Eva González: «No corrijo mi acento andaluz. Solo intento vocalizar»
Sin aditivos, ni conservantes, ni colorantes. Ella prefiere lo auténtico. Le gusta ir con la cara lavada y el moño «cogío» y hacer «payasadas» con sus amigos de Mairena del Alcor (donde nació).
Eva González (Mairena del Alcor, Sevilla, 1980) aparece en la sala de maquillaje con la energía de un rayo. Son las seis de la tarde y lleva ocho horas metida en un plató grabando la tercera temporada de MasterChef, el talent show gastronómico de La 1. Trabaja de lunes a viernes en los Estudios Buñuel de Madrid –aunque el equipo también se desplaza para algunos programas– y los sábados en Sevilla, para presentar en directo las cuatro horas de Esto es copla –espacio que conduce desde hace ocho años– en la autonómica andaluza. Pero ni su rostro ni su entusiasmo parec...
Eva González (Mairena del Alcor, Sevilla, 1980) aparece en la sala de maquillaje con la energía de un rayo. Son las seis de la tarde y lleva ocho horas metida en un plató grabando la tercera temporada de MasterChef, el talent show gastronómico de La 1. Trabaja de lunes a viernes en los Estudios Buñuel de Madrid –aunque el equipo también se desplaza para algunos programas– y los sábados en Sevilla, para presentar en directo las cuatro horas de Esto es copla –espacio que conduce desde hace ocho años– en la autonómica andaluza. Pero ni su rostro ni su entusiasmo parecen acusar este ritmo. Al contrario: gesticula con fuerza, se mueve con precisión y disciplina ante la cámara y se gana al equipo con su sentido del humor. «¡Hala! Una cosa más», dice entre risas cuando termina la sesión. «Tengo los domingos para tumbarme en el sofá», cuenta. Su voz es grave, sus respuestas francas. Pero cuando alguna pregunta se acerca a la zona de seguridad que parece haber trazado alrededor de su vida personal, Eva se cierra como si fuera una mimosa púdica, aunque sin perder su amabilidad inquebrantable. «De eso prefiero no hablar mucho», pide casi susurrando.
Vestido de Balenciaga y sandalia Xenia de Jimmy Choo.
Xevi Muntané
En vista del éxito cosechado se diría que ha sido minuciosa con el diseño de su carrera profesional.
Pues no. Siempre me he dejado llevar. Nunca he tenido claro lo que quería ser. Lo que sí tengo claro es lo que no quiero hacer.
¿Porque es consciente de sus límites?
No, no es eso, yo creo que hasta que tu talento no se pone a prueba, no sabes lo que puedes o no hacer bien. Yo no sabía que tenía capacidad para ser presentadora, no tenía ni idea. Pero hay que ser consciente del momento en el que una está y de cómo te sientes.
¿Y cuándo fue la primera vez que se sintió profesional de verdad?
¿Como presentadora? Pues no hace mucho, la verdad. ¡Es que todavía no me lo creo! A mí me cuesta mirarme y reconocerme como tal. A pesar de que llevo ocho años conduciendo un programa en Andalucía. No sé muy bien cómo explicarlo. No lo digo con humildad fingida. Creo que uno no tiene que creérselo. Lo siento más como: «¡Joder, qué bien, estoy consiguiéndolo poco a poco!».
¿Por qué se presentó a Miss España?
Pues mira, no lo sé, la verdad. Mi meta era terminar mi carrera y ser trabajadora social. Había empezado a hacer de modelo mientras estudiaba y todas las niñas con las que estaba habían sido Miss Sevilla, y me contaban lo bonito que era, me enseñaban fotos… Y me dije, «bueno, así el día de mañana les enseñaré las imágenes a mis nietos». Pero gané y me convertí en Miss España, y ahí sí que hubo un cambio radical en mi vida.
Top de Women’Secret. Sortija Panthère de oro amarillo, granates tsavoritas y ónix de Cartier.
Xevi Muntané
¿Se arrepiente de haber dejado los estudios?
Bueno, me hubiera gustado terminar mi carrera, pero más como una cuestión personal. El certamen de Miss España ha sido súper criticado, siempre ha tenido mucha polémica detrás, y sé de mucha gente que se ha arrepentido de haber participado. Pero para mí fue una experiencia maravillosa. Me lo pasé como una enana, seguramente porque no tenía en mente ganar, fue una sorpresa. Le estoy muy agradecida al concurso. Me abrió un campo que por mí misma no hubiese descubierto.
Por ejemplo, le abrió las puertas del mundo de la televisión…
Cierto: el primer casting lo hice a los pocos días de ser elegida, y ya me cogieron.
Por lo que dice, parece que la vida le haya ido poniendo las cosas por delante, un poco sin pretenderlo…
Pero eso no significa que no haya habido mucho trabajo. Mucha constancia, mucho sacrificio. Uno nunca se puede acomodar. Mis padres me enseñaron que había que trabajar duro en la vida y yo eso lo llevo a rajatabla. Yo veía cómo mi padre, que trabajaba en el campo, se levantaba cada mañana a segar, a arar. Y eso es lo que se ha respirado en mi casa siempre. Y por eso, todos los días, he intentado ser mejor hoy de lo que era ayer. Es una satisfacción personal muy grande haber llegado hasta aquí.
¿Recuerda tener una infancia feliz?
Sí, sí, muy normal y corriente, de niña de pueblo, yendo a mi colegio público, andando todos los días mi caminito al cole. Una familia humilde, con el sueldo de un padre trabajando en el campo, mi madre dándolo todo en casa, y mi hermana, que tiene cuatro años menos, y yo criándonos las dos exactamente igual. Y aún hoy en día mi madre nos sigue tratando de la misma manera. Yo llego a comer y nos pregunta: «María, ¿cómo ha ido tu trabajo?, Eva, ¿cómo ha ido tu trabajo?». Nada más. Mi hermana es esteticista, tiene un centro de belleza.
Body Shape escote corazón de Women’Secret y collar Paris Nouvelle Vague en oro rosa, piedras de colores y diamantes de Cartier.
Xevi Muntané
Eso le pondrá los pies en la tierra.
Totalmente. Tengo la experiencia que me ha dado la vida, pero mi forma de pensar y de ser sigue siendo la misma. Soy mucho de mis raíces. Muy de mi familia. No pasa un día que no hable con mi madre y mis tías, estamos todo el rato con el whassap.
¿Pero de verdad se puede tener una vida normal presentando programas de máxima audiencia?
Siempre intento que mi vida sea mía. Elijo a mis amigos, a la gente que quiero en mi vida, y por supuesto a la que no. Si tú eres tonto, allá tú con tu tontuna. Yo trabajo, y luego hago mi vida. Pero he encontrado muchísima gente en el camino, la mayoría, buena, y la he ido sumando a mi lista de amigos.
¿Entonces, cómo lleva la popularidad?
Intento no pensar en ello demasiado, porque me sigue chocando un poco. Me da vergüenza que me pillen en la playa. ¿De verdad eso tiene interés? ¿Y la manía que tiene la gente de casarme? No lo comprendo. ¡Si estoy bien como estoy! Pero claro, me meto en el salón de las casas de las personas, casi me siento con ellos en el sofá. Y, pensándolo así, entiendo que quieran saber más de mí.
¿Se le ha acercado mucha gente por la fama?
No me considero una persona torpe. Creo que sé defenderme.
Cayetano Rivera, su actual pareja, procede de otro ambiente, muy acostumbrado la popularidad.
Quizá es la visión que la gente tiene desde fuera. Pero ponerse ante un toro te aseguro que es un trabajo mucho más difícil que el tuyo y que el mío. Y si son conocidos es porque se han puesto delante de ese animal. Antonio Ordóñez era un maestro absoluto, y Paquirri también. Desde pequeños han sido niños conocidos, pero no se sientan a la bartola en ningún momento. Ni Francisco, ni Cayetano.
¿Es aficionada a la Fiesta?
No lo era. Jamás en mi vida había ido a una corrida, hasta que conocí a Caye.
¿Y cómo vive ese mundo tan criticado?
Opino que no es una profesión fácil. Pero prefiero no hablar mucho de eso.
Siempre ha dicho que se siente muy andaluza.
Porque lo soy.
Pero intenta corregir su acento en sus programas…
No es intencionado, nunca nadie me ha obligado a nada. Me sale porque intento vocalizar. Y a veces, ¡porque ya no sé ni dónde estoy!
Xevi Muntané
Ha confesado que antes de Esto es copla no le gustaba este género. Y es un género, precisamente, muy andaluz…
Cierto. Y ahora llevo a Concha Piquer en el coche. Y me encanta. Cuando se conoce, se quiere, te cuenta mucha historia de España. Son como pequeños culebrones cantados.
¿Y qué opina de que un político diga que va a ir a Andalucía a darles a los andaluces una caña para que aprendan a pescar insinuando que se han pasado la vida viviendo de subvenciones?
A mí, cuando los políticos usan armas tan fáciles, me da vergüenza. ¿Una caña de pescar le van a dar a un gaditano? Primero me río a carcajadas y luego voy a las urnas y voto, que es la mejor manera de responder a eso.
¿Le interesa la política?
Me interesa la actualidad. Estoy enterada de lo que pasa porque estoy en el mundo.
¿No le cansan los estereotipos que hay sobre los andaluces?
Pues mira, ojalá yo encarne el estereotipo de mujer andaluza. Me encanta. Guapa, de raza, simpática. Me chiflan un volante, y un lunar. ¿Que disfrutamos de la vida? Pues tonto el que no lo haga. Tenemos un clima maravilloso que nos permite estar mucho en la calle. ¿Que nos gusta la Semana Santa? Sí. Pero en Madrid también gusta. Y sí, también me hace gracia que los andaluces seamos tan exagerados.
¿Por qué no siguió por el camino de la moda?
He hecho mucha pasarela, y me encanta posar y hacer fotos. Pero en la tele me siento mejor, me deja ser más yo.
Pues para ser tan pudorosa como dice escogió una profesión con mucho de exhibicionismo.
Sí, es verdad. Es un poco extraño. Soy tímida. Aunque a primera vista parezca que me como el mundo, la mayoría de las veces, el mundo me come a mí.
¿Y cómo se siente cuando publican que es una de las mujeres más sexis de España?
¿¡Ah sí¡? Pues ni me he enterado. Ese tipo de cosas las llevo con naturalidad. A todo el mundo nos gusta gustar, claro. Pero a mí lo que de verdad me gusta es la cara lavada y el moño cogío.
Pero es usted una de las mujeres más imitadas (estilísticamente hablando) de este país. ¿No sigue las tendencias?
Siempre intento ir cómoda, porque como yo digo, la ropa me dura poco puesta (risas). Además la moda es algo un poco abstracto, solo tiene sentido si la adaptas a tu personalidad.