Guapas, pijas y famosas: así conquistan el mundo las ‘instamodelos’
Una fórmula rentable que suma seguidores y contratos. No veíamos nada igual desde las supermodelos de los 90 (y eso que ellas no tenían Instagram).
Van juntas de festival, sus poses son el centro de atención en la gala del MET y no temen «hacer el idiota» –la misma Gigi Hadid utiliza esta expresión– y mostrarlo en las redes sociales. Para subrayar su amistad, utilizan etiquetas como #squad (pandilla), #CaKe (acrónimo de Cara Delevingne y Kendall Jenner) o #KenGi (Kendall más Gigi). Suman millones de seguidores que aprueban con likes sus ocurrencias (solo Kendall atesora ya 56,6 millones en Instagram, y subiendo). Y las marcas las adoran por ello. «Las celebrities se han convertido en empresas cap...
Van juntas de festival, sus poses son el centro de atención en la gala del MET y no temen «hacer el idiota» –la misma Gigi Hadid utiliza esta expresión– y mostrarlo en las redes sociales. Para subrayar su amistad, utilizan etiquetas como #squad (pandilla), #CaKe (acrónimo de Cara Delevingne y Kendall Jenner) o #KenGi (Kendall más Gigi). Suman millones de seguidores que aprueban con likes sus ocurrencias (solo Kendall atesora ya 56,6 millones en Instagram, y subiendo). Y las marcas las adoran por ello. «Las celebrities se han convertido en empresas capaces de generar mucho negocio en torno a su marca personal; están aprendiendo a monetizar su presencia en las redes sociales», subraya Rodrigo Miranda, director general de la escuela de negocios digital ISDI.
Para Miranda, el mundo digital «se ha convertido en una herramienta básica para gestionar su popularidad y mantener su presencia más allá de las pasarelas o de una campaña». Además, genera ingresos: Kendall entró en 2015 por primera vez en la lista de las modelos mejor pagadas de Forbes (20 años y 3,5 millones de euros), en la que su íntima Cara ocupa el segundo puesto (7,9 millones). Rentabilizan su amistad. Aina López, directora del Departamento de Sociología VI de la Complutense, explica que la atracción que ejercen se debe a que «se proponen como una idealización de la vida de cualquiera; hay una teleparticipación, a través de su estilo de vida y su difusión constante se participa de ese vínculo».
La generación de Cara, Kendall, Gigi, Lily Aldridge y Karlie Kloss –todas amigas y reunidas en torno a su relación con Taylor Swift, la jefa de las redes– sustituye en el imaginario colectivo a las supermodelos de los 90. Ellas son las nuevas tops. «Se asemejan en popularidad, son más estrellas que modelos, como ocurrió con Claudia Schiffer, Naomi Campbell…», indica Guillermo Corominas, director de Comunicación de Mango, marca que ha contado con Karlie, Kendall y Cara en sus campañas. «Sus redes sociales son en sí un medio de comunicación, difundes tu mensaje a mucha más gente. Pero también elegimos a modelos como Kate Moss, que no trabaja sus perfiles», señala Corominas.
Eso lleva a que en sus contratos incluyan un apartado en el que se hable de posts, explica: «Veo como algo natural el hecho de que esté incluido, es una acción más de difusión de una colaboración». Se trata de un signo de los tiempos actuales, apunta Jose Duran, director de Viva Model Management BCN. «Todas están muy al día en las nuevas tecnologías, son de la generación millenial y conocen los nuevos soportes», añade. Su agencia da consejos e intenta «que cada red exprese el universo de cada chica, pero sin que se convierta en algo estresante para ellas». Porque triunfa la naturalidad: cuando Lily celebra su cumpleaños con una tarta y sopla las velas con Gigi y Karlie; cuando Kendall y Cara saltan como locas en un concierto. Cosas que cualquiera podría hacer. De nuevo la identificación.
La formación digital se ha convertido en un básico, y agencias como Elite destacan en su web la importancia de «promover formas innovadoras de management que elevan a las modelos más allá de la carrera tradicional». Isabel Navarro, quien imparte el Curso Superior Universitario de Modelo Profesional de la Universidad Rey Juan Carlos, asegura que deben aprender a gestionar su marca personal, «que tiene cada vez más importancia». Tanta, que según Frank Spadafora, CEO de D’Marie Group, el trío formado por Kendall, Cara y Gigi puede cobrar entre 110.000 y 264.000 euros por post. Jean Marc Colanesi, experto en Marketing del Lujo de la escuela de negocios ESIC, incide en lo provechoso de esta presencia digital continua y cercana: «Cuando enseño mi vida, conecto con el consumidor, le muestro un mundo idílico donde la mayoría no puede vivir. Y se traslada a ese universo a través de la compra para poder tener ese estilo de vida».