¿Por qué usaba una kipá Elio Berhanyer?

En los últimos tiempos el diseñador, que acaba de fallecer en su casa a los 89 años, no se separaba de este accesorio de origen judío.

Elio Berhanyer no es judío. Pese a lo que muchos pensaron desde que en 2012 comenzó a lucir el pequeño sombrero al salir a saludar al finalizar sus desfiles. Él mismo explicaba a S Moda entonces, entre bambalinas de la pasarela madrileña, las razones por las que empezó a utilizar el solideo: «Es mi pequeño homenaje a Abderramán I». Un accesorio que hablaba del reencuentro del cordobés con la capital del emirato: tras 70 años sin pisar su tierra, había regresado cinco años antes...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Elio Berhanyer no es judío. Pese a lo que muchos pensaron desde que en 2012 comenzó a lucir el pequeño sombrero al salir a saludar al finalizar sus desfiles. Él mismo explicaba a S Moda entonces, entre bambalinas de la pasarela madrileña, las razones por las que empezó a utilizar el solideo: «Es mi pequeño homenaje a Abderramán I». Un accesorio que hablaba del reencuentro del cordobés con la capital del emirato: tras 70 años sin pisar su tierra, había regresado cinco años antes para incorporarse al Centro de Innovación y Tecnología del Textil de Andalucía (Citta), como titular de la cátedra que llevaba su nombre. Era un trance difícil. Al estallar la Guerra Civil, su padre murió fusilado y Elio tuvo que salir de la ciudad con solo siete años.

La vuelta a casa despertó una curiosidad imparable por la historia de los Omeya en el diseñador. Veneró el modo en el que el primer emir independiente de Córdoba logró que la convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos fuera ejemplar. «El viernes era el día de los musulmanes, el sábados, el de los judíos y el domingos, el de los cristianos». Él siempre intuyó que sus antepasados maternos fueron judíos. «Cuando les echaron en la época de esa señora aborrecible que fue Isabel la Católica, a los que decidieron convertirse y conservar su hogar se les puso como apellido el nombre la ciudad donde habitaban. Mi segundo apellido es Úbeda», contaba entonces. El creador se reenamoró de Córdoba, pero nunca volvió a entrar a su mezquita, un lugar que solía visitar con su padre: «Cuando traigo gente de fuera les llevo y les espero en la puerta».

Amante de la historia y la simbología, solía llevar un colgante con una pequeña lupa al cuello. ¿Tiene también un significado? «No, esto me lo regaló la infanta Pilar y no es más que una lupa. Me viene bien para acercar las imágenes porque ya me cuesta ver».

Más información

Archivado En