Así fue la fiesta de Omega que reunió en Shanghái a Nicole Kidman y Cindy Crawford
Las embajadoras estrella de la firma relojera suiza presentan el nuevo Constellation, un reloj icónico y centenario que se actualiza para reivindicar “feminidad, elegancia, valores e historia”.
Se apagan las luces, sale humo, el escenario se ilumina y en unas pantallas verticales empiezan a proyectarse imágenes de Nicole Kidman, Cindy Crawford, Alessandra Ambrosio y Liu Shishi. Huele intensamente a rosas y a velas aromáticas por los centros de las mesas, que están dispuestas alrededor de un piano de cola blanco subido a una esfera giratoria de reloj. Las llamas de esas velas son lo único que ilumina la sala hasta que, de pronto, se enciende la luz y sobre el escenario se abren unos paneles de los que salen, en carne y hueso, las cuatro Iconic Ladies que dan ...
Se apagan las luces, sale humo, el escenario se ilumina y en unas pantallas verticales empiezan a proyectarse imágenes de Nicole Kidman, Cindy Crawford, Alessandra Ambrosio y Liu Shishi. Huele intensamente a rosas y a velas aromáticas por los centros de las mesas, que están dispuestas alrededor de un piano de cola blanco subido a una esfera giratoria de reloj. Las llamas de esas velas son lo único que ilumina la sala hasta que, de pronto, se enciende la luz y sobre el escenario se abren unos paneles de los que salen, en carne y hueso, las cuatro Iconic Ladies que dan nombre a la velada. Y empieza la fiesta de presentación del renovado Constellation de Omega. Un reloj nacido en 1952 que según Raynald Aeschlimann, presidente de la firma desde 2016, habla de “feminidad, elegancia, valores e historia”.
Todas visten de rojo, color de la suerte en China, porque la fiesta es en Shanghái, “la ciudad que representa la energía del futuro”, explica Aeschlimann. La supermodelo Cindy Crawford –imagen de Omega durante más de dos décadas–, la actriz y productora Nicole Kidman –más de diez años con la firma, con la que trabaja en sus acciones filantrópicas a favor de la mujer en todo el mundo–, la modelo brasileña Alessandra Ambrosio y la actriz china Liu Shishi muestran diferentes tipos de mujer. Y todas quieren hablar sobre poder femenino y sororidad.
Lo hacen antes de la cena de gala, en unas entrevistas con periodistas venidos de todo el mundo a Shanghái. Cindy Crawford afirma que “el movimiento del #MeToo ha sido una oportunidad increíble para que las mujeres encuentren su voz”. Añade que el debut en las pasarelas de su hija Kaia –que también forma parte de “la familia Omega”– no le preocupa, porque se maneja a la perfección en este mundo que ha conocido desde niña. Y que las iconic ladies, para ella, han sido “mujeres hermosas como Marilyn Monroe, Jane Fonda o Meryl Streep, pero también mujeres fuertes y profesionales… Cuando era niña, quería ser física nuclear, así que admiraba a las científicas”.
Nicole Kidman, conocida por su activismo feminista y embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres, explica que hizo la serie Big Little Lies con Reese Witherspoon –que en 2019 estrenará segunda temporada– “porque no hay suficientes papeles femeninos y había que crearlos, y ser las productoras y también las protagonistas ha sido increíblemente empoderador porque es bueno controlar tu destino y no depender de otros para conseguir trabajo”. Destaca la influencia que en su carrera han tenido mujeres icónicas como Vivian Leigh, Ingrid Bergman o Jeanne Moreau, y también Glenda Jackson, Isabelle Huppert o Charlotte Rampling: “Tengo reverencia por las actrices que siguen siendo pioneras más allá de lo que todos suponen que debe durar su carrera”. Y subraya que “hay un gran movimiento de sororidad y es algo hermoso: cuanto más nos apoyemos, mejor será el futuro para todos, porque trabajando juntos somos mucho más fuertes”.
En la fiesta, además de las embajadoras, están presentes el fotógrafo de la campaña, Damon Baker, que retrata a los invitados para que también se sientan estrellas de esa constelación, y el carismático pianista británico Stephen Ridley –vestido, por supuesto, con un traje rojo–, que canta y toca el piano de cola blanco que ocupa el centro de la sala mientras cuatro acróbatas muestran sus habilidades colgadas del techo. El presidente de Omega apunta que los relojes que lucen las embajadoras, además de brillantes en la correa, tienen rubíes marcando las horas en la esfera, que también está hecha de una piedra preciosa, ópalo. “No creo en los seguidores, creo en la historia, por eso buscamos establecer relaciones duraderas en el tiempo, con significado”, asegura Aeschlimann para destacar la atemporalidad del Constellation, centenario ya y reinterpretado para adaptarse a los nuevos tiempos, con sus estrellas.