Aquellos inocentes noventa
Las alfombras rojas no siempre fueron así de estudiadas. Un blog rinde culto a las peores fotografías noventeras de celebrities.
Antes de que la alfombra roja de cualquier evento se convirtiera en la parte más importante del evento en sí, antes de que cada vestido fuera escogido por profesionales siguiendo un estudiado proceso y de que las estilistas escalaran puestos entre los más poderosos de Hollywood, antes, en definitiva, de que se acabara la diversión, los estrenos en Hollywood eran espacios en los que podía pasar cualquier cosa. A las estrellas se las dejaba solas, sin supervisión, y aquello tenía resultad...
Antes de que la alfombra roja de cualquier evento se convirtiera en la parte más importante del evento en sí, antes de que cada vestido fuera escogido por profesionales siguiendo un estudiado proceso y de que las estilistas escalaran puestos entre los más poderosos de Hollywood, antes, en definitiva, de que se acabara la diversión, los estrenos en Hollywood eran espacios en los que podía pasar cualquier cosa. A las estrellas se las dejaba solas, sin supervisión, y aquello tenía resultados inesperados.
Dos jóvenes cineastas afincados en Brooklyn, dónde si no, Anna Bak-Kvapil y Alex Ross Perry, eran aficionados a pasar las horas muertas mirando fotos en Imdb, la base de datos de los profesionales del cine, y habían desarrollado un curioso culto por las fotos de actores en los noventa. Un día dieron con una imagen especialmente inspiradora de Drew Barrymore en la première de Beautiful Girls, en 1996, “con la cara completamente blanca y el aspecto casi de una geisha”, según define Bak-Kvapil. Y así nació, hace algo más de un año, Pale Face Premiere, el tumblr dedicado, según su subtítulo, “a la terrible fotografía en la alfombra roja de los noventa”. “Terrible -aclara la cocreadora- en el mejor sentido posible de la palabra”.
Thumbs up, Jennifer!
Getty
El nombre vino dado por las caras casi fantasmagóricas de los actores. “No sabemos si por efecto de los polvos de maquillaje de entonces o de los duros flashes de la fotografía pre-digital”, explica Bak-Kvapil. En efecto, un vistazo a los archivos de la web confirma la celebrity media hace dos décadas pesaba 10 kilos más y lucía un 40% menos bronceada: “Aunque es difícil decir si los famosos estaban menos delgados o si era efecto de la ropa. Un número chocante de actrices vestía gigantescos trajes pantalón en los estrenos”. Ahí están las pruebas. Con la tela de las americanas de Julianne Moore y Uma Thurman se hacía hoy siete vestidos Kim Kardashian.
Y solo hay que ver un vídeo de Ace of Base (¿alguien se imagina a Rihanna con pantalones anchos y cuello vuelto?) o la evolución de las chicas de Friends a lo largo de sus 10 temporadas para comprobar que, en efecto, lo que resultaba sexy hace tan sólo tres lustros era un modelo de mujer bastante más obtenible para cualquiera: con más curvas y ropa que no exige meses de Dukan para quedar bien.
No es solo lo que se ponían, sino lo que hacían. La alfombra roja de los noventa era un lugar lleno de actividad: Joe Pesci hace como que estrangula a Macaulay Culkin, Julia Roberts le muerde el lóbulo de la oreja a Kiefer Sutherland, una curvácea Reese Witherspoon saca la lengua y un número insospechado de actores levanta el pulgar en señal de aprobación. Hasta el punto que los creadores del tumblr se inventaron el Thumbs Up Thursday: el jueves del pulgar levantado. Y ese día de la semana postean fotos de estrellas haciendo ese gesto. En conjunto, todo respira un aire más espontáneo. Claro que las estrellas tenían baterías de publicistas, estilistas y asesores de imagen, pero no parecían tan atemorizadas por dar un mal paso y ser al día siguiente una vergüenza viral que diera la vuelta al mundo.
Ross Perry y Bak-Kvapil,de 29 y 27 años y que han dirigido y protagonizado respectivamente la película The color Wheel y representan la últimísima ola del indie estadounidense, no son los únicos veinteañeros obsesionados con los noventa, la década en la que crecieron. Solo hay que pasarse por cualquier Bershka o Topshop esta temporada para comprobar que la inspiración de muchas prendas proviene a partes iguales de los armarios de Blossom Russo y DJ Tanner, la mayor de Padres Forzosos. En internet florecen decenas de páginas como I Love the 90s o Fuck Yeah 1990’s dedicadas a celebrar las bondades de Daria, Bill Clinton y Alicia Silverstone, cuando ésta era famosa por encarnar a Cher en Fuera de onda (1995) y no por dar de comer a su bebé a lo pájaro.
La bloguera Tavi Gevinson, que se hizo famosa por ser una especie de oráculo precoz de la moda con tan sólo 12 años, y ahora, con 16 es una poderosa presencia en la moda y en el periodismo de tendencias, sostiene una visión idealizada de la década en la que era un bebé, sobre todo del movimiento de bandas de riot grrrls y de los fanzines y revistas para adolescentes como Sassy, que no insultaban el coeficiente intelectual de sus lectores. En la web que edita y que escriben redactoras tan jóvenes como ella, Rookie Mag, las referencias a series de los noventa como Freaks and Geeks o Es mi vida están a la orden del día.
Para la generación de Gevinson, que cita a Twin Peaks (1990-1991) como una de sus principales referencias estéticas, los noventa representan una época pre-cínica y más inocente en muchos aspectos. El estadio todavía balbuceante de internet propiciaba una cultura juvenil más volcada al "hazlo-tú-mismo" y de ahí la fetichización que muchos hacen hoy del VHS (ver Be kind, Rewind, de Michel Gondry) y de las cintas de cassette, que ahora vuelven a coleccionarse y se han convertido en un objeto que genera simpatía (de ahí la popularidad de la ubicua funda de iPhone con aspecto de cassette). La web Pop Matters, que, como su nombre indica, se toma la cultura pop muy en serio, dedicó un artículo al fenómeno y lo declaró una regresiva moda hipster.
Bak-Kvapil reconoce que su tumblr empezó como vehículo de “fotos graciosas y poco favorecedoras” pero pronto se dejó arrastrar por la nostalgia. “Nos encanta el hecho de que, aunque la cultura de la celebridad ya se estaba convirtiendo en una gigantesca industria, las estrellas parecían muy vulnerables en la alfombra roja”. Sin embargo, asegura no echar de menos la época. “Reconocemos que los noventa tuvieron momentos bastante ridículos y no nos gustaría ir por ahí con pantalones gigantes y camisetas diminutas”, asegura.
Si Drew Barrymore, una actriz que ha conseguido la proeza de atravesar tres décadas interpretando papeles de chica joven y algo alocada, es la “santa patrona” de Pale Face Premiere, sus otros “ángeles guardianes” serían la hoy olvidada Fairuza Balk, Parker Posey –“el icono de estilo de los noventa”-, Robert Downey Jr y Skeet Ulrich, “que era como el Johnny Depp de bajo coste”. El Johnny Depp de verdad, por cierto, tenía un aspecto “muy compuesto y perfectamente decente en sus fotos de los noventa”, según la actriz y bloguera.