Tras el alcohol vino la abstemia: celebrities que abogan por la ley seca
Hollywood acumula un gigantesco historial de estrellas cuyas vidas arruinó el alcohol. Algunos vivieron un auténtico infierno por él y otros han decidido no probarlo porque no lo necesitan… ¿quiénes son?
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Si hiciéramos una ruta por los centros de rehabilitación de Estados Unidos podríamos recorrer gran parte del país, pero si hay uno particularmente emblemático desde hace décadas es la clínica Betty Ford, que lleva el nombre de la mujer del expresidente del país Gerald Ford, quien era alcohólica y adicta a los calmantes. En los años 70 decidió dar un giro a su vida al confesar públicamente el problema que arrastraba y, sobre todo, inaugurando el mencionado centro por el que ha desfilado lo más granado de Hollywood. Entre los pacientes más famosos de esta clínica californiana destacan Liza Minnelli, que luchó contra los mismos fantasmas que su madre; la malograda Judy Garland; Elizabeth Taylor, cuyas peleas etílicas con Richard Burton fueron legendarias; Tony Curtis, inolvidable protagonista de Con faldas y a lo loco; Margaux Hemingway, nieta del premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway; la mítica cantante Etta James; o Robert Mitchum, otro gigante de la interpretación.
El alcohol y Hollywood siempre han sido una mala combinación que ha arruinado carreras y que a veces se ha combinado con otro tipo de adicciones, desórdenes alimenticios o patología psicológicas, de las que también se puede recibir tratamiento en la Betty Ford –como se la conoce popularmente-. Sin embargo, son muchas las estrellas contemporáneas que han superado esta circunstancia y ahora aseguran ser abstemias al cien por cien. Otros, ni siquiera han probado el alcohol porque no lo han considerado oportuno… ¿quiénes son cada uno?
1. Bradley Cooper
Es el hombre del momento en Hollywood por el éxito de A Star is Born, que dirige y protagoniza junto a Lady Gaga. Feliz con la modelo rusa Irina Shayk, desveló a la revista GQ en 2013 que «estaba limpio» (expresión que se utiliza en el argot cuando se ha dejado de consumir determinadas sustancias), tras darse cuenta a los 29 años que “si continuaba así iba a sabotear mi vida”. Tres años más tarde, en una entrevista con Barbara Walters afirmaba: “Si no hubiera cambiado mi vida, no estaría aquí sentado contigo. No habría sido capaz de tener las relaciones que ahora tengo y tampoco de cuidar de mi padre como lo hice cuando estaba enfermo”, afirmó sobre la etapa más dura de su vida, que coincidió durante el rodaje de la serie Alias, en la que trabajó al lado de Jennifer Garner (que, por cierto, también está ayudando a su exmarido Ben Affleck a recuperarse de este problema).
2. Kristin Davis
El problema de la encantadora Charlotte de la serie Sex in the City fue de tal magnitud que pensó que no iba a llegar a cumplir los 30. Así lo admitió en la edición inglesa de la revista Marie Claire: “Me di cuenta de que no iba a acabar bien. Estaba estudiando Interpretación, lo que para mí era un gran desafío, pero tenía grandes resacas, por lo que no aprovechaba mis clases, así que me dije que tenía que elegir una cosa o la otra”. En un reciente podcast, Origins With James Andrew Miller, habló sobre las tentaciones que tiene que seguir evitando: “De vez en cuando estoy con amigos que se están tomando una copa de vino y pienso de una manera inocente que sería divertido tomarme una. Seguramente estaría bien, pero no quiero correr ese riesgo”.
3. Robert Downey Jr.
Nominado a un Oscar por su recreación de Charles Chaplin y ahora una de las estrellas mejor pagadas de Hollywood por la saga Iron Man, sufrió unos duros años de ostracismo profesional a consecuencia de su adición a las drogas y al alcohol. Por suerte, todo eso es ahora pasado… En la edición estadounidense de Vanity Fair declaraba en 2014 que llevaba sobrio una década, después de diversos problemas con la justicia e incluso haber estado en la cárcel a finales de los años 90, donde sufrió numerosas agresiones y se vio envuelto en numerosos altercados: “Todo cambió cuando me dije que no podía continuar así y pedí ayuda. Lo difícil no es superar este horrible problema, lo difícil es decidirse”.
4. Lana del Rey
Cuando aún no había adoptado su nombre artístico, entonces una desconocida Lizzy Grant, sufrió una enorme adicción al alcohol entre los 13 y los 18. “Hace nueve años de mi última copa”, afirmaba en la edición estadounidense de GQ en 2012: “Por este motivo me mandaron a un internado, para conseguir que estuviera sobria. Bebía muchísimo, cada día, incluso sola. Me parecía algo cool. Mucho de lo que escribí en mi disco Born To Die trata sobre esos días salvajes. Gran parte del tiempo, cuando escribo sobre la persona a la que amo, siento que estoy hablando sobre Nueva York. Y cuando escribo sobre las cosas que he perdido, hablo sobre el alcohol, porque fue el primer amor de mi vida”.
5. Jennifer Hudson
La ganadora de un Oscar por Dreamgirls aseguró en 2003 en el programa de televisión Chelsea Lately: “No he tomado una gota de alcohol en mi vida. Nunca me ha interesado, pero nadie me cree”, manifestaba la actriz, que en ese momento terminaba el rodaje de la película The Inevitable Defeat of Mister and Pete, un drama sobre una mujer adicta a la heroína que es detenida y deja desamparados a sus dos hijos. “Nunca he hecho nada de esto, así que ha sido difícil para mí interpretar este papel, porque es totalmente nuevo para mí. Generalmente, como actor tienes experiencias de las que tirar, pero en mi caso no sabía qué se podía sentir en una situación así”.
6. Brad Pitt
El exmarido de Angelina Jolie admitía en GQ en 2017 que había dejado de beber de una vez por todas: “Tengo una bodega y me gusta mucho el vino. Y, la verdad, me podría beber a un ruso entero con su vodka, era muy bueno en eso”, afirmaba con humor, pero… “decidí que no quería vivir más así. Lo reemplacé por zumo de arándanos y agua. ¡Tengo el tracto urinario más limpio de todo Los Angeles!”. El actor admitió también que fue esta adicción una de las claves para la destrucción de su matrimonio con su Angelina.
7. Gerard Butler
En 2012, el actor escocés ingresó en la clínica Betty Ford, lo que disparó las especulaciones de que se iba a desenganchar del alcohol, pero su respuesta fue contundente: “No he tomado una copa desde hace quince años”. El intérprete ha admitido tener una personalidad proclive a las adicciones, pero en esa ocasión se internó para tratar de sobreponerse a los intensos dolores que sufría a consecuencia de un aparatoso accidente de surf que pudo haberle costado la vida: “Realmente estaba tomando una cantidad mínima de pastillas cuando ingresé, pero se trataba de convertirme en un guerrero mental y no dejar que el dolor se apoderara de mí”.
8. Blake Lively
La protagonista de la serie Gossip Girl no ha sufrido nunca este problema y es abstemia por convicción: “No bebo y nunca he probado las drogas. Tampoco voy a discotecas porque la música está tan alta que no puedes tener una conversación con nadie. Si se me diera bien bailar iría, pero no es el caso. No es que haya decidido de manera deliberada tener este estricto estilo de vida y que me esté forzando a ello. Es simplemente que no tengo ningún deseo por ello”, manifestaba a la revista Allure la actriz, que está felizmente casada con el actor Ryan Reynolds, en un gran momento de popularidad gracias a la saga de Deadpool.
9. Colin Farrell
El actor irlandés celebraba en 2017 en el programa de Ellen DeGeneres que llevaba diez años completamente sobrio. “Cuando salí de la clínica de desintoxicación, fue la noche que mejor durmió mi madre en 15 años”, manifestaba en otra entrevista por esas mismas fechas en la que señalaba cómo había cambiado radicalmente su estilo de vida: ahora le gustaba salir en bicicleta, disfrutar de la naturaleza y practicaba yoga. Atrás quedan otras declaraciones menos edificantes, como las que hizo a la revista Playboy, en las que aseguraba que la heroína tomada con moderación podía ser una buena experiencia, y un vídeo sexual que no ha logrado retirar de internet, como vestigio de sus años más salvajes.
10. Zendaya
La estrella de Disney Channel hizo toda una declaración de intenciones en una fecha muy especial: “Hoy cumplo 21 años, pero no porque tenga la edad legal par beber significa que vaya a hacerlo. No tengo planeado comenzar a beber. Mi vida es muy estresante como para necesitar ayuda de un cóctel para relajarme. La industria está demasiado loca como para no ser la dueña de mí misma y tomar mis decisiones, así que no quiero añadir la bebida. Además, no quiero que se convierta en un vicio. ¿Por qué probar algo si no lo necesitas?”.