El ayer y el hoy de la imagen feminista

Frente a las santas laicas de los carteles sufragistas, los nuevos colectivos feministas recuperan un ideal de mujer: mitad fauno, mitad guerrera.

Durante 13 días a partir del 7 de septiembre, la galería The Hole de Nueva York acogerá la exposición, o mejor dicho, el taller-aquelarre, del colectivo Future Feminism, que forman Antony Hegarty, de Antony & the Johnsons, las hermanas Sierra y Blanca Cassidy, de Cocorosie, y las artistas y performers Johanna Constantine y Kembra Pfahler, cuya acción más sonada consistió en coserse la vagina en señal de protesta. «Nueva York puede ser una pequeña y aburrida ciudad boutique pensada para los turistas ricos», denuncia Pfahler. «Con esto, esperamos crear comunidad. Ser una Future Fe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Durante 13 días a partir del 7 de septiembre, la galería The Hole de Nueva York acogerá la exposición, o mejor dicho, el taller-aquelarre, del colectivo Future Feminism, que forman Antony Hegarty, de Antony & the Johnsons, las hermanas Sierra y Blanca Cassidy, de Cocorosie, y las artistas y performers Johanna Constantine y Kembra Pfahler, cuya acción más sonada consistió en coserse la vagina en señal de protesta. «Nueva York puede ser una pequeña y aburrida ciudad boutique pensada para los turistas ricos», denuncia Pfahler. «Con esto, esperamos crear comunidad. Ser una Future Feminist consiste en pensar en grande, permanecer en calma y hacer exactamente lo que quieres». Constantine, colaboradora habitual en los espectáculos de Hegarty, protagoniza el cartel de la muestra, que ha fotografiado el español Álvaro Villarrubia, con estilismo del también español Manuel Albarrán, y que revela a una especie de fauno con sobredosis de body art. ¿Es esta criatura sobrenatural la imagen icónica del futuro feminismo, mitad mujer, mitad cíborg?

Katy Deepwell, crítica de arte feminista y fundadora de la revista n.paradoxa, pone esta imaginería en perspectiva: «Las mujeres han criticado que se las pusiera en un pedestal y se las venerara como diosas desde mediados del siglo XIX e incluso antes. Hay muchas artistas feministas que han trabajado con referencias cíborg». Dos ejemplos: la francesa Orlan, quien actúa sobre su propio cuerpo como si fuera una autoescultura y se ha operado para tener la mirada de la Mona Lisa y la barbilla de la Venus de Boticelli; y la coreana Lee Bul, quien ha creado esculturas de silicona que representan exageraciones del cuerpo femenino en las culturas occidental y oriental, lo que da lugar a monstruosas chicas manga sin cabeza.

Cartel Votes for Women (1911-1913) de Bertha Margaret Boyle.

Cordon Press

Fenómeno de masas. La iconografía del feminismo parece caminar hacia esa idolatría de la supermujer… también en la cultura mainstream. Ahí está, por ejemplo, la imagen que brindó Beyoncé en la pasada gala de los VMA, cuando se deslizó, con su habitual pose amazónica, frente a un neón gigante en el que se leía la palabra feminist. La imagen parecía pensada para que centenares de miles de jóvenes de todo el mundo la adoptasen como foto de portada de sus perfiles de Facebook. Y así sucedió. La cantante, cuya visión del feminismo es conflictiva –aunque ella no está dispuesta a que se lo discutan–, posó este verano en un museo de Nueva Orleans emulando el famoso póster You Can Do It!, otra muestra accidental de iconografía feminista. El cartel, que se encargó como obra de propaganda durante la Segunda Guerra Mundial, no empezó a utilizarse como imagen antisexista hasta los años 80.

Esta proyección parece alejada de las primeras pancartas del sufragismo –que a menudo representaban a las mujeres como santas laicas–. Curiosamente, tanto las prosufragio como las antisufragio trataban de apropiarse del ideal clásico: la vestal sin mácula. De hecho, algunos pósters antifeministas también utilizaban este referente virginal para contraponerlo a la imagen de las rebeldes activistas.

La hembra sobrehumana tampoco es nueva. Según Deepwell, «ya en 1913, Valentine de Saint Point publicó un manifiesto futurista en el que identificaba a una supermujer digna del superhombre, tal y como lo entendían los futuristas italianos. Y ese movimiento acabó convergiendo en el fascismo, ¡no conviene olvidarlo! Eso no es feminismo».

La artista Valentine de Saint-Point, autora del manifiesto de la mujer futurista (1912). Creó la imagen de una feminidad fuerte, masculina; y proyectó una mujer ideal, que es la guerrera.

D.R.

A la izquierda, Beyoncé en la gala de los VMA.

Cordon Press

Archivado En