Greta Gerwig: «No quiero ser siempre la amiga rarita»

La musa indie, idealista y transgresora a su manera, alcanza la gloria con su papel en la comedia Frances Ha, cuyo guión firma. También protagonizará Cómo conocí a vuestro padre, secuela de la serie de culto.

Greta Gerwig iba para filósofa, pero la vida la terminó arrastrando hacia otro lugar. Tras graduarse en Barnard, la universidad donde estudian las élites femeninas de Estados Unidos, se convirtió en musa del mumblecore, extinto movimiento de cine ultraindependiente, antes de recibir la llamada de Hollywood –rodó Sin compromiso, junto a Natalie Portman– y de trabajar con autores como Whit Stillman (Damiselas en apuros) y Woody Allen (A Roma con amor). A los 30 años, Gerwig prepara su salto a la primera línea con Cómo conocí a vuestro padre, secuela...

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Greta Gerwig iba para filósofa, pero la vida la terminó arrastrando hacia otro lugar. Tras graduarse en Barnard, la universidad donde estudian las élites femeninas de Estados Unidos, se convirtió en musa del mumblecore, extinto movimiento de cine ultraindependiente, antes de recibir la llamada de Hollywood –rodó Sin compromiso, junto a Natalie Portman– y de trabajar con autores como Whit Stillman (Damiselas en apuros) y Woody Allen (A Roma con amor). A los 30 años, Gerwig prepara su salto a la primera línea con Cómo conocí a vuestro padre, secuela de la sitcom de culto, y estrena la comedia Frances Ha a las órdenes de su pareja, el director Noah Baumbach. En esta cinta de bajo presupuesto interpreta a una bailarina torpe, excéntrica y encantadora que se parece bastante a sí misma.

¿Qué porcentaje de Frances Ha está inspirado en su propia vida?

Me cuesta verlo de una forma tan numérica, aunque es cierto que el arte imita bastante la vida. La película habla de ese momento en que miras atrás por primera vez y te das cuenta de que tu juventud ha terminado. A los 30, el vínculo con tus amigos cambia. Empiezas a relacionarte con ellos de una manera más adulta. Y un día te descubres pronunciando frases como «¿Tienes tiempo para comer este miércoles?».

Lo exótico en su película es que no hay galán.

La mayoría de los filmes sobre mujeres se centran en las miserias de su vida sentimental. Yo no pienso tanto en eso. Hay otras cosas, como saber hacia dónde quiero llevar mi carrera o esforzarme en escribir. O bien obligarme a no ver la televisión. Eso sí que me cuesta esfuerzo.

¿Tan grave es lo suyo?

Crecí sin tele, lo que me hizo creer que era un objeto que uno debía venerar cuando tenía la suerte de disponer de él. Puedo ver hasta 12 horas seguidas sin problemas.

Frances Ha también habla de un fenómeno de hoy: esos jóvenes precarios que malviven de su arte.

Nunca quise hacer algo generacional, aunque mucha gente se reconoce en Frances. Nueva York se ha vuelto tan caro que esa es la situación en la que se encuentran muchos. Se me da bien observar a mi generación porque siempre me he sentido algo mayor. Eso me permite tomar distancia.

Cordon Press

¿Cómo fueron sus primeros días en la Gran Manzana?

Llegué a la ciudad para estudiar y tuve mil trabajos: camarera, niñera, di clases y trabajé en una revista de filosofía en un despacho lleno de profesores raros. Cuando terminé mis estudios me mudé con seis chicas a un piso donde solo cabíamos tres. Dormí en una colchoneta dos años, sin calefacción. Pero era feliz.

¿Por qué estudió Filosofía? 

Me gustan las ideas grandes. Es algo con lo que todavía disfruto. Ahora estoy leyendo a ese francés, Baudrillard. No siempre lo entiendo, pero a veces encuentro una idea que me hace brillar.

La fama y la imagen no parecen interesarle en exceso. ¿Se ve como una especie de antiestrella?

Estoy segura de que esta pregunta hará llorar a mi agente. ¡Él aspiraba a que me convirtiera en una estrella normal! [risas]. No se me da bien la parte glamurosa del oficio, aunque en el fondo lo disfrute. Cuando sea vieja, podré contar que una vez fui al Met Ball y me presentaron a Anna Wintour.

A ratos, se diría que Hollywood no sabe qué hacer con usted.

Sé que no me ajusto a ningún estereotipo. He pasado muchos años intentando cambiar para encajar en una categoría determinada, pero me he dado cuenta de que nunca funcionará. Siempre seré esa chica que imita a otra a quien se le da mejor hacer lo mismo. He decidido hacer las cosas a mi manera. Tal vez un día me convertiré en mainstream y ellos vengan a buscarme.

¿Escribió el papel para usted porque estaba descontenta con lo que le ofrecían? 

No quiero ser siempre la amiga rarita de la protagonista, porque al final se vuelve aburrido. Pero confieso que a veces me lo he pasado bien. Rodar Sin compromiso fue muy divertido, aunque no me gustaba el peinado que me pusieron. La chica que la escribió [Elizabeth Meriweather, creadora de la serie New Girl] y yo tenemos una buena amistad. Y estoy enamorada de Natalie Portman. No sé cómo se puede ser tan guapa, lista y divertida.

¿Cuál es su próximo proyecto? 

Siempre he querido ser directora, pero me parecía arrogante definirme así. Ahora he decidido anunciarlo por todo lo alto, porque así luego me veré obligada a hacerlo. Es como cuando dejé de fumar. Tuve que hacerlo para que la gente no me lo echara en cara. Si pude dejar el tabaco, tal vez también logre dirigir.

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