Estas siete amigas han pactado jubilarse, envejecer y morir juntas y ya han construido la casa de sus sueños para hacerlo
La idea se materializó del todo cuando este grupo de amigas, que se conocen desde hace más de 20 años, encontraron por casualidad la ubicación perfecta.
Seguro que tú también te lo has planteado en alguna ocasión: imagina jubilarte, comprar una casa en un enclave espectacular y pasar el resto de tus días en compañía de tus mejores amigas bebiendo vino, cocinando juntas y charlando hasta altas horas de la noche –o no tan altas, que ya tendréis una edad–. Para estas siete amigas de China la idea surgió como una broma, hasta que los «¿y si…?» se transformaron en una realidad al hacer un pacto para retirarse a los 60 años y pasar lo que les quede de vida juntas, según informa ...
Seguro que tú también te lo has planteado en alguna ocasión: imagina jubilarte, comprar una casa en un enclave espectacular y pasar el resto de tus días en compañía de tus mejores amigas bebiendo vino, cocinando juntas y charlando hasta altas horas de la noche –o no tan altas, que ya tendréis una edad–. Para estas siete amigas de China la idea surgió como una broma, hasta que los «¿y si…?» se transformaron en una realidad al hacer un pacto para retirarse a los 60 años y pasar lo que les quede de vida juntas, según informa Shangai.ist.
La idea se materializó del todo cuando este grupo de amigas, que se conocen desde hace más de 20 años, encontraron por casualidad una casa todavía de ladrillo, en un pequeño pueblecito cercano a la ciudad de Guangzhou. El lugar les parecía perfecto y la casa tenía posibilidades, de modo que las amigas juntaron 4 millones de yuanes (aproximadamente 513.523 euros) para ponerse manos a la obra.
La casa, de 700 metros cuadrados, ha sido diseñada según el gusto y las aficiones de estas siete amigas que, por fortuna, son bastante similares. La primera planta es el espacio comunal donde compartirán más tiempo, por lo que cuenta con un amplio comedor principal y una gran cocina rural con vistas al campo. Las habitaciones, en la planta de arriba, son individuales. Porque por mucho que quieras a una amiga siempre vas a necesitar tu espacio. La casa tiene enormes cristaleras para disfrutar de las vistas y permitir la entrada de la luz, así como una piscina exterior y un pabellón en mitad del campo, al que se accede por una pasarela, para tomar el té al aire libre.
«Hemos empezado a bromear con que cada una de nosotras debe aprender una habilidad nueva ahora para no pelearnos demasiado en el futuro», cuenta una de las amigas en el vídeo donde relatan su proyecto, «por ejemplo, una puede aprender a cocinar platos increíbles, otra estudiar medicina tradicional china, alguna podría tocar un instrumento y otra plantar un huerto».
Sinceramente, cuesta imaginar un retiro mejor.