Emma Stone: «Mi personaje representa el corazón de Peter Parker»
El estreno de The Amazing Spider-Man 2 es la enésima prueba de un talento todoterreno, cum laude en cine de acción, drama y comedia.
Las jóvenes actrices suelen citar a Meryl Streep como ejemplo de su carrera ideal. Emma Stone no. Lo suyo son las comediantas de siempre, las que estudiaba en VHS durante su infancia en Arizona. Al llegar a la adolescencia, convenció a sus padres (se dice que con un Power Point) para que la dejaran trasladarse a Los Ángeles. Por suerte, la industria supo apreciar a esta criatura atípica, una pelirroja de voz rasposa y superdotada para el humor, quien, desde hace unos años, juega en la primera línea con franquicia de superhéroes incluida –que comparte con su pareja en la vida real, Andrew Gar...
Las jóvenes actrices suelen citar a Meryl Streep como ejemplo de su carrera ideal. Emma Stone no. Lo suyo son las comediantas de siempre, las que estudiaba en VHS durante su infancia en Arizona. Al llegar a la adolescencia, convenció a sus padres (se dice que con un Power Point) para que la dejaran trasladarse a Los Ángeles. Por suerte, la industria supo apreciar a esta criatura atípica, una pelirroja de voz rasposa y superdotada para el humor, quien, desde hace unos años, juega en la primera línea con franquicia de superhéroes incluida –que comparte con su pareja en la vida real, Andrew Garfield, y cuya secuela, The Amazing Spider-Man 2, se estrena el 17 de abril–.
Su personaje, Gwen Stacy, es la chica del héroe. ¿Cómo consigue darle entidad?
No la veo como una compinche. Creo que ella representa el corazón de Peter Parker y realza su lado más heroico. Gwen se pone en peligro más de lo que él desearía y, claro, se lanza a las cosas…
Todos los fans de la saga saben que morirá ante su amado. Sin ánimo de buscar el spoiler, ese tema sobrevuela la cinta desde que se anunció.
De hecho, ¡esa es «la cuestión»! La de Peter y Gwen es una de las grandes historias jamás contadas en un cómic, y todos las personas saben que ese momento tiene que llegar.
Con su pareja, Andrew Garfield, en The Amazing Spider-Man 2.
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¿Cómo se ha sentido en ese mundo de los fanboys? Ya es una experta en foros como Comic-Con.
Me siento muy bienvenida. Son mis fans favoritos, los más pasionales y dedicados a la causa. Es muy cool experimentar ese universo. Aprecio que no permitan que traiciones su historia.
Cuando le preguntan por sus actrices favoritas, cita grandes comediantas como Gilda Radner –una estrella del Saturday Night Live de los 70– o Molly Shannon.
También me encantan Carole Lombard, Judy Holliday y, de ahora, Kristen Wiig. Por suerte, cada vez hay más mujeres en la comedia, como Amy Poehler, que son genuina y verdaderamente graciosas.
¿Y por qué sigue costando que premios como los Oscar reconozcan los papeles de comedia?
¡No lo sé! Pregúntele a ellos. Han nominado algunos, pero no los suficientes. Tiene razón.
¿Veremos más su lado cómico a partir de ahora? ¿En la película que ha hecho con Cameron Crowe y Bradley Cooper, por ejemplo?
Sí, eso me temo. Mis últimos personajes tiran más por ahí y eso me hace feliz. Ese filme (aún sin título) es de Cameron Crowe, así que el guión es precioso y hará llorar. Es una historia complicada e interesante, que pasa en un aeropuerto de Hawái. Y trabajar con Bradley fue fantástico.
Con usted hubo la sensación de que todo le pasó muy rápido, que saltó a la fama y de pronto ya estaba nominada a los Oscar.
Se percibe, pero no fue así. Llegué a Los Ángeles con solo 16 años, hice varias temporadas de pilotos, que es una experiencia interesante pero muy dura. Aquello fue bastante salvaje, aunque todavía era joven.
Cordon Press
Ahora convive con consecuencias de la fama como los paparazis. En una ocasión, usted y Andrew Garfield aprovecharon que estaban acechándoles para salir con pancartas, promocionando varias ONG.
Me alegro mucho de haberlo hecho. Es muy raro convivir con paparazis, pero estoy bastante acostumbrada. Por suerte, últimamente he estado rodando en Francia (a las órdenes de Woody Allen) y en Hawái y he podido vivir sin sus cámaras alrededor durante mucho tiempo. Ha sido algo muy liberador.
Otra consecuencia de la fama es convertirse en un icono de estilo. ¿Se divierte con la moda?
Sí, todavía. La alfombra roja es como un juego: te pones cosas que nunca volverás a llevar. Y, con el día a día, me he vuelto más curiosa y creativa; pero tampoco pienso mucho en ello.
El mundo de la moda casi se paraliza cuando se puso aquel Lanvin en los Globos de Oro de 2012.
Oh, me encanta ese vestido. Alber Elbaz es una de mis personas preferidas y quien me mostró el arte que hay detrás de la costura. Creo que la primera vez que llevé uno de sus modelos fue en los Bafta de 2010. Después fuimos juntos al Met Ball. Aquel vestido era fantástico.
Recientemente, Cate Blanchett reprendió a un reportero por preguntarle por su look, por no hacer lo mismo con los actores hombres. ¿Se presta demasiada atención a lo que llevan las actrices?
Me encantó que lo hiciera. También porque ella sabe ponerse las cosas más interesantes y creativas. Es, seguramente, la persona que más curiosidad tengo por ver en estos eventos, hace elecciones de estilo singulares y es una mujer fuerte, alucinante. Me llamó la atención que dijera eso. Es una de las diferencias de trato que existen entre ambos sexos, pero es peor cuando se inventan rencillas entre actrices, algo que no hacen tanto con los actores. Hay muchas cosas graves en términos de cómo se trata y se percibe a las mujeres. Siempre ha sido así. Por suerte, ahora tenemos la oportunidad de cambiarlas.