El sujetador filipino que se ha convertido en pieza de culto en internet
A simple vista no parece nada extraordinario pero esta pieza creada por una emprendedora filipina tiene 3000 valoraciones casi perfectas. ¿Por qué?
¿Cómo es el sujetador perfecto? Se admiten tantas respuestas como mujeres los usan, pero si hay algo en lo que todas coincidimos es en que el mejor sujetador posible es ese que no notas. Desde que la diseñadora Nuria Sardá me hizo esta revelación he interiorizado que la comodidad debería ser siempre una prioridad a la hora de comprar ropa interior, por encima de estilos, ocasiones y formas. Y es que todas hemos experimentado en alguna ocasión esa sensación de alivio tras desprendernos de un incómodo sujetador al final del día. Por eso, cuando ...
¿Cómo es el sujetador perfecto? Se admiten tantas respuestas como mujeres los usan, pero si hay algo en lo que todas coincidimos es en que el mejor sujetador posible es ese que no notas. Desde que la diseñadora Nuria Sardá me hizo esta revelación he interiorizado que la comodidad debería ser siempre una prioridad a la hora de comprar ropa interior, por encima de estilos, ocasiones y formas. Y es que todas hemos experimentado en alguna ocasión esa sensación de alivio tras desprendernos de un incómodo sujetador al final del día. Por eso, cuando una pieza elevada a culto por 3000 valoraciones casi perfectas resulta casi obligatorio descifrar por qué.
El nuevo hype de la moda interior se llama Feathers Underwire Contour Bra y es de la marca afincada en Nueva York Natori. Cuenta en este momento con 2967 valoraciones casi perfectas (2256 le dan cinco estrellas, el máximo; 409 lo puntúan con cuatro) en el gigante de la moda online Nordstrom, con expresiones que pontifican su calidad: “Estas valoraciones no mentían”, dice Kadala22, que asegura que este es su nuevo sujetador favorito. Felicia555 acaba de probar la marca y califica este modelo de “extremadamente cómodo” y JLRoo cuenta que lo lleva durante cuatro años y dice de él que es el mejor que ha comprado nunca. Muchas usuarias valoran muy positivamente la sujeción que aporta en copas grandes y las opiniones negativas apuntan más a errores por tallaje (al parecer, la copa resulta algo pequeña) que a la prenda en sí. Con una etiqueta de 67 euros (y disponible en 27 colores), el precio no parece ser un impedimento para venderse masivamente: también Amazon cosecha 639 calificaciones y un 68% lo puntúan con cinco estrellas. Este sujetador ha tenido, incluso, varios momentos celebrity como cuando Lady Gaga lo llevó sin nada por encima a la fiesta de Mark Ronson posterior a los Grammy 2019, o con cameos en series de televisión como Girls, Scandal o Riverdale.
¿Qué diferencia al Feathers Bra? En Nordstrom destacan su “ajuste excepcional” y el detalle de encaje de plumas, “que agrega un poco de romance a lo cotidiano”. Preguntamos a una estilista profesional qué es lo que ve en él: “Creo que es un sujetador muy versátil que puedes combinar de muchas formas y además estéticamente es bonito así que puede asomar o verse sin resultar antiestético “, nos cuenta Victoria Nogales, freelance stylist y directora creativa de la firma de prendas de edición limitada Basarrate. “Tiene un forro ligero, una superposición de encaje, un aro de apoyo y una correa ajustable. Es el sujetador perfecto para usar en un día en el que te sientes más coqueta”, explica desde la propia página del sujetador en Nordstrom, Yanet, una de sus estilistas.
El éxito de su diseño (que acaba de cumplir 10 años) parece estar, precisamente, en ese equilibrio entre lo cotidiano y lo especial: las transparencias y el encaje aportan un acabado elegante, pero no demasiado fantasioso para el día a día. “De hecho, cuando una quiere dejar entrever la lencería que lleva, esta debe de ser muy cuidada. Un sujetador negro estéticamente bonito bajo una camisa blanca es un ejemplo clásico de elegancia”, explica Nogales.
En su opinión, a la hora de elegir un buen sostén deberíamos prestar atención, primero, a la talla. “Tiene que ser cómodo y que nos deje libertad de movimiento: un error muy habitual está en comprar una talla menor equivocadamente y el resultado ya se conoce, marcas indeseadas que se aprecian bajo la ropa”, añade. Por eso, a la hora de comprar hay dos requisitos fundamentales: olvidarse de las ideas preconcebidas sobre la talla que hemos llevado siempre (con el tiempo el cuerpo cambia y el escote también) y tener una cinta métrica de sastre a mano. Lo primero que hay que saber es la numeración del contorno: para esto basta con colocarse de pie, erguida y sin sujetador, rodear el busto con el metro (justo debajo del pecho, donde suele quedar la banda del sujetador) y asegurarse que está bien recta. Al número que nos salga le sumaremos 15, y como las tallas van de cinco en cinco (80, 85, 90, 95…), redondearemos a la que más cercana quede. Por ejemplo, si tenemos una medición de 81 centímetros, siguiendo esta regla nuestra talla será la 95.
El segundo paso es conocer la copa adecuada. Aquí mediremos el contorno en el punto de máxima proyección del pecho y a esta cifra le restaremos el resultado anterior. Por ejemplo, si el resultado es de 98 y bajo el pecho hemos tenido 81, nuestro número es 17. Para saber qué letra de copa le corresponde a este dato, lo introducimos en la siguiente tabla: Copa A 11-13 cms., copa B 14-16 cms, copa C 17-19 cms., copa D 20-22 cms. Con lo cual, en este caso tendríamos una 95C.
“Es importante elegir bien un sujetador porque la comodidad es algo principal y también porque el sujetador incorrecto puede resultar muy poco favorecedor para la figura”, dice esta estilista. Sobre la extendida creencia de que los aros, cuando son más pequeños que la copa, pueden fomentar la aparición de bultos o tumores, la Asociación Española Contra el Cáncer recuerda que no está demostrada ninguna relación entre el uso de sujetadores con aros y cáncer de mama.
Natori es la marca fundada por la emprendedora filipina Josie Cruz Natori. La primera prenda que diseñó fue una camisa bordada artesanalmente en su Manila natal pero no fue hasta años después de establecerse en Nueva York y desarrollar su carrera como economista en Merrill Lynch (donde fue la primera mujer en ser vicepresidenta de banca de inversión) cuando decidió fundar su propia marca de lencería. La inspiración la encontró cuando regaló una camisa similar a las suyas a una compradora profesional de los almacenes Bloomingdale’s: esta le propuso que la transformara en una prenda para dormir y así nació Natori en 1977. Cuatro décadas después la firma ha diversificado sus colecciones de lencería, fragancias, gafas y ropa, y parece haber encontrado su particular gallina de los huevos de oro.