Daisy Ridley: «En el confinamiento he podido reflexionar sobre lo extrema y abrumadora que fue mi experiencia en ‘Star Wars'»

A Daisy Ridley (Londres, 1992) le cambió radicalmente la vida un día tranquilo de 2014, cuando decidió presentarse a las audiciones para protagonizar el episodio VII de Star Wars, El despertar de la fuerza. Hasta ese momento, solo había conseguido algunos papeles secundarios en proyectos menores en el Reino Unido y pagaba el alquiler trabajando de camarera en un pub. Las posibilidades, por tanto, de pasar de ser una completa desconocida a la protagonista de una de las películas más taquilleras de la historia eran mínimas. Sin embargo, el director J. J. Abrams vio algo...

A Daisy Ridley (Londres, 1992) le cambió radicalmente la vida un día tranquilo de 2014, cuando decidió presentarse a las audiciones para protagonizar el episodio VII de Star Wars, El despertar de la fuerza. Hasta ese momento, solo había conseguido algunos papeles secundarios en proyectos menores en el Reino Unido y pagaba el alquiler trabajando de camarera en un pub. Las posibilidades, por tanto, de pasar de ser una completa desconocida a la protagonista de una de las películas más taquilleras de la historia eran mínimas. Sin embargo, el director J. J. Abrams vio algo en ella que había pasado completamente desapercibido en el resto de castings. Tenía algo muy particular y era justo lo que necesitaba el papel de Rey, el personaje más importante de la tercera trilogía de la saga. «Todavía me sorprendo cuando pienso en todo lo que me ha dado este personaje», explica con un marcadísimo acento británico vía Zoom, desde su casa londinense. Aunque es imposible que el universo Star Wars deje de acompañarla allá donde vaya –de esto sabía mucho Carrie Fisher, que nunca pudo separarse del todo de la princesa Leia– ahora es otra historia de ciencia ficción la que le trae de nuevo a la gran pantalla. Se trata de Chaos Walking, un filme basado en el fenómeno literario para adolescentes del autor Patrick Ness, que se estrenará próximamente en España.

En Chaos Walking los hombres han hecho desaparecer a las mujeres porque ellas tienen la capacidad de ver y escuchar sus pensamientos. No quiero parecer negativa, pero me ha recordado a la violencia hacia las mujeres que existe en la vida real.
Recientemente he hecho un curso de Doula, ya sabe las personas que ayudan a otras mujeres durante el embarazo y el parto, y una de las compañeras de ese curso fue asesinada por su pareja. Solo hay que ver las estadísticas de la violencia doméstica en el confinamiento para hacernos una idea de lo grave que es el problema y de lo horrible que ha sido durante esta temporada. Patrick Ness, autor de los libros y guionista de la película, es tan talentoso que ha sabido llevar este asunto tan duro, y del que muchas veces cuesta hablar, a una historia escrita para un público joven.

Cuando estaba viendo Chaos Walking en varias ocasiones pensé que la situación que vivimos con el coronavirus se parece mucho a una película de ciencia ficción. ¿Cómo ha vivido la pandemia?
Me he sentido increíblemente privilegiada en todo momento. No tenía un trabajo que perder, he estado sana y soy lo suficientemente joven para no ser de riesgo. Pero sí me he sentido muy vulnerable, muy preocupada por las teorías de la conspiración, por la gente que no tenía la suficiente decencia como para llevar mascarilla en el supermercado, algo que aquí en Londres era frecuente… Cuando me he sentido triste he encontrado una vía de escape en ayudar a los demás. Así que he hecho voluntariado, he donado sangre justo esta semana y, por supuesto, he aportado dinero a organizaciones que trabajan para ayudar a gente que lo está pasando mal. También he intentado sentirme agradecida por todo lo que tengo.

¿Durante esta temporada de restricciones, confinamientos y pasar mucho tiempo en casa ha cambiado su forma de vestir?
Al principio te puedo asegurar que no me puse nada que no fuesen pantalones de chándal. Tampoco me pongo sujetador, aunque en realidad tampoco lo usaba antes de esta pandemia. He apostado mucho por la comodidad. Pero recientemente he leído que es importante vestirse más o menos como antes para reconocerte a ti misma, así que estoy intentando hacer un esfuerzo para arreglarme más.

¿Ha aprovechado este tiempo de parón obligado para aprender cosas nuevas?
He estado refrescando mi francés con una puntuación bastante buena en la aplicación LinGo. Como soy vegana he aprovechado para seguir las maravillosas recetas de un libro increíble que se llama East, de Meera Sodha. Además, he estado dando clases de acento americano. Necesitaba algo que le diera una estructura a mi día, a mi tiempo, y creo que con esto lo he conseguido.

Un trauma en las redes

Daisy Ridley vivió uno de los momentos más delicados de su carrera cuando –tras acudir a la ceremonia de los Teen Choice Awards de 2016, donde se realizó un homenaje a las víctimas de la violencia por armas de fuego en Estados Unidos– escribió un mensaje en su cuenta de Instagram en el que animaba a luchar contra este tipo muertes. En pocas horas, una avalancha de comentarios contra ella colapsó su perfil. «Lo dice la mujer que no para de matar a gente con armas en sus películas. La típica hipócrita de Hollywood. No hagas comentarios políticos y dedícate a hacer películas de Star Wars«, decía uno de los comentarios que demostraba lo fuerte que puede ser el lobby a favor de las armas cuando está bien organizado. Aunque el propio J.J. Abrams le había advertido que salir en Star Wars no era salir en una película cualquiera «porque algunos fans la entienden como una religión» el acoso, las amenazas y los insultos de los defensores de las armas fueron demasiado lejos y decidió borrar su cuenta con dos millones de seguidores.

Comenzó a ser muy famosa de manera repentina debido a su papel de Rey en Star Wars. ¿Cómo fue la experiencia?
Este tiempo de confinamiento me ha hecho reflexionar sobre lo extremo que fue todo aquello. No solo las películas de Star Wars, sino el estar continuamente viajando sin tener un hogar, haciendo entrevistas y sin tener tiempo para nada. En ese momento yo pensaba que era como tenía que ser. Pero fue una situación muy inusual. Obviamente estoy agradecida, pero hubo cosas que fueron abrumadoras y hostiles, y yo no quería pensar en ellas porque sentía que no estaba siendo fiel a la gran oportunidad que se me había brindado. También al mismo tiempo creo que tengo mucha suerte porque tengo una vida más o menos privada. Hay gente en mi situación a la que le hacen fotos continuamente. Yo he conseguido separar bien mi vida personal de mi vida profesional, en parte seguramente porque no tengo redes sociales.

¿Qué opina precisamente de las redes sociales, tras haberlas abandonado?
¿Ha visto el documental The Social Dilemma (El dilema de las redes sociales)?

Sí.
Da miedo, ¿verdad? Estoy muy contenta de haberme ido de las redes. Hay gente que sabe usarlas increíblemente bien y han ayudado a que muchas personas obtengan información muy útil. Pero luego está el otro lado de la moneda. Las estadísticas que las relacionan con la ansiedad son terroríficas. Tengo amigos completamente adictos al teléfono que han sufrido este problema. Si las usas simplemente para conectar con gente, genial. Pero llega un momento que usas Instagram cuando estás en un restaurante con amigos. Tienes gente real a tu alrededor, pero no estás manteniendo una conversación con ellos. Todo eso me resulta triste. Debe ser muy complicado para los adolescentes de hoy en día. Me alegro mucho de que las redes no estuvieran tan presentes cuando yo lo era.

¿Ha pensado alguna vez en volver a Instagram? Tenía millones de seguidores…
No quiero volver, pero algunas veces pienso en ello. Por ejemplo, mientras hacíamos las fotos para este reportaje pensé que había sido algo muy bonito. Hubo una gran conexión con el equipo y al terminar nos abrazamos y bailamos mientras filmábamos un vídeo. Pensé que era un contenido muy guay para compartir. Pero la verdad es que no, no voy a volver.

Cuando todavía estaba presente en redes hizo público que padecía endometriosis, una enfermedad que afecta a millones de mujeres, pero de la que se sabe poco. ¿Por qué decidió hacerlo público?
No sé por qué lo hice. Ahora mismo no sé si la tengo. Siempre me ha parecido muy loco que no se pueda hablar de temas relacionados con la regla. Creo que es importante hacerlo. Lena Dunham ha hecho un trabajo increíble visibilizando la enfermedad. ¡Por Dios, la mitad de la población somos mujeres! Deberíamos hablar abiertamente sobre nuestros periodos.

Un referente feminista

Con su papel en Star Wars se convirtió en un icono feminista. ¿Ha sentido presión?
Bueno, yo no pienso en mí en esos términos. Pero entiendo la admiración por Rey porque es maravillosa, es brillante. El otro día comentaba Natalie Portman lo importante que era que hubiera una Thor femenina. Es importante que los niños y los hombres vean a las mujeres hacer cosas como las que hace Rey, si no parecerá que solo los hombres pueden hacerlo.

¿Qué ha significado el movimiento MeToo para una generación de actrices jóvenes como la suya?
Es un buen momento para ser una actriz joven porque se ha luchado mucho por la igualdad. Yo tuve la suerte de llegar en un momento y con un grupo de gente con en el que me he sentido a salvo. Cuando leía las historias de todo lo que pasó me parecía horrible… Obviamente todo ocurrió porque mucha gente que sabía lo que pasaba fue cómplice. Nosotras somos actrices y tenemos una voz. Pero pienso mucho en las industrias donde no tienen este altavoz y pueden perder su trabajo si hablan.

¿Qué le parecen las nuevas reglas de los Oscar que exigen equipos más diversos en términos de sexo, raza y minorías?
Se habla mucho sobre la poca representación que existe, pero a la hora de la verdad las cosas no cambian lo suficiente. Pienso que esta normativa va a provocar que las palabras se materialicen en algo real. Habrá más representación, habrá más oportunidades para gente diversa y habrá más historias diferentes que contar. Eso es bueno para todos.