¿Qué tienen los estampados de esta firma francesa que adoran las ‘celebrities’?
Sus coloridos dibujos pintados a mano, que lo mismo retratan el kamasutra que a Karl Lagerfeld, han llegado a armarios tan selectos como el de Kate Moss o Elle Fanning.
A G. Kero las tendencias le importan un pimiento. Esta pequeña marca francesa no necesita seguir los dictados de la pasarela para vender camisas estampadas como churros. Ni para convencer a la mismísima Kate Moss de que sus coloridos estampados sobre fondo blanco son dignos de su codiciado armario. Jennifer Lawrence, Cara Delevingne, Elle Fanning, Caroline de Maigret, Emily Ratajkowski, Marion Cotillard o Christina Aguilera tampoco le hacen ascos y ya han lucido sus diseños en varias ocasiones. Estampados d...
A G. Kero las tendencias le importan un pimiento. Esta pequeña marca francesa no necesita seguir los dictados de la pasarela para vender camisas estampadas como churros. Ni para convencer a la mismísima Kate Moss de que sus coloridos estampados sobre fondo blanco son dignos de su codiciado armario. Jennifer Lawrence, Cara Delevingne, Elle Fanning, Caroline de Maigret, Emily Ratajkowski, Marion Cotillard o Christina Aguilera tampoco le hacen ascos y ya han lucido sus diseños en varias ocasiones. Estampados divertidos, fabricación europea y apoyo por parte de las celebrities más imitadas del mundo son las claves de su éxito. Pero, ¿cómo es posible para una marca tan pequeña llamar la atención de personalidades de la talla de las anteriores? «Cuando haces algo de verdad siempre hay alguien dispuesto a escucharte. Supongo que las celebrities eligen una prenda entre los millones de regalos que reciben cada año y que están contentas cuando ven algo realmente original, que además es bonito, divertido y provocador. Creo que estarán aburridas de lo de siempre y que cuando encuentran una camisa como las nuestras sienten que es única. Quieren ser las primeras en llevarla para presumir», confiesa a S Moda Marguerite Bartherotte, diseñadora de la firma.
Esta marca francesa especializada en prints pintados a mano nació en 2011 de la mano de los hermanos Marguerite y Philippe Bartherotte. Ella estudió arte en la prestigiosa escuela belga La Cambre. Él era un periodista cansado de su trabajo que lo dejó todo para mudarse a Río de Janeiro. Allí fue donde en 2007 decidieron transformar sus talentos en negocio. Marguerite se enfentó al blanco de las camisas como si a un lienzo vacío se tratase y, tras la buena acogida de sus ideas, el surtido se ampliaba a vestidos, faldas, pantalones y chaquetas. Los cortes sencillos confeccionados a mano en un taller de Portugal se enriquecen gracias a ilustraciones que a pesar de parecer naïf, lo mismo se atreven con el kamasutra en versión camisa (uno de sus grandes hits) que pintan a Karl Lagerfeld y a François Hollande esquiando o rinden homenaje a Bowie (antes de la epidemia de diseños inspirados en él tras su muerte). Un estilo estético reconocible y altas dosis de ironía y provocación que no han pasado desaparecibidas para las principales publicaciones francesas e internacionales. Le Monde, el Vogue francés o Madame Figaro no dudaron en apostar por el proyecto y parece que no se han equivocado.
«Me inspira todo lo que está a mi alrededor, desde un niño que pasa por mi lado, hasta una pareja homosexual que está en frente de mi, el perro que tienen al lado, las playas de Ipanema o los animales salvajes», nos cuenta la diseñadora. Todo su universo queda perfectamente representado en prendas en las que habitan aves, surfistas, bailarinas o chicas en topless. «Me gusta cuando la ropa puede provocar reacciones fuertes y agitar a quienes tengo a mi alrededor. Esa es la clave de mi trabajo y el sexo está en mi camino. El sexo da que hablar, no es que quiera utilizarlo pero sí compartir mi punto de vista. El sexo está detrás de todo y, sin embargo, nunca vemos un pene en una camisa. ¿Por qué no mostrarlo? Ese es el propósito de la camisa kamasutra. Quería que fuera obvia sin ser obscena y creo que esa ha sido la clave de su éxito. ¿Es graciosa la pornografía? Normalmente no pero en esta camisa resulta divertida. Estoy orgullosa de eso», explica la mente creativa de G. Kero (el nombre de la marca proviene de Giselle Kérozène, pseudónimo con el que la artista es conocida en la escena musical francesa de la que también forma parte).
Además de la provocación como factor diferenciador y llamativo, la creciente popularidad de esta firma se debe a sus ediciones limitadas y a sus precios asumibles (sus camisas rondan los 140 euros y las camisetas los 70). Sus diseños se comercializan en 200 tiendas en 24 países y templos del lujo online como Net-a-porter también han confiado en estos hermanos emprendedores. Tal está siendo su repercusión que, a pesar de que todas sus prendas están marcadas con un número de serie que las hace únicas, otras marcas no han dudado en copiar el estilo de sus inconfundibles ilustraciones. La propia Lena Dunham la lió luciendo una de estas versiones falsas en su cuenta de Instagram. «Estoy segura de que no sabía que lo que llevaba era una falsificación. Hemos sido copiados por muchas marcas y jamás lo hemos considerado como un honor o reconocimiento. Han llegado incluso a imprimir nuestro logo en las imitaciones. Es una pesadilla porque al ser una firma pequeña la gente ni siquiera sabe que se trata de una plagio. La prensa habla de tus ideas sin atribuirlas y sientes que te están robando tu identidad», se lamenta la diseñadora.
Parte de su éxito se debe al buen rollo que desprenden sus prendas y al cuidado con el que se fabrican. «Pinto a mano cada dibujo en una hoja de papel o directamente sobre la tela. Después se escanean y se vuelven a repintar. Trabajo como si estuviera preparando una exposición de arte que después la gente llevará por las calles de todo el mundo», detalla Bartherotte. Aunque su identidad resulte, a priori, bastante femenina, sus prendas están pensadas como unisex y transgénero. «No es una reivindicación, es una acción», comenta la diseñadora. «Me gustaría que las chicas que las lucen les digesen a los chicos de su alrededor ‘hey, mira, soy una chica, mira lo que estoy haciendo y lo que llevo puesto’ y que ellos le contestasen ‘yo quiero llevar lo mismo'».
La fotógrafa francesa Alice Moitié, responsable de todas sus campañas, es la encargada de plasmar el potente ADN de la marca en unas imágenes tan coloristas como sus diseños de camisas estampadas. La artista, que ha trabajado para publicaciones internacionales de prestigio y firmas como & Other Stories o Adidas es capaz de reflejar el espíritu de G. Kero en escenarios tan dispares como Menorca e Islandia. Las modelos siempre posan rodeadas de animales y naturaleza, dos de las principales inspiraciones y señas de identidad de la casa. «Me gustan los animales desde que tengo uso de razón. Mi hermano y yo crecimos en un lugar salvaje de la costa atlántica rodeados de gatos, perros, pájaros, caballos, conejos, gallinas… La naturaleza nunca desprecia un color, es mi maestra. Al fin y al cabo la idea de la marca nació en una playa brasileña», cuenta la autora de los ya famosos diseños.
Así, bebiendo del allure francés y de la alegría tropical a partes iguales, cuidando los materiales que utilizan (algodón, cashmere, seda) y el proceso de fabricación; estos dos hermanos han conseguido hacerse un hueco en la difícil industria de la moda. Y siguen trabajando juntos día a día para seguir innovando y sorprendiendo. «Él es quien pone los pies en el suelo cuando yo me disperso y me pongo a bailar. Podría pasar todo el tiempo dibujando y dibujando porque nunca considero que esté acabado. Voy enseñando mis ilustraciones a mi hermano Philippe y, tras valorar sus ideas y sugerencias, damos forma a la colección», explica la creativa. Con esta fórmula han conseguido llegar a los armarios de las más ávidas consumidoras de tendencias. Y ya no hay quien les pare.