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Catherine Zeta Jones, Mariah Carey y otros famosos que normalizan la bipolaridad

Su altavoz les ha convertido en activistas: cada vez más rostros de Hollywood hacen pública su condición para normalizar y acabar con la estigmatización.

Solo en Estados Unidos hay al menos cinco millones y medio de personas que sufren un trastorno bipolar, según diversos informes. Una condición a la que ayudan los testimonios de numerosas celebrities que, en los últimos años, aportan visibilidad: son numerosas las estrellas que han reconocido padecer lo que antes se conocía como síndrome maniaco-depresivo. Un estereotipado síndrome que generalmente ha sido objeto de errores de diagnóstico. Si nos remontamos a la época dorada del cine nos encontramos dos casos paradigmáticos: el de Vivien Leigh, inolvidable protagonista de Lo que el viento se llevó, o Marilyn Monroe, que se puso en manos de Ralph Greenson -una de las grandes eminencias de la psiquiatría en Estados Unidos- pero nunca logró superar los problemas que arrastraba.
Catherine Zeta-Jones Para la mujer de Michael Douglas, a quien se lo diagnosticaran en 2011, fue una buena noticia llegar a esta conclusión: “El hecho de que pusiéramos un nombre a mis emociones y que un profesional pudiera describir mis síntomas fue liberador. Hay subidas y bajadas muy grandes, así que mi meta fue situarme, de una manera consistente, en el término medio. Ahora me encuentro en el lugar adecuado”, confesaba en una entrevista publicada por la revista Good Housekeeping en marzo de 2018: “No soy de ese tipo de persona a las que les gusta gritar a los cuatro vientos sus temas personales, pero espero que hacer pública mi bipolaridad le sirva a otros a saber que es completamente controlable. Espero poder ayudar a quitar el estigma que tiene asociado. Que aquellos que no lo tengan bajo control busquen ayuda”. Catherine, que estuvo ingresada en varias ocasiones para tratar su dolencia, tuvo que hacer frente al mismo tiempo a la lucha sin cuartel de su marido, Michael Douglas, contra un cáncer de garganta en grado cuatro del que logró recuperarse. En la actualidad, la pareja se encuentra en un gran momento y el actor acaba de ganar un Globo de Oro por su papel en El método Kominsky, una de la series más aclamadas de Netflix en las últimas semanas.
Demi Lovato Tras una larga batalla contra la bulimia y las adicciones, que quedó reflejada en el documental Simply Complicated (2017), la actriz y cantante estadounidense recibió hace años el diagnóstico que le ayudó a encarrilar sus metas. Tuvo también que decidir si lo hacía público o no: “Recuerdo sentarme con mi manager y mi familia para hablar sobre si reconocer los problemas a los que estaba haciendo frente. Sabía que había dos opciones. Podía no comentar nada sobre mi estancia en el centro de rehabilitación, esperar que el asunto se diluyese, o podía hablar sobre ello e inspirar a la gente que también estuviera buscando ayuda, así que eso es lo que hice”, manifestó. La que fuera chica Disney ha tenido diversas recaídas y fue ingresada en julio del año pasado en el hospital Cedars Sinaí de Los Ángeles por una supuesta sobredosis. Estuvo internada durante casi dos semanas y hubo noticias muy alarmistas, aunque parece haber empezado 2019 con una nueva actitud: “Muy agradecida por las lecciones que he aprendido este año”, ha manifestado en su perfil de Instagram.
Kanye West El marido de Kim Kardashian ha hecho frente a esta realidad con cierto sentido del humor, al afirmar que tiene superpoderes. En la portada de su último disco, Ye, podemos leer: “I hate beeing bi-polar, it’s awesome” (Odio ser bipolar, es increíble), una frase contradictoria que, sin embargo, al rapero no se lo parece: considera que se pueden experimentar sentimientos positivos y negativos al mismo tiempo. En una entrevista con Jimmy Kimmel el pasado mes de agosto, el músico recalcó la influencia que sus palabras pueden tener sobre otros en su misma situación: “Creo que es importante que tengamos una conversación abierta sobre salud mental. Especialmente porque soy negro, porque nunca tuvimos psicólogos en la comunidad negra ni nos planteamos tomar medicación”.
Mariah Carey En abril del año pasado, la intérprete de All I Want For Christmas is You desvelaba que le habían diagnosticado el trastorno bipolar en 2001. También explicó lo que le había llevado a guardar silencio tanto tiempo: “No quería cargar con el estigma de una enfermedad crónica que me podría definir y acabar potencialmente con mi carrera. Estaba aterrorizada ante la posibilidad de perderlo todo”, explicaba en la revista People, donde recalcó cómo le atenazaba la posibilidad de que su ‘secreto’ viera la luz: “Vivía en la negación, aislada y con pánico a que alguien lo hiciera público”. Aunque en un principio se negó a tomar la medicación pertinente, finalmente dio los pasos necesarios para alcanzar la estabilidad de la que ahora disfruta: “Era un peso demasiado grande y no podía aguantarlo. Busqué y recibí tratamiento, me rodeé de gente positiva y volví a hacer lo que me gustaba, escribir canciones y música”, manifestaba unos meses antes del lanzamiento de Caution, un disco por el que ha recibido algunas de las mejores críticas de su carrera (pese a no cosechar el éxito comercial esperado).
René Russo La actriz estadounidense, que alcanzó gran popularidad gracias a la saga de Arma letal, lo desveló en 2014 en el show televisivo de Queen Latifah. Una de las cuestiones sobre la que puso más énfasis fue la importancia de recibir tratamiento: “A toda la gente que tiene problemas y se siente mal por tomar la medicación, os digo que lo superaréis, que no es fácil, pero lo lograréis. Tengo amigos que no quieren tomarla y están sufriendo por ello”. En plena campaña de promoción de la película Nightcrawler, que protagonizó junto a Jake Gyllenhaal, también intervino en el programa Good Morning America para describir con humor cómo hizo frente a las reacciones de los medios y las redes sociales tras hacer esta revelación: “Para mí fue como desvelar que tomaba pastillas para la tensión, no tenía más importancia. Al día siguiente me encontré que lo definían como un shock o algo impactante, pero pensé que me hubiera merecido esos adjetivos si hubiera matado a mi marido de un tiro y le hubiera enterrado en el jardín”.
Linda Hamilton En el 2005 hizo pública su condición el programa de Larry King, pero no era algo que hubiera previsto, según manifestó en una entrevista posterior: “Fue algo accidental. No pude decir otra cosa más que la verdad y salió de manera espontánea. No era mi intención convertirme en portavoz de nada y, de hecho, he rechazado hacer publicidad de un montón de medicaciones. En su lugar, realicé una campaña para explicarle a la gente cómo tiene que afrontar esta situación y espero que fuera útil”. La exmujer del director James Cameron, mundialmente conocida por su papel de Sarah Connor en la saga de Terminator, explicaba entonces en qué consistía esta dolencia para los que no están familiarizados con esta realidad: “Se caracteriza por drásticos cambios de humor y emocionales, que no están necesariamente relacionados con ningún acontecimiento exterior. Puede haber episodios maniacos y de mucha actividad y después bajones terribles. He sufrido depresiones durante años, mucho antes de que fuera diagnosticada correctamente y recibiera los cuidados apropiados. Me gusta hablar para que la gente no se sienta sola”.
Kim Novak Icono cinematográfico y de estilo, la protagonista de Vértigo o Picnic, arrastró (en sus años en activo) fama de complicada en los rodajes. No fue diagnosticada como bipolar hasta 2002 y una década más tarde quiso compartir su experiencia: “En aquel entonces estaba muy deprimida y no podía hacerme cargo de las cosas. No sabía lo que me ocurría y no tenia medicación”, aseguraba la actriz en una entrevista en The San Francisco Chronicle, en la que también revelaba que padece un trastorno obsesivo compulsivo. Gracias a estas declaraciones se ha podido entender muchas de las decisiones profesionales que tomó, como dejar Hollywood, donde no se adaptaba a sus normas ni encontraba su lugar. Aunque en los años 80 vio reverdecer su popularidad tras intervenir en Falcon Crest, vive felizmente retirada en su finca de Oregon, junto a su marido, Robert Malloy, con quien lleva casada desde 1976.
Russell Brand Los problemas para el humorista inglés, que ha intervenido en películas como Todo sobre mi desmadre o Arthur, el soltero de oro, comenzaron en su adolescencia, cuando sufrió bulimia y empezaron a sospechar que podría ser bipolar (aunque solo recibió tratamiento para la depresión). El diagnóstico llegó más tarde, tras años de adicción al alcohol y las drogas. El pasado diciembre tenía un gran motivo para celebrar: las ha superado. Por este motivo afirmaba en las redes sociales: “Ahora han pasado 16 años, tengo dos hijas, estoy casado, con perros, paz mental y no estoy esclavizado por las opiniones ajenas o por pensar que podría ganar más dinero, ser más famoso o tener más sexo”. El ex de Katy Perry aprovechaba también para explicar cómo lo había conseguido y dar las gracias a quienes le habían ayudado: “Tuve la suerte de permanecer internado en un centro durante tres meses en el que seguí con éxito un tratamiento de doce pasos. Al salir me encontré con otras personas y grupos de apoyo con los que puse mi cabeza en orden”.
David Harbour El actor, que interpreta al entrañable policía Jim Hopper en Stranger Things de Netflix, sufrió un ataque maniaco cuando tenía 25 años. El episodio llevó a sus padres a ingresarle en una clínica en la que recibió el diagnóstico. Una época oscura de la que ha hablado sin cortapisas en un podcast, con el fin de que su testimonio pudiera servir de ayuda: “Si alguien a quien quieres todavía siente vergüenza por su diagnóstico o un padre está preocupado porque su hijo es bipolar y cree que no podrá superarlo, nuestro podcast podrá suavizarlo”. David recibió muchísimas muestras de apoyo y también testimonios de personas que le agradecían el gesto. El actor se encuentra en el mejor momento de su carrera no solo gracias a la mencionada serie, que ya ha alcanzado la tercera temporada, sino porque es el protagonista de la tercera entrega de Hellboy, que llegará a las salas de todo el mundo este año. Pese a todo, no baja la guardia y está muy pendiente de la medicación.