Cuando el diablo era pequeño también vestía de Prada

La ilustradora española Judit García-Talavera nos cuenta cómo ha sido dar vida a Sophie, una heroína de cuento cuyo universo imaginario se esconde tras las puertas del cuartel general de Condé Nast.

Judit García-Talavera

Mucho tiene que ver el personaje de Sofía creado por Kelly Florio Kasouf, hija de un CEO de Condé Nast y columnista en las ediciones americanas de Vogue y Vanity Fair, en The Superadventures of Sophie and the City, con la niña filósofa de mismo nombre creada por Jostein Gaarder. Ambas son jovencitas inquietas que viven fascinadas por distintos mitos y fenómenos: la primera, de Parménides a Hiráclito pasando por Aristóteles, la segunda, de André Léon Talley a Diane Von Furstenberg, Anna Win...

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Mucho tiene que ver el personaje de Sofía creado por Kelly Florio Kasouf, hija de un CEO de Condé Nast y columnista en las ediciones americanas de Vogue y Vanity Fair, en The Superadventures of Sophie and the City, con la niña filósofa de mismo nombre creada por Jostein Gaarder. Ambas son jovencitas inquietas que viven fascinadas por distintos mitos y fenómenos: la primera, de Parménides a Hiráclito pasando por Aristóteles, la segunda, de André Léon Talley a Diane Von Furstenberg, Anna Wintour mediante.

Cuando a Judit García-Talavera, ilustradora canaria residente en Barcelona con amplia experiencia en publicaciones de moda -sus últimos trabajos pasan por el London Telegraph, Stella Magazine o Marie Claire aunque también ha hecho sus pinitos en Bloomingdales, Please Magazine y Harper's Bazaar – le surgió la oportunidad de animar una fábula con tintes de El diablo viste de Prada, no dudó en decir que sí: "A principios de verano se pusieron en contacto conmigo desde la agencia JedRoot para comentarme que había un cliente interesado en mi portafolio y que el proyecto consistía en un libro infantil. En un primer momento pensé en lo típico, ogros, gnomos y hadas, pero cuando me enviaron el manuscrito y ví de qué iba la historia, me hizo todavía más gracia".

Sophie está inspirada en los recuerdos de infancia de su autora, quién echa la vista atrás y rememora una niñez en tránsito por los pasillos de un imperio editorial poblado por fantásticas criaturas. Como aquel que tiene un padre bombero, astronauta o físico cuántico, la protagonista de este cuento quiere saberlo todo sobre los quehaceres de su ocupado progenitor y el hilo de esta crónica animada empieza cuando un día se cuela en su coche de camino al trabajo, y al llegar, se pierde en una colmena de pisos y despachos en los que se va tropezando con diversas figuras que la inician en el mundo de la moda.

Judit García-Talavera

"Casi todos los personajes y localizaciones que salen en el libro los conocía o por lo menos, me sonaban de algo", nos cuenta Judit, "de todos modos tuve que documentarme ya que a través de sus trayectorias se repasa desde la liberación de los corsés en tiempos de Coco Chanel, hasta lo que mueve hoy en día un acontecimiento como la New York Fashion Week". "Uno de los personajes más divertidos es Isaac Mizrahi", prosigue García-Talavera, "un ángel con alas de Swarovski que se le va apareciendo recurrentemente a Sophie, en plan mentor, para enseñarle paso a paso cómo se gestan las colecciones de diferentes diseñadores". Y digo yo que el know how sobre los procesos de creación, del boceto al desfile final, sea considerado poder mágico, deja a la altura del betún los encantamientos del mismísmo Harry Potter.

Una de las partes más fatigosas de esta aventura, fue, además del corto lapso de tiempo, la comunicación únicamente vía correo electrónico: "todo el trabajo lo realicé desde mi estudio aunque ya me hubiera gustado ir hasta el número 4 de Times Square libreta en mano".

Judit García-Talavera

El escenario en el que la protagonista se extravía sin temor ninguno y con la misma exaltación que Carrie Bradshaw es el famoso armario de Vogue. Vamos, la Batcueva de la que muchas querrían pender a lo murciélago noche tras noche. En él Judit cuelga a su libre parecer desde vestidos de McQueen, a faldas de Prada o zapatos de Miu Miu, "la única indicación que me dio Kelly a este respecto es que apareciera un tutú de Rodarte y que Sophie llevara turbante". Lo dicho, un guiño a Sarah Jessica Parker en toda regla. Curioso y rozando el grado experto en este tipo de entresijos es el papel del ascensor (sí, sí, el elevador, en otros relatos es una escoba y a nadie le extraña) en alusión a  la famosa cuenta de Twitter que tuvo en jaque al edificio entero por ventilar las indiscreciones que se cuchicheaban entre planta y planta: "Sophie se encuentra en él con Anna Wintour y no se atreve a pronunciar palabra para que no sospeche".

No sé yo si las preadolescentes del mundo están al corriente de semejantes vicisitudes, o si les importan, lo que está claro es que tan quiméricos pueden resultar los individuos que aquí se pintan como aquellos con los que lidia Bastian o habitan Narnia.

El libro, presentado estos días en Barney's, se pone a la venta a finales de noviembre.

¿Dónde está Wally? No: encuentre usted a Bill Cunningham.

Judit García-Talavera