Cómo ser madrastra y no morir en el intento
Si formas parte de eso que se ha dado en llamar ‘nuevas familias’, te interesarán estas pautas para no ser ‘la mala del cuento”
“Sol, una treintañera independiente, se está enamorando de Pablo. La historia de siempre si no fuera porque Pablo es el entregado padre de Eva y Teresa, dos niñas de once y ocho años. Tan entregado que tiene su custodia compartida.” Así reza la contraportada de La novia de Papa, que firma Paloma Bravo. Un libro perfecto para ilustrar este artículo, porque la historia ficcionada de Sol es, cada vez más, la historia real de muchos a nuestro alrededor.
En España (según el INE) se disolvieron el año pasado 110.651 matrimonios, así que no es extraño que si aparece en tu vida ...
“Sol, una treintañera independiente, se está enamorando de Pablo. La historia de siempre si no fuera porque Pablo es el entregado padre de Eva y Teresa, dos niñas de once y ocho años. Tan entregado que tiene su custodia compartida.” Así reza la contraportada de La novia de Papa, que firma Paloma Bravo. Un libro perfecto para ilustrar este artículo, porque la historia ficcionada de Sol es, cada vez más, la historia real de muchos a nuestro alrededor.
En España (según el INE) se disolvieron el año pasado 110.651 matrimonios, así que no es extraño que si aparece en tu vida el hombre de tus sueños, lo haga con compañía. En S Moda nos hemos propuesto ayudar en esta ardua tarea a las recién llegadas. Nos servirá de guía Ana Salinas (@AnaPSpsicologa), Psicóloga especialista en infancia, adolescencia y familias.
Vaya por delante que cada familia es un mundo, que la perfección es sólo cosa de las series de Hollywood, y que la varita mágica de la conciliación no existe. No encontraréis mejores aliados para esta travesía que el cariño y la (bendita) paciencia.
En contra: la connotación del término
“Madrastra es una palabra tan horrible…” Me lo decía Pilar (treintañera que convive con su novio y, fines de semana alternos, con la hija de éste) cuando hablábamos sobre su experiencia como ‘madre postiza’. Y es cierto. Aunque todos sabemos que ya no hablamos de esos horribles personajes literarios, aún no ha calado socialmente otro término que les haga justicia.
“Durante años”, señala Ana Salinas, “algunos cuentos han fomentado la visión de madrastra déspota y malvada. Ahora, parece que está cambiando. Existen multitud de películas y series de televisión que muestran diferentes modelos de familias, con hijos de distintos matrimonios que conviven sin más problemas que los habituales de cualquier familia.
Además, en estos y otros medios de comunicación, suelen aparecer otros modelos de madrastra distintos de los que ya conocíamos. Es frecuente, observar a chicas jóvenes que se involucran en este nuevo rol y que intentan ejercerlo con gran ilusión. El concepto de madrastra no es negativo”.
Tu tiempo libre: ese preciado tesoro que tendrás que compartir
Para una persona independiente acostumbrada, por ejemplo, a vivir sola y disfrutar de su soledad el cambio puede resultar desconcertante. Lo que propone Ana: “Empezar a salir formalmente con una persona con hijos/as requiere que comiences a pensar si estás preparada para asumir el rol de madrastra y que seas consciente de lo que significa.
Es fundamental que tu entrada en la vida de los niños sea gradual y que hables con tu pareja acerca de tus sentimientos, miedos y expectativas. Es tu cómplice más importante. Crea tu propio espacio dentro de la casa, vivan los niños con vosotros de forma habitual o esporádica.
Date tiempo para adaptarte y para que se adapten. Plantéate, inicialmente, pequeños objetivos para ti, tu pareja, y los niños. Después, valora qué vas a hacer para intentar cumplirlos. No te pongas metas imposibles ni muy grandes, esto requiere tiempo, dátelo.”
El momento de las presentaciones y el miedo al rechazo
“Todo cambio”, señala la psicóloga, “sea inicialmente bueno o malo, tiende a generar estrés en cualquier persona. Es normal que sientas miedo al rechazo o, incluso, a no representar una autoridad dentro de casa. Recuerda que aunque puedas caerles bien, pueden no querer tenerte cerca de forma inicial. Tu figura les supone la certeza de saber que ya no habrá reconciliación con su madre».
Puede haber variaciones con respecto al trato que tienen contigo, un día bien y otro mal. Entiende que es posible que tengan un conflicto de lealtades: «quiero porque me cae bien y veo a mi papá feliz, pero no puedo porque es la que sustituye a mi madre». Sé sincera en el trato con ellos, los niños detectan muy bien cuando estamos fingiendo.”
Sonrisas y lágrimas: bienvenidos al carrusel de las emociones
Ganada la batalla de la confianza habrá abrazos y risas pero también portazos y berrinches. Llegará la hora inevitable de regañarlos. Una cuestión peliaguda que genera muchas dudas.
Ana sugiere: “Hay que buscar el término medio entre el pasotismo y el entusiasmo impositivo. En un principio, es mejor que observes y que sea el padre quien marque las pautas con ellos. Cuando comprendas de qué manera funciona la familia, podrás actuar de forma más concienzuda.
Cuando decidas intervenir, es fundamental que tu pareja te apoye y no reste autoridad a tus decisiones. Tenéis que ir los dos a una y estar coordinados. Evidentemente no es igual si los niños viven permanentemente con vosotros o sólo algunos fines de semana y por supuesto, también dependerá de la edad de los niños. Deja que te conozcan. Si eres paciente y consistente en tu forma de actuar con ellos, los niños terminarán asumiendo tu autoridad de forma agradable”.
Sí, existen muchas posibilidades de escuchar la temida frase: “Tú no eres mi madre”
Para gestionarlo, Ana aconseja: “En un principio, una madrastra es una persona, generalmente desconocida, que ha ocupado el puesto de pareja de papá. Es normal que, de primeras, sientan cierto rechazo, distanciamiento, celos o nostalgia de lo que era su antigua familia.
No fuerces la situación ni tampoco los compres con regalos. No permitas que te vean furiosa, al actuar así refuerzas su comportamiento y les estás diciendo implícitamente: «me estás alterando, estás consiguiendo lo que quieres, sigue así».
Muestra empatía de la siguiente manera: puedes decir «soy consciente de que esta situación es complicada, supone un cambio importante en nuestras vidas, poco a poco, sigamos comiendo». Al no esperar esa reacción, los dejarás desarmados y poco a poco irán recurriendo menos a esas comparaciones o a esos malos gestos.”
La lotería de los ex
Nos gusté o no, en una relación de este tipo habrá un tercer personaje que aparecerá en escena con mayor o menor protagonismo. Puede ser una persona que nos facilite el camino o que, por el contrario, nos lo haga cuesta arriba.
Ana recomienda: “Si la ex de tu pareja aún no ha aceptado su divorcio, evidentemente lo vas a tener bastante más complicado. Es muy probable que no quiera saber de ti o colaborar contigo.
Es importante que tanto una como otra hagáis lo posible por entenderos. No hace falta que seáis amigas pero sería recomendable que tuvierais una relación cordial.
Los niños/as sufren con las confrontaciones. No la critiques jamás, incluso cuando su propio hijo se está quejando de ella, refuerza o entiende la postura de la madre delante de ellos. Si damos con una persona que no nos acepta, lo mejor es no ‘ entrar en su juego’. No interrogues a los niños sobre lo que pasa o lo que ella dice cuando tú no estás, crearás recelo.”