El ‘club de las chicas feas’ que arrasa en las redes sociales

Un grupo de universitarias feministas de Reino Unido ha lanzado la iniciativa #uglygirlsclub con el fin de denunciar la excesiva importancia de la apariencia en las sociedades occidentales.

En poco más de una semana, miles de chicas y chicos de todo el mundo han hecho suyo el hashtag #uglygirlsclub y se han lanzado a retratarse de la manera menos agraciada posible –se permiten muecas, monerías y aspavientos de todo tipo–. Animados por el llamamiento que la Asociación Feminista de la universidad Royal Holloway de Londres hizo en las redes sociales, entre todos han triturado el espíritu narcisista de los selfies. Según las impulsoras de la iniciativa, el objetivo no es otro que ...

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En poco más de una semana, miles de chicas y chicos de todo el mundo han hecho suyo el hashtag #uglygirlsclub y se han lanzado a retratarse de la manera menos agraciada posible –se permiten muecas, monerías y aspavientos de todo tipo–. Animados por el llamamiento que la Asociación Feminista de la universidad Royal Holloway de Londres hizo en las redes sociales, entre todos han triturado el espíritu narcisista de los selfies. Según las impulsoras de la iniciativa, el objetivo no es otro que cuestionar la importancia del físico en las sociedades occidentales. El último fenómeno viral del año nace en respuesta a los ataques que durante meses han soportado las chicas que han promovido la campaña. Se hacen llamar "el club de las feas", un agravio con el que algunos compañeros del campus las etiquetaron y que ellas han decidido emplear con fines infinitamente más edificantes.

Para saber más sobre la iniciativa y poder conocer mejor sus motivos S Moda ha hablado con Natasha Barrett, presidenta de la Asociación Feminista de la universidad Royal Holloway de Londres y una de las promotoras de la idea.

¿Qué personas podrían sentirse identificadas con los objetivos que defiende #uglygirlsclub? ¿A quién va dirigida la campaña?

Nuestra intención es que todo el mundo, independientemente de su sexo, se sume a nuestra pequeña revolución. Es cierto que el hashtag que diseñamos se refiere a las mujeres, pero lo ideal sería que todas las personas entiendan y acepten nuestra lucha. A juzgar por la cantidad de fotos de chicos que nos han remitido, estamos convencidas de que el mensaje ha llegado adonde debía ir. A través de esta hermandad digital queremos que todos aquellos que participen en ella sepan lo que significa que otros te juzguen por tu aspecto.

Simpatizantes de la campaña #uglygirlsclub.

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¿Qué clima se respira ahora mismo en vuestra universidad? ¿Habéis percibido un mayor apoyo tras la iniciativa o seguís sufriendo el desprecio de quienes os llevaron a impulsarla?

En este momento vivimos en una especie de burbuja dentro del campus y la verdad es que nadie se ha atrevido a decirnos nada. Quienes se acercan a nosotras lo hacen con ánimo de apoyarnos o sugerirnos cosas a través de la crítica constructiva. Hay quien piensa que tal vez estemos incidiendo en una cuestion menor (la apariencia) si la comparamos con las verdaderas dificultades que enfrenta el feminismo en todo el mundo. En este sentido, quiero recalcar que nosotras somos las primeras que reconocemos que existen más problemas.

¿Y cuáles son esos problemas? Además del peso de la imagen en Occidente, ¿qué otras luchas debe librar el feminismo del siglo XXI?

No estoy segura de que podamos hablar de 'feminismo del siglo XXI' como un bloque unitario, pues las diferentes culturas condicionan mucho los planteamientos que aquí pueden funcionar. En la nuestra, la de Occidente, el sexismo campa a sus anchas. Las diferencias salariales entre hombres y mujeres son escandalosas, así como la falta de representación femenina en determinadas industrias. Por no hablar del acoso sexual… Pese a la falta de experiencia que tenemos las asociaciones feministas occidentales en algunos temas, debemos ofrecer todo nuestro esfuerzo para acabar con problemas ciertamente acuciantes en sociedades ajenas a las nuestras, como la ablación o los matrimonios forzosos, por citar solo dos ejemplos. Hablando en perspectiva, el desafío más grande que el movimiento feminista enfrenta es que las personas a menudo tienen dificultades para ver los problemas que aún existen y toman por válido eso de "si ya lo consiguieron todo en los años 20, ¿qué más quieren?".

Muchos seguidores de las redes sociales se han sumado a la iniciativa #uglygirlsclub.

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Quizás la prensa y las revistas femeninas estén llamadas a asumir alguna responsabilidad en ese sentido. Al fin y al cabo son notarios de la realidad.

Hay un montón de revistas, especialmente las que hablan de las celebridades, que acosan a estas por sus imperfecciones físicas o su vida sentimental. Sin embargo, algunas revistas para mujeres –término que encuentro muy vago, la verdad– han apostado recientemente por hacer sitio a cuestiones feministas. Desde luego que la forma en que lo hacen no es ninguna maravilla, pero sin duda es un comienzo. Y cada vez hay más revistas feministas que están despuntando. ¡Eso es genial! Confiamos en que al menos algunas de ellas encuentren el enfoque correcto para hablar de todo esto, de temas que en definitiva necesitan ser tratados.

¿Qué objetivos se ha marcado vuestra asociación para 2015?

Queremos publicar hasta tres números de nuestra propia revista, The Wilding. Nos gustaría diversificar su audiencia y aumentar el número de lectores. También estamos preparando un festival sobre la discriminación interseccional (una teoría sociológica que categoriza la discriminación por niveles) para trabajar en temas como la inclusión de los grupos de liberación. Lo haremos con la ayuda de la Asociación del Mundo Clásico de nuestra universidad. Los fondos que reunamos los destinaremos a la fundación de Malala Yousafzai.