Cynthia Nixon, la mediadora (dentro y fuera de la pantalla) de los problemas del cuarteto de ‘Sexo en Nueva York’
La actriz conocida por dar vida a la abogada Miranda Hobbes en la mítica serie de televisión de HBO celebra su 55 cumpleaños en los albores del regreso de la ficción.
El pasado mes de diciembre la plataforma HBO Max cumplió el deseo de varias generaciones de seguidores confirmando el regreso de la celebrada Sexo en Nueva York. Y, por consiguiente, de las aventuras de Carrie, Miranda y Charlotte “mientras navegan la complicada realidad de la vida y la amistad de los 50”, a través de diez capítulos que comenzarán a rodarse esta misma primavera. Además de su título original –la serie volverá bajo el nombre de And Just Like That–, la otra gran ausente en la vuelta de la ficción será Samantha (Kim Cattrall), que ha corroborado su desafección po...
El pasado mes de diciembre la plataforma HBO Max cumplió el deseo de varias generaciones de seguidores confirmando el regreso de la celebrada Sexo en Nueva York. Y, por consiguiente, de las aventuras de Carrie, Miranda y Charlotte “mientras navegan la complicada realidad de la vida y la amistad de los 50”, a través de diez capítulos que comenzarán a rodarse esta misma primavera. Además de su título original –la serie volverá bajo el nombre de And Just Like That–, la otra gran ausente en la vuelta de la ficción será Samantha (Kim Cattrall), que ha corroborado su desafección por el resto de sus compañeras negándose a volver al personaje que rompió moldes por su forma de entender el amor y el sexo. Y ni los esfuerzos de Cynthia Nixon, el faro dentro y fuera de la pantalla del grupo, ha conseguido hacerla recapacitar.
Porque a sus recién cumplidos 55 años, la que diera vida a la exitosa abogada Miranda Hobbes ejerce en la vida real un papel muy parecido al de su personaje en la ficción: el de pegamento y figura más alejada a los divismos clásicos de las estrellas de Hollywood de todas ellas. Pero a reina muerta, reina puesta, y Nixon incluso se atrevió a deslizar una propuesta de casting para sustituir a Samantha: su compañera en la reciente serie Ratched, Sharon Stone. “Creo que estaría fabulosa en el papel, que lo haría suyo. Pero como dice mucha gente, y hasta la propia Kim, si vamos a tener a una cuarta mujer en el grupo quizá podría ser una mujer de otra etnia. Eso también sería maravilloso”.
Férrea activista desde antes incluso de convertirse en estrella y especialmente sensibilizada respecto a la protección de la educación pública y la defensa de los derechos de la comunidad LGTB, el compromiso político de Nixon la llevó incluso a postularse en 2018 como candidata demócrata para convertirse en gobernadora de Nueva York, siendo derrotada por el controvertido Andrew Cuomo, que repitió en el cargo.
Más de diez años después del estreno de la última película de Sexo en Nueva York, la actriz también ha conciliado su rol político con su carrera como intérprete. Sin saborear un éxito tan rotundo como el de la serie que la dio a conocer, pero sin descanso, combinando los platós de Hollywood con las tablas de Broadway. Ganadora de un Emmy, dos Tony y un Grammy, a la neoyorquina solo le falta un Oscar para completar el considerado Grand Slam de los artistas, el EGOT. Nixon comparte su vida desde 2004 con Christine Marinoni, activista por la educación pública, con quien tuvo a su tercer hijo, Max, en 2011. Antes de eso, mantuvo una relación de quince años con el profesor Danny Mozes, fruto de la cual nacieron Charles Ezekiel y Samuel, con quién posó orgullosa en 2018 para relevar que era transgénero.
En Sexo en Nueva York, la pelirroja daba vida a la exitosa abogada Miranda Hobbes, la más feminista, honesta y empoderada del cuarteto. Un personaje tan minusvalorado –pocos espectadores de la época la elegían como su favorita– como adelantado a su tiempo, siendo considerado actualmente como el más cercano y empático con los valores y sentimientos de las nuevas generaciones. Ella ya evitaba disculparse por su éxito profesional siendo mujer, reivindicaba la importancia de disfrutar de la soledad, regañaba a sus amigas por centrar sus inquietudes en sus relaciones amorosas y se atrevió a desafiar arquetipos románticos al proponerle matrimonio a su pareja, Steve, o al vestir de rojo en la ceremonia. Más que preocuparse por las rencillas internas entre ellas, ella ha preferido enfocar sus críticas a la falta de diversidad presente en la ficción. “No solo la escasa diversidad étnica y racial, también la de personajes que no eran millonarios. Miranda se casó con el único personaje perteneciente a la clase obrera que apareció en la serie”.
Los motivos de la desafección entre Kim Cattrall y el resto del grupo son complejos y diversos, pero el más notorio es el económico, que se remonta a la segunda temporada de la ficción, cuando Sarah Jessica Parker consiguió ser nombrada productora ejecutiva de la misma y, por consiguiente, ver cómo su salario se alzaba sobre el del resto. Un hecho que Cattrall jamás perdonó a Parker. El rodaje de las dos últimas películas de Sexo en Nueva York ahondó en su incomunicación y quien diera vida a Samantha también rehuyó repetir en la que sería la tercera y última entrega de la franquicia, alegando su anhelo de pasar página profesional. Sus compañeras no ocultaron su “profunda frustración” ante la decisión de su colega.
En el episodio más crudo hasta la fecha de todos los vividos por el reparto de la mítica serie, el que tuvo lugar a raíz de la muerte repentina del hermano de Cattrall, Nixon volvió a demostrar su papel neutral en la batalla que libran las coprotagonistas. Mientras que quien diera vida Samantha calificó de “hipócrita” el mensaje de condolencias que le envió a través de las redes sociales Sarah Jessica Parker, recordándole que no era “ni su amiga ni su familiar”, a Nixon le contestó agradeciendo el gesto y afirmando que “escuchar su voz significaba mucho” para ella. Sin embargo, Cattrall también fue la más desabrida del grupo a la hora de apoyar su candidatura a gobernadora de Nueva York: “Respaldo y respeto el derecho de cualquiera de mis colegas para tomar sus propias decisiones profesionales”. Nada que ver con el entusiasmo de Kristin Davis (“estoy emocionada de apoyar a una de las personas más inteligentes y afectuosas que he conocido en mi vida”) o los halagos vertidos por Parker. “Mi hermana dentro y fuera de la pantalla tiene mi amor, mi apoyo y mi voto”, alegó en Instagram, calificándola después de “formidable y brillante”.
Aunque ha conseguido evitar públicamente el decantarse por ninguno de los dos bandos, la mera participación de Cynthia Nixon en la serie resucitada ya es una prueba de que no solo no tiene ningún inconveniente en repetir escenas con Sarah Jessica Parker, sino que ha subido fotos a su cuenta de Instagram presumiendo de sus encuentros esporádicos. Es más, durante los años de emisión de la serie, y pese a que por entonces desmentían cualquier enemistad entre ellas, Parker, Nixon y Davis solían posar y sentarse juntas en las diferentes galas premios mientras que Cattrall evitaba ser fotografiada con sus compañeras. Una instantánea que a buen seguro no se repetirá cuando la anticipada And Just Like That llegue a nuestras pantallas.