El infierno de las tutelas en EEUU o por qué más de tres millones de personas están atrapadas por la misma trampa que Britney Spears
El régimen legal que el padre de Britney ha impuesto a la cantante es una trampa que atrapa a miles de ancianos y cuyo funcionamiento ha inspirado la película de Rosamund Pike ‘I care a lot’.
Britney Spears lleva 13 años sin poder tomar ningún tipo de decisión respecto a su vida personal y profesional. Desde que en el año 2008 su padre, Jamie Spears, solicitase ser su tutor legal, la artista ha sacado discos en contra de su voluntad, se ha subido a un escenario bajo los efectos del litio y ha perdido por completo su libertad para decidir si quiere tener un hijo, casarse o simplemente salir a cenar con una amiga.
A pesar de que el movimiento #freeBritmey y el documental producido por The New York Times, ...
Britney Spears lleva 13 años sin poder tomar ningún tipo de decisión respecto a su vida personal y profesional. Desde que en el año 2008 su padre, Jamie Spears, solicitase ser su tutor legal, la artista ha sacado discos en contra de su voluntad, se ha subido a un escenario bajo los efectos del litio y ha perdido por completo su libertad para decidir si quiere tener un hijo, casarse o simplemente salir a cenar con una amiga.
A pesar de que el movimiento #freeBritmey y el documental producido por The New York Times, ‘Framing Britney Spears’, aportaban evidencias y argumentos suficientes para denunciar que la artista está presa dentro de su propia vida, la declaración que hizo la cantante frente al juzgado de California el pasado 23 de junio ha hecho que sus circunstancias despierten interés más allá de los fans y el movimiento feminista.
Britney Spears ha confesado ante la jueza que su tutela es tan abusiva que su “situación actual es similar a la que vive una víctima de tráfico sexual”, palabras que han dado la vuelta al mundo llevando a la opinión pública a preguntarse cómo puede existir un mecanismo legal tan férreo como para impedir que una mujer de 39 años no pueda prescindir de un método anticonceptivo cuando así lo desea: “Quiero casarme y tener un bebé, pero tengo un DIU para que no me embarace”, declaró la cantante en otro de los momentos de su intervención frente a la jueza la semana pasada.
Para comprender la magnitud de la situación que vive la artista desde hace 13 años, antes es importante entender cuál es la función de un tutor legal en Estados Unidos y qué tipo de tutelas existen para que Britney Spears esté actualmente bajo una permanente, capaz de restringir su libertad personal, profesional y financiera por el resto de su vida.
¿Qué es una tutela legal en Estados Unidos y cómo se puede revocar?
Según podemos leer en la página web del Tribunal Superior de California, en Estados Unidos, las tutelas fueron creadas para que aquellas personas adultas incapaces de tomar sus propias decisiones (discapacitados, ancianos dependientes, víctimas de un accidente, adictos o pacientes con enfermedades mentales) tengan un tutor legal que cuide de ellos y su patrimonio. Normalmente suele designarse como tutor a un familiar, aunque en caso de no existir esta opción o ser desestimada por el propio tutelado, una empresa privada puede asumir la responsabilidad del individuo.
Existen tres tipos de tutelas legales: generales, limitadas y las denominadas LPS (Lanterman-Petris-Short). Britney Spears vive actualmente bajo una tutela general, un mecanismo permanente que le impide tomar decisiones en su vida personal y financiera debido a que un juzgado determinó en el año 2008 que la tutela temporal que Jamie Spears había conseguido a principios de ese mismo año para controlar a su hija, debía convertirse en permanente. El bache emocional que vivió la cantante en el año 2007 cuando se rapó la cabeza y los posteriores ingresos hospitalarios por abuso de sustancias propiciaron el contexto perfecto para que su padre alegase ante el juzgado que su hija no podía hacerse cargo de sí misma.
Tal y como recoge la normativa relativa a las tutelas del estado de California, aunque estas no se puedan revocar con facilidad porque son permanentes, sí pueden volverse menos abusivas, otorgando más control al tutelado o cambiando algunas de las medidas que rigen su día a día. Es decir, aunque los juzgados otorguen la tutela de una persona a un familiar o una empresa, cada dos años a partir de que esto ocurra, el tutor tiene la obligación de presentar la contabilidad de los activos financieros del tutelado para ratificar que el patrimonio está siendo gestionado en pro del mismo y no de intereses externos.
Junto a esta valoración y también cada dos años, el juzgado debe citar al tutelado para que acuda a una entrevista con el fin de que un juez determine si la tutela en el ámbito personal está siguiendo los cauces correctos o si, por el contrario, se están produciendo situaciones que exceden el régimen pactado. Y es que, según apunta la abogada y youtuber Emily D. Baker en una entrevista con Philippe DeFranco, cada cambio en el estilo de vida, la salud o incluso en la medicación de un tutelado como Britney Spears debe ser aprobado previamente por el juzgado y siempre con un informe médico que así lo indique.
A juzgar por la documentación filtrada a The New York Times y la declaración que realizó la propia Britney la semana pasada, Jamie Spears no comunicó a los juzgados de California las modificaciones realizadas en la medicación que tomaba la artista cuando actuaba en Las Vegas, algo que la propia Spears calificó como un medio de extorsión para obligarla a actuar en contra de su voluntad: “Me quitaron los fármacos que llevaba tomando cinco años y los sustituyeron por litio, un medicamento muy, muy fuerte comparado con lo que tomaba. El litio puede causar daños mentales si tomas demasiado o lo extiendes por más de cinco meses. Cuando me lo recetaron me sentía borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi madre o mi padre”, explicó y añadió que en 2016 su padre también la forzó a actuar con 40ºC de fiebre, lo que calificó como “uno de los peores momentos de su vida”.
Según los documentos judiciales confidenciales obtenidos por The New York Times, la cantante ha comparecido frente al juzgado en 2014, 2016 y 2019 para pedir que su padre dejase de ser su tutor personal, algo que no consiguió hasta el año 2019 y gracias a la colaboración de su madre, que aportó pruebas que ratificaban los problemas de alcohol de Jamie Spears, hombre del que ella misma tuvo que solicitar una orden de alejamiento temporal cuando se divorciaron en 1980. Así, desde 2019, el patrimonio de la artista es gestionado por su padre y la empresa Bessemer Trust, mientras que la asesora Jodi Montgomery es la responsable de tutelar su vida personal.
Además de las evidencias anteriores y según apunta el mismo diario neoyorkino, durante el verano de 2020, Jamie Spears protagonizó un supuesto altercado físico con uno de los hijos de la artista, lo que habría propiciado además que Kevin Federline lograse una orden de alejamiento que impide al padre de la cantante acercarse a sus nietos. En esta línea, la propia artista ha manifestado que su objetivo principal es que Jodi Montgomery sea tanto su tutora personal como financiera para, a partir de ahí, ir dando pasos hasta conseguir cambiar el régimen de su tutela, algo que ahora mismo no puede hacer porque los abogados que la representan han sido designados por su padre, con el conflicto de intereses que eso conlleva.
La profesora de Derecho familiar en la Universidad de Virginia, Naomu Cahn, ha calificado de “atípica” la situación de la intérprete, dado que la obligación del juzgado “es evaluar cómo se están gestionando los asuntos de los tutelados”. Es decir, en el caso de Britney Spears y en base a la normativa relativa a las tutelas del estado de California, deben realizarse entrevistas de control cada dos años, algo que a juzgar por las propias declaraciones de la cantante y los documentos judiciales obtenidos por la prensa no parece haber sucedido.
“La parte más importante en relación a todo el entramado legal que rodea a la tutela recae en que la corte escuche a Britney Spears y en que por fin sea tratada como una persona que lleva años pidiendo tener una voz propia. Aunque es muy difícil que Britney consiga librarse de la tutela por completo, lo que sí puede lograr si se somete a una evaluación médica es ir hacia una tutela menos restrictiva donde consiga tener un mayor control de su vida personal, profesional y familiar”, expone de nuevo la abogada Emily D. Baker y añade que para que las restricciones de la tutela de Britney cambien hacia un modelo menos abusivo, la intérprete debe someterse sí o sí a una nueva evaluación médica, algo que por ahora la cantante parece desestimar.
Cuando las tutelas legales se convierten en un negocio abusivo, pero rentable
En una de las partes de su declaración, Britney Spears denunció que no está sola ante este problema, sino que las tutelas abusivas afectan a miles de mujeres en Estados Unidos. Sin embargo, aunque parte de la sociedad estadounidense es consciente de que existe esta realidad y más desde que se estrenó la película ‘I care a lot’, actualmente no existe una estadística oficial que hable de la situación de los tutelados. La mencionada película, protagonizada por Rosamund Pike y Peter Dinklage, denuncia desde la ficción la realidad que se esconde detrás de muchas de las empresas encargadas de gestionar las tutelas de personas dependientes. En el film, Rosemund Pike interpreta a una tutora profesional que se dedica a coleccionar los derechos y los bienes de ancianos a los que, a priori, ningún familiar va a reclamar. Si a ello le sumamos que una vez que te conceden una tutela de este tipo es muy difícil que el tutelado logre revocarla, hay empresas que han visto en esta mala praxis su particular gallina de los huevos de oro. El Centro Nacional de Tribunales Estatales sostiene que actualmente viven bajo una situación de tutela entre uno y tres millones de personas, una realidad que no sólo retrató en la ficción la película anterior, sino que también denunció The New York Times en un reportaje en 2018.
El texto del diario neoyorkino expone las irregularidades que se dan en el régimen de tutelas legales que a menudo es gestionado por empresas privadas que acceden a hacerse cargo de ancianos que, en teoría, están en una situación de dependencia. Sin embargo y a juzgar por la realidad que reflejan los testimonios, no siempre se obtiene la tutela de personas dementes o excesivamente dependientes.
Phillis Funke es una de las protagonistas de este reportaje que un día vió como dos agentes de la empresa de tutelas legales Adult Service entraban en su casa rompiendo la cadena porque un vecino les había llamado preocupado por su salud. Desde aquel día hasta hoy, Phillis Funke es a ojos del estado de Nueva York una persona incapacitada para tomar decisiones sobre su vida personal y financiera, ámbitos de los que se encarga un ex policía reconvertido en tutor legal por amor al arte. Según señalan en el mismo reportaje, tan sólo es necesario realizar un curso de un día para obtener la certificación oficial que permite desempeñar el trabajo de tutor legal en el estado de Nueva York.
“Siento que no tengo ningún derecho en absoluto en el país en el que nací. Esto es peor que estar en prisión. Al menos en la cárcel tienes derechos», lamentó Phillis Funke a The New York Times.
Si la situación de la mujer anterior es surrealista, la historia Tom Phillips sirve para una serie de suspense. Después de que este juez natural de Brooklyn fuese diagnosticado de demencia senil, sus tutores legales vendieron por más de 20 millones de dólares sus propiedades inmobiliarias, para después dejarle morir congelado en un centro psiquátrico sin licencia.
Al hilo de este problemaa, la abogada Emily D.Baker se muestra muy crítica con las facilidades que dan los juzgados para obtener una tutela: “Cuando ves la escasa documentación médica que se pide para obtener la tutela de una persona, que prácticamente consiste en rellenar las casillas de un formulario, te das cuenta de lo sencillo que es lograr ser tutor legal de alguien. Si a este contexto añadimos intereses económicos como los que están presentes en el caso de Britney Spears no es difícil ver que se produzcan abusos porque al final, el tutelado es quien paga por absolutamente todo, tanto por sus cuidados médicos como por una representación legal repleta de intereses”.