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10 grandes hitos (y excentricidades) en la Gala Met: del gato de Jared Leto a los vestidos de novia de Penélope Cruz o Dua Lipa

Inquietantes felinos, camelias que toman el control o vestidos de novia rescatados del archivo: repasamos las extravagancias de la noche.

‘El primer lunes de mayo’ marca cada año la inauguración de la exposición temporal más importante del Costume Institute en el Metropolitan de Nueva York. En una noche en la que la institución recauda gran parte de sus fondos anuales, el museo se engalana para acoger a celebridades de todo tipo y condición reinterpretando el tema anual. Esta vez, con una muestra dedicada a la figura de Karl Lagerfeld, los homenajes a su gata Choupette (heredera de parte de su fortuna) estaban asegurados. Hasta los últimos días un rumor afirmaba que el minino caminaría por la alfombra roja, pero la propia cuenta de Instagram dedicada a su figura se encargó de desmentirlo unas horas antes del inicio de la fiesta. Eso sí, la gata estuvo muy presente, especialmente en el atuendo que lució Jared Leto, una réplica exacta e inquietante de su suave pelaje.
También quiso rendir homenaje a Choupette la rapera Doja Cat. En su caso con un vestido confeccionado para la ocasión por el director creativo de Oscar de la Renta, Fernando Garcia. La esponjosidad del pelaje del felino se combinaba con paillettes bordadas a mano en un diseño en el que el atelier de la firma trabajó durante seis meses. La cantante remató el estilismo con una prótesis que convertía su boca en un hocico, obra de la artista Melina Stearns. Los diamantes de Messika coronaron el conjunto.
También inspirándose en Choupette, el rapero Lil Nas X. En su caso simplemente vistió un escueto slip y unas botas con plataforma, pero todo el peso del look recayó en el laborioso trabajo de decoración, obra de Pat McGrath. La célebre maquilladora necesitó nueve horas de trabajo y miles de cristales de todos los tamaños para conseguir este llamativo resultado. Concretamente 218.784 cristales de Swarovski.
Más allá del minino, el recurso más repetido de la noche fue el de bucear en el archivo del prolífico Karl Lagerfeld. Penélope Cruz, anfitriona de la velada, lució un diseño de Chanel inspirado en el vestido de novia de la colección alta-costura primavera-verano 1988. En la imagen de la izda., un vestido similar de la colección prêt-à-porter de aquel mismo año.
En una noche en la que venció la combinación de blanco y negro, Cruz no fue la única que recurrió a un vestido nupcial. También se quiso vestir de novia vintage Dua Lipa. La cantante se puso un diseño de la colección alta costura otoño-invierno 1992, un modelo que sobre la pasarela lució Claudia Schiffer. Lo completó con una nada discreta gargantilla de Tiffany & Co. con un diamante de más de 100 quilates.
Uno de los homenajes más aclamados en redes sociales fue el de Nicole Kidman, que rescató el vestido que llevaba en una de las campañas más célebres de la maison: la dedicada al Nº5 que la actriz protagonizó en 2004. Aquel anuncio, con un presupuesto de 33 millones de dólares y dirigido por el mismísimo Baz Luhrmann, se convirtió en uno de los más caros de la historia, pero también en uno de los más recordados.
En una noche en la que triunfó la teatralidad, no todo fue rebuscar en el archivo. La modelo Ashley Graham prefirió escoger un diseño antiguo de Lagerfeld, concretamente uno de la colección alta costura 1987-88 de Chanel, y pedirle a Harris Reed una reinterpretación. “Fue un gran logro poder inyectar el camp, el espíritu fluido de mi propia firma, con la clase y la gracia simple que Karl Lagerfeld aportó a sus diseños”, explicaba Reed en un comunicado de prensa.
La Gala Met se presta al espectáculo y eso quiso regalar Florence Pugh. La actriz, que acaba de convertirse en imagen de Valentino, vistió de la casa italiana y remató su estilismo con un tocado escultural de plumas que atraía la atención sobre su cabeza, completamente rapada.
Las camelias invadieron el estilismo de Cardi B, obra del diseñador chino Chen Peng. Una pieza que esconde más de 300 horas de trabajo en el atelier y 600 pétalos. La artista condensó el uniforme de Lagerfeld y lo hizo suyo: cuello de camisa, pelo blanco, acolchado, blanco y negro...
Rihanna, embarazada de su segundo hijo, tuvo a toda la gala esperando y fue una de las últimas en pisar la alfombra que cubría la escalinata del museo (como ya es habitual en ella). También se decantó por rendir tributo a las camelias, pero ella con una espectacular capa de Valentino que requirió de la ayuda de muchas manos para poder hacer todo el recorrido.