Isabel II y Robert Smith: enemigos íntimos (por la disputa del trono)
El rey de los siniestros y la reina de los británicos cumplen años el 21 de abril. Puede ser lo único que tienen en común.
El 21 de abril marca el primer día del zodiaco para los tauro. El 21 de abril nacieron la Reina Isabel II y Robert Smith, cantante de The Cure, también. Pocos tauros tan diferentes. Ella nació en 1926 en Londres, primogénita de Jorge VI e Isabel; él en 1959, en Blackpool, el tercero de cuatro hijos de una familia de clase media. Ella creció en un entorno gótico y claustrofóbico como es el de la familia Windsor; él se lo tuvo que construir a base de vestir de negro, pintarse ojos y labios y, sobre todo, crearle un agujero a la capa de ozono a base de cantidades ingentes de laca...
El 21 de abril marca el primer día del zodiaco para los tauro. El 21 de abril nacieron la Reina Isabel II y Robert Smith, cantante de The Cure, también. Pocos tauros tan diferentes. Ella nació en 1926 en Londres, primogénita de Jorge VI e Isabel; él en 1959, en Blackpool, el tercero de cuatro hijos de una familia de clase media. Ella creció en un entorno gótico y claustrofóbico como es el de la familia Windsor; él se lo tuvo que construir a base de vestir de negro, pintarse ojos y labios y, sobre todo, crearle un agujero a la capa de ozono a base de cantidades ingentes de laca. A ella la coronaron como reina de Inglaterra en 1953; a él, como rey de los góticos, emos, y chicos y chicas “raritos” de la clase, después del elepé de 1989 Disintegration, con el que cambiaron la historia del rock.
Un país es demasiado poco para dos casas reales. Normal que, en 2012, en una entrevista para la revista francesa Télérama, Robert Smith se despachara a gusto con “su reina”: “Odio a la realeza. Cualquier tipo de privilegio hereditario es un error. No es que sea solo antidemocrático, es que es un profundo error. Si alguna vez recibiera (aunque nunca va a pasar), un reconocimiento de la monarquía, sinceramente, me cortaría yo mismo las manos antes de recogerlo. Porque, ¿cómo pueden atreverse a suponer que ellos pueden darme a mí un reconocimiento. Nunca han hecho nada. ¡Son unos idiotas! Yo debería ser rey… o algo así”. Famoso por su imagen excéntrica, el rey gótico, sin embargo, se ha comportado como un monarca. Por ejemplo, siguiendo la tradición de la aristocracia del pop inglés, dos de sus giras por Estados Unidos se han iniciado con su desembarco en el puerto de Nueva York, a bordo de un barco que, precisamente, se llamaba Queen Elizabeth II. Una semana de viaje transoceánico para atracar en loor de multitudes ante sus súbditos norteamericanos y en el que, fiel a su leyenda de compositor de nanas, se pasaba horas en el salón de juegos para niños.
El peor momento de su vida fue, para Isabel II la muerte de Diana de Gales, en el que incluso llegó a peligrar su corona debido a la oposición de sus súbditos a su frialdad, con una reina que parecía más sensible a los caprichos de su perros corgis que al sufrimiento de sus nietos.
Isabel II lleva casada con Felipe de Edimburgo desde 1947, y con él ha tenido hasta cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), y alimentado una abundante rumorología sobre las infidelidades de Felipe. Robert Smith lleva desde los 14 años con Mary Theresa Poole, con la que tuvo el compromiso de no tener descendencia, pues “no me siento lo suficientemente responsable para traer una criatura al mundo”. A diferencia de la Casa de los Windsor, la Casa de los Góticos no tendrá un heredero. Cómo no, dada su relevancia pública e iconográfica, ambos han sido representados en numerosas ocasiones en la ficción. Probablemente, quien más lejos haya llevado la parodia de Isabel haya sido la serie de televisión Spitting Image, pero después, se ha convertido en toda una estrella del cine y la televisión gracias a películas como The Queen y series como The Crown. Robert Smith, por su parte, ha inspirado a artistas tan dispares como el director de cine Tim Burton o el dibujante Neil Gaiman, y su aspecto ha sido motivo de mofa en capítulos de South Park, parodia que aceptó de buena gana, doblando a su personaje. Un capítulo que, según Smith, le ha asegurado entrar en los libros de historia o, por lo menos, en los de la historia de sus 25 sobrinos: “Es divertido que de todo lo que he hecho (de los viajes, experimentar tantas cosas, conocer a gente tan interesante o grabar discos), nada les interese. Sin embargo, desde mi aparición en South Park ya soy inmortal y famoso para ellos. Bastardos”.