El nuevo protegido de Karl Lagerfeld es un niño de cuatro años
Hudson Kroenig, hijo del modelo fetiche del diseñador, Brad Kroenig, protagonista del último desfile de Chanel
Siendo su padrino Karl Lagerfeld Hudson Kroenig llevaba muchas papeletas para acabar encaramado a una pasarela. La genética también ayuda, que en ese porte infantil de dorados bucles juguetones tiene mucho que ver ser hijo del top Brad Kroenig, uno de los modelos fetiche del Kaiser que superada la treintena sigue luciendo una planta sobrecogedora, sobre todo, cuando desfila bajo la batuta de su mentor, Karl Lagerfeld, que lo convirtió en su modelo fetiche hace ocho años.
Para muestra la estampa que ambos ...
Siendo su padrino Karl Lagerfeld Hudson Kroenig llevaba muchas papeletas para acabar encaramado a una pasarela. La genética también ayuda, que en ese porte infantil de dorados bucles juguetones tiene mucho que ver ser hijo del top Brad Kroenig, uno de los modelos fetiche del Kaiser que superada la treintena sigue luciendo una planta sobrecogedora, sobre todo, cuando desfila bajo la batuta de su mentor, Karl Lagerfeld, que lo convirtió en su modelo fetiche hace ocho años.
Para muestra la estampa que ambos protagonizaron hace unos días en el Métiers d’Art de Chanel en Linlithgow (Escocia). A su corta edad interiorizó a las mil maravillas la seriedad del espíritu escocés y salió, con la vista impertérrita al frente como las grandes profesionales, con una boina negra, camisa blanca con lazo al cuello y un mini kilt sobre un pantalón negro. Una imagen tan tierna que hasta Lagerfeld se ablandó y en un nanosegundo ya había agarrado uno de sus múltiples iPads para inmortalizar al chaval. En un arrebato de profesionalidad papá Brad aconsejó a su hijo: “Haz el Blue Steel” (poner la pose Ben Stiller en Zoolander, película en la que se parodia el mundo de la moda).
Hudson desfilando con su padre, el modelo Brad Kroenig.
Fairchild Archive
A sus cuatro años el pequeño Hudson tampoco es un neófito en la pasarela. Debutó en octubre de 2010 en el show de la colección primavera-verano 2011 de Chanel. Entonces iba de la mano de su padre. Un querubín rubio que en un abrir y cerrar de ojos se metió en el bolsillo a todos los periodistas de la moda allí presentes, desde Anna Wintour para abajo. Tiempo atrás ya lo había hecho con el kaiser de Chanel, ese diseñador a quien acompaña una leyenda negra de ego y trato gélido y que, por lo que respecta al pequeño Kroenig, se comporta casi como un entrañable abuelo. Que le regala un estuche de piel con rotuladores profesionales de Faber Castell y el niño agradecido y en un ademán de generosidad impropia de un crío de parvulario, le da a Karl una caja de juguetes para su gato Choupette. Que posa con él en un photocall. Que le hace fotos como un venerable abuelo en una fiesta de cumpleaños.
Ya están listos los mimbres de la leyenda y el nacimiento de una estrella. Después vinieron una sesión para German Vogue, otra con el padrino Karl para Fendi (esta vez flanqueado por su apolíneo padre) y hasta un reportaje del vestidor de la criatura en The Coveteur, un blazer en tweed blanco de Chanel, chaleco, jeans, sweater y botas Fendi, un tigre de peluche de Dior regalo del padrino Lagerfeld, botas en denim de Chanel y varios muñecos con grandes gafas negras emulando al padrino. Según la revista, al crío le encanta dormir con esos muñecos.
Hudson, la nueva estrella de Kark Lagerfeld. Qué tiemble Choupette.
Fairchild Archive
El niño gusta así que no era de extrañar que repitiera en marzo pasado en el desfile de Otoño-Invierno 2013 de Chanel. Esta vez, sin papá Brad que tuvo que conformarse con ver a su sucesor desde la front row con el alma en vilo por si al niño le sobrevenía un ataque de pánico escénico, ganas inoportunas de ir al retrete o, simplemente, resbalaba como tantas y tantas tops. A Hudson tampoco parecía importarle la distancia con papá ni estaba dispuesto a niñerías. Se agarró a la mano de la modelo Heidi Mount y salió a comerse la pasarela como un profesional con su bolso de cadena a modo de bandolera, un clásico mini blazer en tweed antracita y pantalón y camisa negros.
Pero son solo cuatro años y ahí está papá Brad para que a Hudson no le llene la cabeza de pájaros. Sabedor de que la dieta hay que controlarla desde muy niños, papá Brad dirige la alimentación de Hudson casi con mano espartana. Y el niño, como buen niño travieso que es lo que toca con esa edad, en cuanto puede pedir exclama a los cuatro vientos que quiere un hotdog y un pastel. Lo hizo en el bar del Ritz de París en las vísperas del desfile ante el soponcio de su señor padre que asegura que jamás le ha dado a probar ni chucherías ni comida basura. Quebraderos de cabeza para un modelo cuyos abdominales bien torneados le valieron el pase a ser modelo para Abercrombie & Fitch en detrimento de una carrera como futbolista universitario. Luego llegaron DKNY, Gap, H&M, Roberto Cavalli y, por supuesto, Karl Lagerfeld. Kroenig es el protagonista del libro Metamorphoses of an American firmado por el director creativo de Chanel.