53 sueños cumplidos

En nuestro primer año de vida hemos fotografiado a grandes nombres de la moda, la cultura urbana y el arte. Una fantasía hecha realidad que deja un sinfín de anécdotas.

Un año, 53 portadas y 60 personajes de los más codiciados por el mundo editorial en la front page de S Moda. El objetivo inicial: realizar nuestras propias producciones para construir una identidad de imagen. Un resultado conseguido con un lema: nada es imposible. Nadie dijo que fuera fácil. De hecho, la llamada a la protagonista de nuestra primera portada fue todo un reto: «Sarah Jessica Parker, ¿quieres ser la imagen de presentación de una cabecera nueva en España?». ¡Y dio el «sí, quiero»! El empujón definitivo para convencernos de que la fantasía se podía...

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Un año, 53 portadas y 60 personajes de los más codiciados por el mundo editorial en la front page de S Moda. El objetivo inicial: realizar nuestras propias producciones para construir una identidad de imagen. Un resultado conseguido con un lema: nada es imposible. Nadie dijo que fuera fácil. De hecho, la llamada a la protagonista de nuestra primera portada fue todo un reto: «Sarah Jessica Parker, ¿quieres ser la imagen de presentación de una cabecera nueva en España?». ¡Y dio el «sí, quiero»! El empujón definitivo para convencernos de que la fantasía se podía cumplir. El tiempo nos ha dado la razón: nuestras portadas han sido reconocidas públicamente por medios de referencia como The Cut –el blog de estilo del New York Magazine–, la web fashionista.com o The Huffington Post. Y han sido expuestas en la feria Madridfoto.

Por ellas han pasado personajes internacionales y nacionales de primera fila y siempre con el filtro de calidad por el que S Moda ha apostado desde sus inicios. La publicación nació con vocación cosmopolita, de convertirse en el lugar donde las cosas ocurren antes casi que en la calle. No es exageración: la escritora Amélie Nothomb, por ejemplo, usó las imágenes de su sesión con S Moda para ilustrar la portada de su último libro, Barbe bleue. Y como esta, otras muchas sorpresas, vivencias y coincidencias nos han acompañado. Algunas son impagables. Lana del Rey llegó a la sesión de fotos con los rulos puestos. Había decidido ahorrar trabajo al equipo: pelo listo, un problema menos. Cuando las estilistas de S Moda le mostraron los collares de porcelana del español Andrés Gallardo, la cantante no lo dudó: «Es lo único que quiero llevar en la portada». Los hombros desnudos, la mirada afilada y un enorme pájaro azul. Si unas veces el trabajo sale rodado, otras puede llegar a complicarse mucho. Cuál fue la sorpresa al llegar a París para fotografiar a la historietista Marjane Satrapi: descubrir que la compañía aérea había perdido la maleta con toda la ropa para la producción. Hubo que improvisar con prendas de la talla 36 (que no era la suya) y que se consiguieron sobre la marcha.

Con las anécdotas en la memoria, a veces imaginamos, «¿qué habría ocurrido si en una misma sesión hubiéramos juntado a Manolo Blahnik, Anna Dello Russo, Victoria Abril y Marina Abramović? Complicado. El diseñador de los zapatos más deseados pinchó a Miguel Poveda, disco tras disco; la editora de Vogue Japón no paraba de bailar y saltar; a la actriz lo que de verdad le gusta es ir tarareando de aquí para allá; y la artista serbia se libera gritando a todo pulmón.

Y todos, por razones diferentes, nos han enamorado. Por su físico, como en el caso de las curvas de Candice Huffine: «Todas queríamos ser XXL», reconoce la estilista que se ocupó de la portada. Aunque cuando vimos a Irina Shayk devorar con el catering, entendimos que la genética juega un papel importante. Por su autenticidad, nos quedamos con el amor que durante la sesión se mostraron Miguel Ángel Silvestre y Blanca Suárez. Y por sus manías, nos resultó simpática Sarah Jessica Parker, que odia el perejil. Aquel capítulo de Sexo en Nueva York en el que Carrie Bradshaw discute con su novio porque ha echado perejil a la comida responde a una aversión real. Fue la única condición que la actriz puso a S Moda: que nada en el catering lo llevara.

Otras, como Léa Seydoux, nos han inspirado. Cuando citamos a la actriz francesa creíamos que llevaba el cabello largo, pero resultó que se lo acababa de cortar a lo garçon y… ¡teñido de azul! Su sorprendente cambio de imagen dio pie a un cambio de planes. ¿Y si hacemos una sesión a lo Edie Sedgwick, la musa de Andy Warhol? Dicho y hecho.

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