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25 veces que Audrey Hepburn marcó al mundo de la moda

Cuando se cumplen 25 años de la muerte de Audrey Hepburn, rendimos homenaje a la oscarizada intérprete, una de las mujeres más influyentes de su época y más inspiradoras de todos los tiempos.

Audrey Hepburn, una de las actrices más icónicas de todos los tiempos, falleció el 20 de enero de 1993, en Tolochenaz (Suiza). Cuando se cumplen 25 años de su muerte, rendimos homenaje a la oscarizada intérprete, una de las mujeres más influyentes de su época y más inspiradoras de todos los tiempos.
La protagonista de filmes tan clásicos e inolvidables como Desayuno con diamantes, Una cara con ángel o Vacaciones en Roma es también un icono de estilo global. Su flequillo corto, sus cejas pobladas y su mirada de trasfondo entre triste e inocente marcaron su seña de identidad y sentaron las bases de un estilo deseado por las mujeres de medio mundo.
Hepburn hizo del negro su color predilecto. Lo lucía tanto en el vestuario de películas tan míticas como Desayuno con diamantes como en su tiempo de ocio y las sesiones de fotos que protagonizaba en la época. Su corte de pelo a lo garçon y su manera de entender la moda la hicieron rabiosamente moderna y contemporánea.
Hubert de Givenchy fue, sin duda, su modisto predilecto. El encargado de elaborar gran parte de su vestuario dentro y fuera de la gran pantalla. Su relación profesional también se convirtió en una amistad y Hepburn fue gran fuente de inspiración para el diseñador. En la imagen, luciendo uno de sus vestidos en Una cara con ángel.
Givenchy creó exclusivamente para ella el famoso perfume L'interdit, el mismo que el modisto decidió comercializar años más tarde ante la negativa de la actriz. “Mais je te l’interdit!” (¡Te lo prohibo!), le dijo. Al final la actriz acabó cediendo y hasta se convirtió en la imagen de la fragancia.
En la imagen, tocando la guitarra en un fotograma de Desayuno con diamantes. Su relación con la música también es digna de mención, antes de ser actriz fue bailarina pero cambió la danza por la interpretación porque estaba mejor pagada en la época. Su carrera como actriz comenzaría con el film educativo Holandés en siete lecciones. Poco después se dejó ver en producciones musicales y pequeños papeles, hasta que Vacaciones en Roma la llevó al estrellato.
El estudio quería a Elizabeth Taylor para la película en un primer momento, pero acabó apostando por darle el papel a Hepburn. En 1954 ganaba el Oscar a mejor actriz por su actuación en Vacaciones en Roma. "Esto es demasiado. Quiero agradecer a todos los que me han ayudado, guiado y entregado tanto en estos meses y años pasados. Estoy muy agradecida y tremendamente feliz”, dijo sobre el escenario.
La actriz posando con su Oscar, el único de su carrera –a excepción del Premio Humanitario Jean Hersholt en 1992– a pesar de haber estado nominada por Sabrina, Historia de una monja, Desayuno con diamantes y Sola en la oscuridad.
Uno de sus accesorios predilectos fueron los sombreros. Los de Givenchy fueron una constante en su armario y encajaban a la perfección con su elegancia innata. También los pañuelos en la cabeza y los turbantes marcaron su estilo. Y tenemos 16 pruebas de que ella los lució mejor que nadie.
En la comedia Cómo robar un millón y… (William Wyler, 1966), Hepburn se atrevió con un estilo más vanguardista a cargo de André Courrèges. Sus sombreros de inspiración espacial (y las mismas gafas blancas que han marcado las últimas temporadas) ya forman parte de la historia del cine y la moda.
Su elegancia innata y su forma de entender la moda sigue inspirándonos a día de hoy (¿cuántas actrices la mencionan, una y otra vez, entre sus iconos de estilo favoritos?). Sin ir más lejos, el vestuario de la aclamada comedia The Marvelous Mrs. Maisel está inspirado en los looks más míticos de la actriz belga.
Charada, estrenada en 1963, se ha convertido en un clásico gracias a su interpretación, su química con Cary Grant y un surtido de sofisticados estilismos. La imagen de Hepburn entrando en el despacho del supuesto embajador americano en París (interpretado por Walter Matthau) con su abrigo rojo y su sombrero con estampado de leopardo (en la imagen) o aquella otra en la que sostiene el teléfono camuflada con pañuelo en la cabeza y gabardina forman parte de la memoria colectiva y de los looks más icónicos del celuloide.
Otro look de Charada para el recuerdo, haciendo gala de un estilo único también bajo temperaturas negativas.
Audrey Hepburn demostró que el eyeliner negro, el LBD (vestido corto negro), los labios rojos o el pelo corto eran sus imprescindibles. Y los convirtió en los básicos de miles de mujeres más.
El armario de la actriz mezclaba con maestría prendas típicamente femeninas con otras de corte masculino. Una elegancia y forma de entender la moda que marcó una época y la convirtió en uno de los rostros más queridos y recordados dell Hollywood dorado.
Mel Ferrer fue su primer gran amor. Se casaron en 1954 en Suiza y fueron padres de un niño (Sean), aunque el matrimonio se separaría en 1968 por los celos que el actor sentía por el éxito mundial de la actriz. En la imagen, el día de la boda en el que Hepburn lució un diseño corto con mangas abullonadas firmado por Givenchy.
También Givenchy fue el encargado de firmar el sencillo minivestido con pañuelo a la cabeza que lució en su segundo enlace con el psiquiatra italiano Andrea Dotti. Se dieron el sí quiero en 1969 y fueron padres de Luca, el segundo hijo de la actriz.
Hepburn también fue embajadora de UNICEF y pasó sus últimos años –desde 1988 hasta su muerte en 1993– colaborando con la organización para mejorar la vida de niños y niñas víctimas de la malnutrición o el sida. En la imagen, durante uno de sus viajes a África.
Su última aparición en el cine se produjo en 1989 (Para siempre, Steven Spielberg). En la imagen, luciendo un traje mucho más llamativo de lo que nos tenía acostumbrados, puesto que la actriz no era amiga de las exageraciones, las joyas llamativas ni los diseños demasiado dramáticos.
Sus vestidos han sido subastados por millones de euros, pero también merece la pena recordar sus looks más sencillos. Jersey de cuello alto negro, pantalones capri a juego, americana y pañuelo en la cabeza se convirtieron en uno de los estilismos más icónicos de Una cara con ángel y sigue siendo tan reconocible que se cuela en la fiesta de disfraces del último capítulo de Big Little Lies.
Una camisa y unos sencillos shorts blancos se transforman en ella en un conjunto especial, único y muy contemporáneo. La imagen es del filme Sabrina, por la que la belga estuvo nominada a mejor actriz aunque no se hizo con la estatuilla (1965).
Su físico frágil y delicado y sus looks realistas hicieron que las mujeres de la época, lejos de verla inalcanzable, lograran identificarse con ella. Otra de las razones por las que se convirtió en un icono eterno.
Pese a que Truman Capote, autor del libro en el que se basa Desayuno con diamantes, no estaba de acuerdo con la elección de la actriz para interpretar a Holly Golightly, el papel de Audrey en el filme es uno de los más recordados. Su archiconocido vestido negro con guantes a juego y collar de perlas es uno de los estilismos más famosos del cine de todos los tiempos y una referencia ineludibles de la moda del siglo XX.
El actor holandés Robert Wolders fue su última pareja. Con él compartía su labor humanitaria y una vida alejada de los flashes en un pequeño pueblo suizo.
"Dios estará contento de tener a un ángel como Audrey cerca de él", dijo Elisabeth Taylor cuando falleció Hepburn a los 63 años. 25 años después de aquel fatídico día, ese "ángel" sigue más vivo que nunca en las películas y la moda.

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