Carolina Marín: «Tengo una psicoanalista para mi vida personal y otra para la deportiva»

La campeona que ha conseguido que el bádminton hable castellano se estrena como embajadora de Samsung. Charlamos con ella de superación, desigualdad o el implacable poder de la mente.

Carolina Marín.Getty

Oro olímpico con solo 23 años de un deporte que, hasta su llegada a los podios, era completamente residual en España, Carolina Marín entrena para romper barreras. La onubense forma parte de una nueva generación de mujeres deportistas que están dando altavoz a otras disciplinas al ritmo al que se cuelgan (muchas) medallas al cuello. Campeona olímpica en Río, triple campeona mundial y cuatro veces campeona de Europa, nos recibe en el ático de un hotel madrileño mientras todo se prepara para la presentación de su último trabajo: la campaña #somosSMARTgirl de Samsung en la que comparte protagonismo con Sandra Barneda, Blanca Suárez y Nathy Peluso. Acaba de llegar de entrenar (no falta a sus 10 horas diarias) y con el subidón de la pista responde rápida y sin vacilar.

La campeona olímpica en el evento de presentación en Madrid.dr

Te lesionaste hace solo cuatro meses pero ya casi te has recuperado. ¿Qué ha sido lo más difícil? Va todo muy bien y en plazos: la rodilla está mejor y ahora estoy empezando a muscularla. Esperaba más dolor, sufrir más, pero no ha sido así. Sigo siendo muy cauta y sigo pensando que estoy lesionada, pero estoy muy contenta. Ya solo tengo algo de dolor cuando la doblo, pero no en pista. Aún se me hincha un poco, que es algo que aún tenemos que controlar.

En el proceso te han ayudado dos psicólogas, ¿qué papel juega la mente en tus logros? Llevo en Madrid 12 años, me vine a los 14, y desde los 15 trabajo con un psicólogo. Hoy tengo una psicoanalista para mi vida personal y otra para la deportiva. Creo que es muy necesario tener esa ayuda mental sobre todo en un deporte de rivalidad, de uno contra uno. La gente se cree que un psicólogo es para gente que está loca pero eso no es así. Es una persona que te ayuda en tu día a día.

“Es una jugadora muy temperamental”, dicen de ti en tu página de Wikipedia. ¿Crees que utilizarían el mismo adjetivo si fueses un hombre? Creo que es por la competitividad que tengo, por la fuerza y por la garra que muestro en la pista. Ni lo había leído, no entro en mi Wikipedia, pero quizá se pueda decir porque en la pista grito, chillo… hago un poco lo que Rafa Nadal. Puede que si fuera un hombre dirían ‘competitiva’. Pero son características que cada uno expresa como quiere.

Las mujeres representan solo el 36% de los deportistas de élite en España, una cifra lejana a la paridad. ¿Qué queda por hacer? Aún hay que cambiar mucho. Yo intento aportar mi granito de arena y creo que ya lo hice en los últimos Juegos Olímpicos. Precisamente en los dos últimos, tanto en Londres como en Río, nosotras hemos sido las que hemos vuelto con más medallas. Creo que el deporte femenino está avanzando, las mujeres queremos conseguir grandes logros, como han hecho ellos. Y creo que es algo que se irá igualando poco a poco con el tiempo.

Pero sigue teniendo esa coletilla de deporte ‘femenino’, porque el masculino parece que es el universal… Efectivamente, pero poco a poco vamos avanzando. Creo que al deporte femenino se le está apoyando mucho precisamente para que pueda seguir creciendo. Quizá es a nivel medios de comunicación o visibilidad: habría que darle más a la mujer cuando triunfa; igual que al hombre, que cuando triunfa se le visibiliza. Ahí se requiere igualdad.

Eres embajadora de la iniciativa #somosSMARTgirl de Samsung. ¿Cómo afectan las nuevas tecnologías y las redes sociales a tu día a día? A diario, que no tengo tiempo para nada, el móvil me sirve para seguir la actualidad: a través de las redes sociales me entero de todo. Además me permiten ser cercana con la gente que me sigue.

El 53% de sus seguidores en Facebook es indio, ¿por qué conectas tanto con ellos? Creo que les impresiona que una chica de España haya destacado tan rápido en este deporte, que fundamentalmente es asiático. Creo que les he impresionado mucho.

Junto a todas las ventajas, hoy también son frecuentes problemas de ansiedad o autoestima propiciados por el uso abusivo de las redes sociales. ¿Cómo lo gestionas? Siempre habrá comentarios buenos y comentarios malos. Yo por ejemplo recibo información de todo tipo: tengo suerte y quizá sea un 90% buena y un 10% mala. ¿La mala? Pienso que es la opinión de esas personas y la acepto, que cada uno tiene la suya. Intento no tomármelo mal pero a veces, aunque suena fácil, es difícil. En este sentido lo tienen peor los jugadores de fútbol, porque son los más expuestos y por ello también los que más críticas reciben. Yo no tengo ni esa exposición ni tampoco esas críticas.

Carolina Marín, protagonista de la última campaña de Samsung.dr

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes del bádminton? La mala leche que me salía cuando jugaba ya siendo muy muy pequeña.

¿Pero qué te animó a elegir un deporte tan poco común en España? Yo hacía flamenco y descubrí el bádminton gracias a la amiga con la que iba a clase, que ya lo practicaba. Un día me fui con ella al polideportivo que tenemos allí al lado de casa en Huelva y recuerdo que me sorprendió mucho el deporte. Lo normal es ver una raqueta de tenis y una pelota, pero ver ese volante, esa raqueta alargada… esas rarezas fueron lo que me atrajeron esa primera vez.

¿El polideportivo es ese que ahora lleva tu nombre? [Risas] No, el que lleva mi nombre es el palacio de los deportes.

Ya tienes un centro a tu nombre, eres campeona olímpica, triple campeona mundial y cuatro veces campeona de Europa. ¿Cómo mantienes la motivación cuando has conseguido todo? El mayor sueño de un deportista es ser campeón olímpico, así que después de ganar en Río llegó la pregunta: ‘¿Y ahora qué? ¿Cómo me motivo?’. Pasamos unos meses, casi un año, muy complicados. Me lesioné, que me desmotivó más… Salí de ahí porque al final, aunque el bádminton sea un deporte individual, trabajas con un equipo y nuestro objetivo era ser los mejores de la historia. Y para eso aún nos quedan dos mundiales más y otros Juegos Olímpicos. Ahí está mi motivación hoy.

Así que, pese a la lesión, ya tienes puesta incluso la vista en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020… Sin ninguna duda. Tengo varios torneos antes, sobre todo para la clasificación para los JJ.OO., pero mi objetivo sigue siendo Tokio.

¿Y después? Ni lo quiero pensar. Prefiero disfrutar del presente, seguir viviendo de esto y aprovecharlo al máximo.

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