El ‘regreso’ de Alma Aguilar
Romántico, sofisticado y casi bucólico. Su universo femenino tan característico está de vuelta con la apertura de su tienda online y las colecciones de su segunda línea, Allegra.
Debutó en la entonces llamada Cibeles cuando solo tenía 25 años, vistió a Salma Hayek para los Oscar en 2000 y, en catorce años de historia, la firma que lleva su nombre se ha afianzado con una personalidad propia en el pret-à-porter de lujo y la costura de novias a medida.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar y Alma Aguilar replegó alas. Desfiló en la pasarela madrileña por última vez en 2011 y en mayo de 2012 cerró su preciosa (y grandísima) tienda en la capital. Desde ...
Debutó en la entonces llamada Cibeles cuando solo tenía 25 años, vistió a Salma Hayek para los Oscar en 2000 y, en catorce años de historia, la firma que lleva su nombre se ha afianzado con una personalidad propia en el pret-à-porter de lujo y la costura de novias a medida.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar y Alma Aguilar replegó alas. Desfiló en la pasarela madrileña por última vez en 2011 y en mayo de 2012 cerró su preciosa (y grandísima) tienda en la capital. Desde entonces, en solo unos meses, han pasado muchas cosas, pero la más importante es que la modista madrileña vuelve con un nuevo proyecto, su tienda online.
El pasado mes de julio "abría sus puertas" lo que fue un éxito desde el primer momento, pese a que prácticamente la única publicidad que se había hecho había sido en su página de Facebook. "El minuto uno fue un caos (del que estamos muy orgullosos), porque quemamos el servidor con más de 3.600 visitas justo en el momento de publicarla. La web no se pudo recuperar hasta dos días después", cuenta Alma Aguilar a Smoda.es. Hoy las visitas ya superan las 15.000 y los cálculos fallaron al pensar que algunos de los productos se empezarían a agotar a principios de septiembre, porque a 1 de agosto ya había sucedido.
Mini vestidos fluidos, punto confortable, blusas lady… En la web solo hay productos de la segunda línea de la casa, Allegra by Alma Aguilar, más fresca, joven y asequible, en parte como evolución natural de los acontecimientos, y en parte porque las circunstancias obligan a intentar llegar a más público. "La demanda se está transformado poco a poco debido a la situación que estamos viviendo -señala la diseñadora-, y por otro lado creo que era un paso lógico en nuestra empresa que ya estaba tardando”.
La colección online aún es pequeña, algo programado de forma deliberada. No habrá nuevas colecciones por temporada con las pautas clásicas de primavera-verano y otoño-invierno, sino que se irán añadiendo poco a poco nuevas referencias, con la intención de mantenerla viva.
Volver a desfilar en Mercedes Benz Fashion Week Madrid no se contempla, aunque tampoco se descarta. “Cuando sea, será seguramente de repente –advierte Aguilar-. El desfile tiene una función comercial muy importante y hay que estar preparado para poder sacarle partido a la inversión y esfuerzo que supone. Y algo primordial es que tiene que haber una sociedad que demande el producto, y ahora no está para pensar en ello demasiado”.
La tienda online de la diseñadora española ya es un hecho.
Un paso clave para reformular el negocio de Alma Aguilar fue el cierre de la tienda de Madrid, una decisión en la que no solo influyó la situación económica, sino la personal. “La crisis desde luego ha tenido peso (sobre todo tratando de ver la perspectiva), pero quizá, si yo hubiera estado en otro momento de mi vida y no con un bebé casi recién nacido en los brazos a quien quería dedicarme en cuerpo y alma, hubiera elegido darle otra oportunidad. El local era muy grande, las ventas del prêt-à-porter empezaban a tambalearse y después de más de 13 años con tienda (y horarios larguísimos y complicados), tenía ganas de iniciar proyectos que requerían tiempo y dedicación, y que de otro modo no hubiera podía hacer”.
Entre esos proyectos, además de la tienda online, había otros como vestuario teatral, el atelier de novias y el proyecto “Una boda con Alma”, al que ella considera su “niño bonito” y que le permitió dar un paso más y pasar de diseñar vestidos de boda a convertirse en wedding planner. “Nació casi sin querer, cuando de forma casual estaba ayudando a dos de nuestras novias al mismo tiempo a crear y realizar su proyecto de boda… Entonces pensé que debería hacerlo de forma oficial y en ello estamos. Nuestros novios son ni más ni menos que las parejas a quien yo ya hubiera hecho el vestido de novia casi con toda seguridad. Generalmente parejas que celebran su boda aquí, que por trabajo residen fuera, que buscan un estilo en su boda diferente de principio a fin; que tienen fe ciega en mi criterio (criterio que ni yo era consciente que tenia) y que creo que es, al fin y al cabo, una extensión de mí misma como creadora y con el que disfruto como nunca imaginé”.
El blog de Alma Aguilar tiene más de 30.000 visitas y su Facebook posee más de 7.500 fans, donde cuenta experiencias profesionales (pocas) y personales (muchas), entre ellas las ocurrencias de Allegra, su hija mayor –las “allegradas”-, aunque su entrada en el mundo de las redes sociales fue un poco involuntaria, como le sucede a muchas personas. “Mi ánimo cuando creé la pagina de Facebook no era ninguno. En todo caso, asomarme al mundo a ver qué pasaba desde la ignorancia más profunda… Ni siquiera tenía claro si debía separar un perfil profesional de uno personal. Desde finales del 2007 hasta ahora he hablado en contadas ocasiones de nuestras colecciones o nuestras acciones como empresa, me he mostrado de una forma muy sincera y personal (al igual que en el blog, creado para contar historias, casi nunca de moda por cierto) y esto ha fortalecido el fenómeno fan de la marca, de la persona que hay detrás, el acceso que tienen hacia mí y viceversa. Creo que de esa forma, sin darme cuenta, he creado una corriente de afinidades -quizá en algunos casos todo lo contrario-, entre personas absolutamente desconocidas, que ahora son de algún modo importantes en mi vida”.
Desfile de Alma Aguilar en Cibeles en 2011.
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