De Audrey Hepburn a Lady Gaga en los Oscar: la apasionante historia del diamante más caro del mundo
Propiedad de la joyería Tiffany &Co., nadie lo había lucido desde que Audrey Hepburn lo llevara para las fotos promocionales de Desayuno con diamantes en 1961.
No lo había conseguido ni la mismísima Holly Golightly, el personaje de Truman Capote al que encarna Audrey Hepburn en la versión cinematográfica de Desayuno con diamantes (1961). La actriz tuvo que conformarse con lucir el Diamante Amarillo solo para la sesión de fotos promocionales de la cinta que convirtió a la joyería Tiffany & Co. en fábrica de sueños e icono popular. Por motivos de seguridad la joya no se prestó durante el rodaje. Antes que Hepburn solo lo había llevado otra persona: la socialité Mary Whitehouse en una gala en 1957 en Rhode Island. Una extravagancia que hace m...
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No lo había conseguido ni la mismísima Holly Golightly, el personaje de Truman Capote al que encarna Audrey Hepburn en la versión cinematográfica de Desayuno con diamantes (1961). La actriz tuvo que conformarse con lucir el Diamante Amarillo solo para la sesión de fotos promocionales de la cinta que convirtió a la joyería Tiffany & Co. en fábrica de sueños e icono popular. Por motivos de seguridad la joya no se prestó durante el rodaje. Antes que Hepburn solo lo había llevado otra persona: la socialité Mary Whitehouse en una gala en 1957 en Rhode Island. Una extravagancia que hace mucho más reseñable el hecho de que la firma haya desenfundado uno de los diamantes más famosos del mundo para pasear por la alfombra roja de los Premios Oscar. ¿La afortunada? No es otra que Lady Gaga, tercera mujer de la historia en tener el honor de colgarse esta singular piedra.
El diamante, que también se conoce como Diamante Tiffany por su célebre propietario, es considerado uno de los descubrimientos minerales más importantes del siglo XIX. Apareció en las minas Kimberley de Sudáfrica en 1877 y fue adquirido por el fundador de la compañía, Charles Lewis Tiffany, por 18.000 dólares. De excepcional pureza, pronto se convirtió en leyenda y ayudó a engrosar el mito.
La piedra original presumía de unos increíbles 287,42 quilates, pero tras ser esculpida en París por el reputado gemólogo George Frederick Kunz se quedó en otros nada desdeñables 128,54. La forma también contribuyó a crear la magia: de talla cojín, el experto tardó un año en dar con el perfil definitivo que cuenta con 82 facetas (24 más de lo que es habitual) que favorecen el reflejo de la luz.
Todo sirve a que el diamante central del collar de Lady Gaga, ganadora del Oscar a mejor canción por la pegadiza Shallow, sea uno de los más apreciados. Se estima que puede ser el más caro del mundo, aunque en realidad su valor es incalculable. El Diamante Koh-i-noor, uno de los más famosos del mundo (engarzado en la corona británica desde tiempos de la reina Victoria), de precio estimado de varios cientos de millones de dólares, tiene ‘solo’ 108 quilates. Como anécdota, solo ha podido comprarse una vez: “Este diamante único salió a la venta durante 24 horas a través de un anuncio por palabras en The New York Times en 1972. Su precio: cinco millones de dólares, el equivalente a casi 26 millones actuales”, cuentan desde la marca. Una ganga: quizá por ello nadie lo creyó y nadie lo compró.
Para la sesión de fotos, Audrey lo lució engarzado como pieza central en una gargantilla, pero se convirtió en un collar largo en 2012, para celebrar el 175 aniversario de la marca. La nueva joya, que la protagonista de Ha nacido una estrella ha llevado acortada, tardó un año en concebirse y suma otros 120 quilates en diamantes blancos que vienen a realzar a la icónica gema principal.
Generalmente está expuesta en la emblemática sucursal de la marca en la Quinta Avenida en Nueva York y sale en contadas ocasiones, siempre (hasta ahora) para exposiciones en rincones como Tokio, Dubái, Pekín o Londres.
“Lady Gaga es una gran creadora, es pura innovación y ha roto muchos moldes. Estoy encantado de que lleve nuestro legendario Tiffany Diamond en la alfombra roja de los Oscar, por primera vez desde que se descubrió hace 141 años”, ha expresado el director artístico, Reed Krakoff. Por supuesto, en la era en la que la alfombra roja mueve millones, nada es gratuito ni casual. Vanessa Friedman, la crítica de moda de The New York Times, apunta a que la colaboración entre Lady Gaga y la casa de joyería podría ser la más cara de la historia.
No cabe duda de que será rentable: la polifacética creadora, que también estaba nominada al Oscar a mejor actriz (premio que se llevó Olivia Colman), ha sido una de las más esperadas tanto sobre la alfombra roja como sobre el escenario: su interpretación junto a Bradley Cooper del tema que le ha valido la estatuilla ha sido uno de los momentos favoritos de la gala. Si a su llegada al teatro Dolby se decantaba por un vestido palabra de honor de Alexander McQueen, para la actuación prefería un modelo, también negro, con escote a la espalda. Su inspiración en ambos casos era clara: su predecesora en el cargo de presumir de joya, Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.