‘Black is King’: el homenaje de Beyoncé al ejército de amazonas negras más temido sobre la faz de la tierra
El último álbum visual de la cantante incluye referencias simbólicas a las Dahomey, la ‘Esparta Negra’, el escuadrón de élite femenino más letal del planeta.
Cuando Beyoncé habla, todos escuchan, pero cuando canta, entonces el mundo se vuelve loco. La gran reina del pop y el R&B vuelve a dar un golpe sobre la mesa con el lanzamiento de un álbum visual después del extraordinario Lemonade, y lo hace con una reivindicación a la cultura negra. Escrito, dirigido y producido por la artista, Black is King es una vuelta de tuerca a El Rey León, el clásico de Disney. La película sigue el viaje de un joven hacia el autodescubrimiento, con un enfoque en la historia de la resistencia negra y las tradiciones africanas, explicada a...
Cuando Beyoncé habla, todos escuchan, pero cuando canta, entonces el mundo se vuelve loco. La gran reina del pop y el R&B vuelve a dar un golpe sobre la mesa con el lanzamiento de un álbum visual después del extraordinario Lemonade, y lo hace con una reivindicación a la cultura negra. Escrito, dirigido y producido por la artista, Black is King es una vuelta de tuerca a El Rey León, el clásico de Disney. La película sigue el viaje de un joven hacia el autodescubrimiento, con un enfoque en la historia de la resistencia negra y las tradiciones africanas, explicada a través de las narraciones de Beyoncé.
La plataforma Disney+ estrena hoy a las 9 de la mañana este proyecto ambicioso en el que la artista pone el foco en su comunidad. En la era del Black Lives Matter, y cómo viene probando desde hace unos años, Queen Bey quiere dejar clara su posición activista dentro del movimiento. Para ello, y entre las múltiples referencias del film, también recurre a uno de sus clásicos, un ejército femenino. ¿Estamos ante la mitificación Wakandiana de la historia de África? Un imaginario plagado de guiños en los que la modernidad se mezcla con la tradición o, directamente, la actualiza: hasta ahora, en los diferentes teasers hemos reconocido estilismos de diseñadores como Marine Serre (la propia Beyoncé viste el mono de estampado de lunas más popular de 2020), o un vestido de Erdem para tomar el té.
Toda tradición busca escarbar y redescubrir viejos mitos para otorgar de valor y relevancia su discurso. Es el principio romántico de toda independencia, encontrar en la historia mitos que la sustenten. Beyoncé lo sabe y aquí recurre a la simbología de diferentes iconos históricos de la cultura negra africana. Modernizar la tradición. En concreto, parece que la cantante se ha fijado en las Dahomey, amazonas subsaharianas que lucharon contra los colonizadores europeos en busca no sólo de no perder su tierra, sino de no perder su identidad (y que ya inspiraron en su día a las de Black Panther).
Ellas se llamaban a sí mismas N’Nonmito, cuyo significado es “nuestras madres”, eran un escuadrón de élite formado exclusivamente por mujeres pertenecientes al reino de Dahoney, lo que hoy sería la república de Benin. Estas luchadoras destacaban por su destreza con la espada y su crueldad en el campo de batalla. No es para menos, si tenemos en cuenta que su distintivo, su especialidad, era la decapitación. En su época de esplendor, el ejército lo formaban hasta 6.000 mujeres y su capacidad intimidatoria era tres veces superior a sus compañeros masculinos. La última superviviente murió a los 104 años en 1979, demostrando que no estamos hablando de un colectivo perdido en el tiempo, sino en unas luchadoras que marcaron el camino de un pueblo hasta la actualidad.
Los primeros indicios de su existencia se remontan al siglo XVII, cuando el rey vio impresionado a un grupo de mujeres cazar elefantes con una gracia y excelencia que borró de un plumazo todos los prejuicios que pudiera tener el monarca. Sus maridos estaban combatiendo otras tribus y las mujeres se encargaban de la caza. A partir de aquí se derivó a un grupo de élite de mujeres soldados, en una rigurosa criba que hacía pasar a estas mujeres por un entrenamiento feroz.
Aunque también hay otra explicación plausible, que como sólo las mujeres estaban permitidas en palacio, la lógica hizo que poco a poco se convirtieran en las guardaespaldas del rey. Con el tiempo, este escuadrón especializado empezó a utilizar escopetas holandesas y machetes europeos, dando un giro irónico al utilizar sus propias armas para matar a sus colonizadores.
Cuando cumplían ocho años, las niñas eran enroladas para convertirse en mujer soldado. Su entrenamiento consistía en potenciar fuerza, velocidad, dominio del dolor y agresividad. Para sobresalir tenían que ser dos veces más valientes que los hombres, por lo que nunca se rendían y en la batalla morían o salían victoriosas. Su graduación consistía en una espartana iniciación dejándolas solas durante diez días en la jungla con la única compañía de un machete.
Las guerreras eran vírgenes, y se consideraba que estaban casadas con el rey, así que no podían casarse ni tener hijos. Uno de sus descubridores célebres fue el explorador inglés Richard Burton, enviado por el gobierno británico en busca de un tratado de paz con los Dahomey. Al ver a las mujeres guerreras Burton quedó impresionado y lo dejó por escrito. “Tal era su tamaño y su desarrollo muscular que era difícil distinguir su feminidad”, dijo denominándoles “La Esparta negra”.
Su furia y crueldad se convirtió en mito. En el entrenamiento se las enseñaba a no tener piedad. Una prueba era lanzar a un prisionero por un barranco. Una comitiva francesa afirmaba haber visto cómo una niña de 16 años, en su formación, cortaba la cabeza de un prisionero de tres golpes de machete y beberse la sangre que caía del cuchillo.
En su guerra contra los franceses, muchos soldados menospreciaron un ejército femenino, lo que fue un error fatal. Otro error frecuente eran los soldados que se llevaban a alguna de estas mujeres a su cuarto sólo para despertar degollados. “Cuando salían de palacio, las guerreras eran precedidas por una niña con una campana que hacía sonar para que los hombres supieran que no podían ni mirarlas”, aseguraba Stanley Alpern, el único anteopólogo que pudo estudiar a las amazonas.
Beyoncé se inspira en este ejército de élite, una obsesión de Beyoncé desde los tiempos de Run the world (girls). Habrá que estar atentos cómo reaccionan sus fans y la comunidad negra. Lo que está claro es que Beyoncé ya no tiene nada que demostrar.