Feminista y ciencióloga: así es la reina absoluta de la televisión actual
Elisabeth Moss, protagonista de la serie distópica The Handmaid’s Tale (El cuento de la criada), es la gran favorita para coronarse como la mejor actriz del año en los próximos premios Emmy.
“Soy la persona a la que tienes que impresionar ahora”. Frases como esta verbalizaron la transformación de Peggy Olson; de secretaria rasa a una de las creativas publicitarias más relevantes de Madison Avenue. La mimetización del personaje protagónico de la serie Mad Men con su intérprete en la vida real se manifiesta en la trayectoria de Elisabeth Moss, que ha pasado de ser una actriz semidesconocida al comienzo de la premiada ficción a una de las grandes estrellas de la televisión internacional. Al contrario que varios de sus compañ...
“Soy la persona a la que tienes que impresionar ahora”. Frases como esta verbalizaron la transformación de Peggy Olson; de secretaria rasa a una de las creativas publicitarias más relevantes de Madison Avenue. La mimetización del personaje protagónico de la serie Mad Men con su intérprete en la vida real se manifiesta en la trayectoria de Elisabeth Moss, que ha pasado de ser una actriz semidesconocida al comienzo de la premiada ficción a una de las grandes estrellas de la televisión internacional. Al contrario que varios de sus compañeros de elenco, ha sabido sobreponerse con éxito a un rol inolvidable sin abandonar la plataforma que la hizo famosa. Moss lidera la adaptación de The Handmaid’s Tale (El cuento de la criada, disponible en HBO España) de Margaret Atwood, cuya repercusión en la temporada televisiva se resume bien en la cantidad de nominaciones que defenderá en los próximos premios Emmy. Trece candidaturas entre las que se encuentra un galardón a mejor actriz que parece garantizado para la «reina de la nueva Edad de Oro»; convencida feminista, fanática del béisbol y de actualidad en los últimos días por su afiliación a la Iglesia de la Cienciología. Mientras el mundo se debate sobre si debemos seguir admirándola, ella ignora la polémica y cuenta los días que le separan del 17 de septiembre. En estos Emmy, hay una racha que romper.
El anuncio público de su pertenencia a la Cienciología supuso un jarro de agua fría a buena parte de los seguidores del trabajo y el activismo de Elisabeth Moss. ¿Cómo puede ser que la protagonista de una serie que denuncia una sociedad opresiva y cerrada a la información del exterior forme parte de una doctrina que, cuanto menos, hace gala de un hermetismo inflexible? Esa misma pregunta le hizo un fan en Instagram, a quien la actriz no dudó en responder aseverando que tales juicios sobre la Cienciología eran falsos. “La libertad religiosa, la tolerancia y entender la verdad e igualdad de derechos para cada raza, religión y credo es algo extremadamente importante para mí. Quizás, lo más importante. Por eso Gilead (el nombre de esta ficticia sociedad distópica) y The Handmaid’s Tale me tocaron a un nivel personal”, añadió en la red social.
Moss ha encontrado en otra nominada a los Emmy, Leah Remini, la voz más crítica con su condición religosa. La directora del documental Scientology and the Aftermath –que aspira a dos galardones por su exposición de los supuestos abusos perpetrados por la confesión a la que estuvo afiliada durante más de tres décadas– ha asegurado que sería «muy raro» que las dos ganasen en sus categorías, aunque estas no se entreguen en la misma gala. «No es que tenga nada en contra de Elisabeth Moss, pero apoya una organización que comete abusos y destruye familias», ha explicando en The Hollywood Reporter. En la pasada gala de los premios de la crítica de televisión, celebrada a principios del mes de agosto, Elisabeth Moss abandonó el patio de butacas cuando se anunció el reconocimiento al mencionado documental. La tensión entre ellas es más que evidente.
No está del todo claro que pertenecer a la Cienciología sea compatible con el feminismo. Sin embargo, para Moss es perfectamente factible. “Soy una firme defensora de los derechos de las mujeres. La verdad es que no me importa una mierda quien no lo sea”, dijo en una entrevista. Sirvan de muestra los cuatro papeles que han catapultado su carrera, cuatro mujeres que podrían encajar en la categoría de modelos feministas. Tanto en su rol como hija del presidente Bartlet en El Ala Oeste de la Casa Blanca, como la Peggy Olson de Mad Men, o los más recientes en The Handmaid’s Tale y la detective de Top of the Lake, cuya segunda temporada estrena ahora con la incorporación de Nicole Kidman. En sus siete nominaciones anteriores a los Emmy, Moss no ha conseguido hacerse con ninguna. A la octava, gracias a la insurgente doncella Defred, una mera máquina reproductora en una nación teocrática, deberá poner fin a una racha que ríete tú de la extinta maldición DiCaprio.
El compromiso de la actriz con la adaptación de la novela de Margaret Atwood es total, ya que también ejerce como productora de la misma. Gracias a este poder ha podido materializar sus ideales feministas contando con hasta cuatro directoras (por un solo hombre) en la primera tanda de episodios. “Creemos que es importantísimo contratar a mujeres detrás de la cámara. Hay un gran desequilibrio que debe ser corregido, tenemos que materializar con hechos y dinero nuestras palabras y dar ejemplo como productoras. Si no lo hacemos nosotras, ¿quién lo hará?”, explicó Moss en The New York Times.
El activismo que destila la serie se ha propagado rápidamente por los ámbitos de protesta, convirtiendo el uniforme rojo característico de las doncellas de la serie en un símbolo de lucha contra las políticas de Donald Trump. La responsable de prender la mecha, gobernadora de la televisión de 2017, siente orgullo ante tales acciones. “Estas mujeres están en la línea de combate, acudiendo a los lugares en los que se deciden las leyes. Están tomando riesgos, ejerciendo su derecho de protesta, y son unas verdaderas heroínas”. También la pasada Feria del Libro de Madrid acogió una representación en la que un grupo de voluntarias de la Biblioteca de Mujeres quiso simbolizar el peso de la herencia literaria femenina vistiendo capa y cofia. Peggy Olson estaría impresionada.