porque se reunió con el presidente.
¿Cree que su familia ha contribuido a cambiar actitudes en torno a cosas a las que se han enfrentado? Ahí están sus matrimonios interraciales, la causa trans…
Cuando filmamos un capítulo, pensamos que la gente puede aprender algo a la vez que nosotros. Siempre me hace feliz cuando las personas se me acercan y me dicen que le hemos ayudado a pasar por un mal trago, sobre todo si es un tema que no se está discutiendo en ningún otro sitio. Creo que nos mostramos abiertos y vulnerables y eso se transmite.
Hablemos de la temporada en la que Caitlyn Jenner llevó a cabo su cambio de sexo. ¿Cómo cree que su familia manejó la situación?
Esa fue la temporada más difícil de rodar, en parte porque para mi madre toda la transición estaba resultando muy dura y yo estaba preocupada por mis hermanas pequeñas. Es muy fuerte cuando ves a alguien cercano y a quien conoces embarcarse en un viaje tan importante y no estás segura de cómo lo va a percibir el mundo. Te genera mucho nerviosismo. Fue duro ver que la gente no lo entendía al principio, cuando no sabían toda la verdad. Ni siquiera algunos miembros de la familia lo sabían. Hubo mucho caos y lo hicimos lo mejor que pudimos para tratar de explicárselo a todos con compasión y aceptación.
¿Cuál es su relación con Caitlyn ahora?
Ella es familia y siempre lo será. Es el padre de mis hermanas y siempre la respetaré.
Ha sido muy abierta hablando de lo difíciles que fueron sus embarazos. ¿Se dibuja una imagen demasiado idílica de un proceso que para mucha gente es durísimo por distintas razones?
Para mí, estar embarazada no fue lo que yo esperaba, no se pareció en nada a la experiencia que tuvo mi madre o mi hermana. No me podía creer que no estuviese sintiendo eso que dicen otras mujeres que sienten. En determinado momento, pensé: «No debo ser la única. Debe de haber otras mujeres ahí afuera que están experimentando lo mismo que yo».
Sus hijos eran famosos desde antes de concebirse casi. ¿Tiene reglas respecto a su exposición?
En el programa hay algunos límites, desde luego. Los niños pueden estar de fondo, pero no pueden ser los protagonistas. Por otro lado, me encanta rodar con los niños porque así los veo durante todo el día y además ellos pueden jugar con sus primos.
¿Cree que usted y sus hermanas han ayudado a modificar el ideal de belleza en Estados Unidos? No son rubias, ni anglosajonas, tienen curvas…
Ese es uno de nuestros mayores orgullos. Cuando la gente nos dice que les hemos ayudado a sentirse cómodos en su propia piel.
Cierto, son responsables de muchas tendencias. El contouring, esa fijación que tienen con el color beis… Si usted tuviera que destacar una contribución del clan Kardashian al mundo de la moda, ¿cuál sería?
Quizá hacer que las curvas estén de moda.
Cuándo lanzó su línea de belleza, ¿era importante para usted que abarcara todos los tonos de piel?
Lo importante era que todos mis fans pudieran usar los productos. Recibí un montón de mensajes antes de crear los kits para contouring de gente que me decía que no podía encontrar los colores adecuados para su tono de piel; había que crear una gama que fuese del tono más claro al más oscuro.
No todo el mundo se atreve a utilizar un maquillaje tan intenso. ¿Qué aconseja a los que quieran iniciarse?
Siempre animo a la gente a probar nuevas cosas y diferentes maneras de aplicarse el maquillaje. Me encanta hacer vídeos de Instagram (tiene 104 millones de seguidores) explicando cómo utilizar los productos. Cuando pruebas algo nuevo, tienes que hacerlo unas cuántas veces hasta que confías en tus propias habilidades.
Cuando usted apareció en la portada de la revista Forbes, lo colgó en Twitter con un hashtag que decía «No está nada mal para una chica sin talento». ¿Era esa su respuesta a los que dicen que es usted famosa por ser famosa, que no sabe actuar, cantar o nada parecido? ¿Cree que la gente la subestima?
Ya no presto mucha atención a ese tema. He trabajado muy duro para llegar donde estoy y espero que se note. Cuando escribí ese hashtag estaba bromeando con mi amigo Jonathan. Quería un mensaje que fuera gracioso e ingenioso.
Ahora que ha mencionado a uno de sus amigos. ¿Quiénes son? ¿Tiene amigos fuera del show business, amigos de la infancia, de antes de ser famosa?
Mis hermanos y yo tenemos una relación que nadie más puede entender, así que estoy contenta de que ellos sean mis mejores amigos. También está mi amiga Allison, a la que conozco desde la guardería. Hablo con ella todos los días.
Tiene una relación especial con Riccardo Tisci. ¿Quién más cree que está haciendo ahora movimientos interesantes en la moda?
Realmente admiro lo que mi marido está haciendo. Me encanta ver cómo sus creaciones y su paleta de colores influyen en las otras marcas. Riccardo es el mejor. Donatella es una de mis favoritas; también es un clásico. Y es genial todo lo que está haciendo Demna (Gvasalia).
Su primer libro artístico, Selfish, recogía todos sus selfies. ¿Son una nueva forma de arte, una herramienta para empoderar?
Los selfies son, desde luego, algo muy importante en la cultura pop y estoy contenta de haberlo capturado en el libro, pero ahora ya no me hago autofotos. En el último año he estado intentado vivir algo más separada de mi teléfono. Hay ocasiones en las que ni siquiera lo llevo encima. Si voy a algún sitio, intento centrarme en vivir en el momento .