Cameron Howe, la nueva heroína de la televisión

Lo sentimos Lisbeth Salander, la protagonista de ‘Halt and Catch Fire’ es la nueva programadora punk a la que seguir la pista.

Tina Rowden/AMC (©AMC/courtesy Everett Collectio)

Los que vivan alejados de las leyes del código informático desconocerán que 'Halt and catch fire' (HCF) es una orden (un guiño geek algo burlón) que idearon los programadores de los inicios de la infomática para alertar de que el sistema se estaba volviendo loco. También es el nombre de la serie de la AMC (el mismo canal de Mad Men o Breaking Bad) erigida en el nuevo fenómeno de la temporada. Hace una década puede que nadie hubiese apostado por una serie cuya trama se centrase en el desarrollo de un ord...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los que vivan alejados de las leyes del código informático desconocerán que 'Halt and catch fire' (HCF) es una orden (un guiño geek algo burlón) que idearon los programadores de los inicios de la infomática para alertar de que el sistema se estaba volviendo loco. También es el nombre de la serie de la AMC (el mismo canal de Mad Men o Breaking Bad) erigida en el nuevo fenómeno de la temporada. Hace una década puede que nadie hubiese apostado por una serie cuya trama se centrase en el desarrollo de un ordenador alternativo y más avanzado que los de Apple o IBM. ¿Hay algo menos sexy o apasionante que ver a un equipo de outsiders diseccionando placas base, elucubrando códigos ROM BIOS y picando código en un ordenador del pleistoceno?, se hubiesen preguntado los directivos de una cadena. Ahora, que vivimos en la era de la retronostalgia y los 80 han dejado de ser esa década para olvidar de hombreras y excesos, el aterrizaje de la serie no podía ser más idóneo. Juegos arcade, una banda sonora plagada de joyas de la electrónica y un montón de geeks luchando contra el monopolio empresarial. Una joya, vamos.

Con un casting liderado por Lee Pace (un Nicholas Cage más adonis y con más pelazo al que ya vimos en Criando Malvas o El Hobbit) y un potente Scoot McNairy (Argo, Mátalos suavemente), la verdadera estrella de este triángulo protagonista es la hasta ahora desconocida Mackenzie Davis y su personaje, Cameron Howe, una programadora punk, rebelde e irreverente que ha llegado en el momento adecuado para aupar a un nuevo girl crush televisivo. Aquí, los motivos.

Es la evolución perfecta de la heroína que triunfó en los 80.

Tal y como recordaba Molly Lambert en Grantland, la incursión de un personaje como el de Howe vuelve a reivindicar a esas mujeres que aparecieron en pantalla en los 80, heroínas "sobradamente preparadas sin tener que ser hiperfemeninas ni estar perpetuamente sexualizadas". Hablamos de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) y de personajes que llegarían después como Sarah Connor (Terminator), Pris (la replicante de Blade Runner) o la inclusión del mito de la heroína cyberpunk, la razor girl. Cameron Howe es una mezcla de todas ellas, una evolución necesaria del mito que dibujó Lisbeth Salander, pero menos huidiza y atormentada que el personaje que Stieg Larsson ideó en la trilogía Millenium.

AMC

Llega para hacer justicia a las mujeres hackers.

Halt and catch fire es una evolución adulta del 'mira qué freaks y qué graciosos son los infomáticos', esa estampa con la que tanto nos hemos reído los últimos años gracias a The IT Crowd o Silicon Valley. Con menos estereotipos y con personajes más poliédricos, la serie de la AMC es capaz de demostrar que las mujeres pueden programar, tener esa superioridad intelectual que Cañete veía imposible en las europeas o salvar el culo a todo un equipo (masculino) en crisis. Algo imposible en los dos populares shows que hasta ahora habían copado la ficción sobre informáticos.

Quien haya visionado la serie también habrá aplaudido al ver cómo se hace justicia histórica. Howe está empeñada en llamar a su ordenador Lovelace y aunque sus compañeros se ríen pensando que lo hace por la estrella porno Linda Lovelace (protagonista de Garganta Profunda), ella lo hace por la matemática Ada Lovelace, hija de Lord Byron considerada la primera programadora de la historia. Digno de mención también es el momento en el que se recuerda la genialidad de Grace Hopper o el papel de Kerry Bishé interpretando a Donna Clark, una supermujer que puede con todo.

AMC

Aporta frescura con un estilo diferente.

Posiblemente Patricia Field chilla aterrorizada cada vez que la ve en pantalla y no sabemos qué pensará Janie Bryant de todo esto, pero el despreocupado estilo de Howe es más actual de lo que uno podría pensar a primera vista. Ella, que es el desastre estilístico personalizado, es todo un filón para estos días en los que el normcore y la antitendencia lo acaparan todo. El armario de Howe parece salido de una tienda de segunda mano que vende ropa al peso. Viste prendas militares, monos de aviador, jerseis deshilachados y camisetas de algodón. Su despeinado pixie recuerda al de Mary Stuart Masterson en Una maravilla con clase, aunque en palabras de Mackenzie Davis a Vanity Fair es "como si se hubiese cortado el pelo en el baño de su casa y teñido hasta conseguir ese color sucio". Kimberly Adams-Galligan es la responsable de su vestuario en la serie y tal y como contó en el mismo artículo: "ella es un poco andrógina con su pelo y su ropa, pero también desprende mucho sex appeal". 

AMC

James Minchin III/AMC

Uno de los ‘fashion sheets’ sobre el estilo de Howe en el rodaje de la serie.

AMC

Escucha buena música.

Howe pica código con punk ensordecedor y se pasa la vida escondida bajo los auriculares de su walkman. Si la banda sonora de la serie ya es un regalo de por sí (hemos escuchado a Gary Numan, The Clash o Suuns y los títulos de crédito, a cargo de Trentemøller, son altamente adictivos), tampoco tiene desperdicio el playlist oficial de Cameron Howe en Spotify (la AMC ha creado uno para cada personaje). ESG, The Slits, Buzzcocks, Cocteau Twins, The Cure, Gang of four, Blondie, Mo-Dettes… Una maravilla.


A la actriz que la interpreta deberías seguirle la pista

Fuera de la pantalla, Cameron Howe es Mackenzie Davis, una actriz canadiense hija de los fundadores de la firma de cosmética capilar AG, bastante más adicta a la moda que su personaje (la hemos visto en el desfile crucero de Louis Vuitton) y con tímidas participaciones en títulos indie como Tocando fondo (esa película en la que Aaron Paul y Mary Elizabeth Winstead se beben hasta el agua de los floreros) o el bromance de Zac Efron en That Awkard moment. Este verano estrenará en EE UU, What if, la comedia romántica de Daniel Radcliffe y Zoe Kazan (una especie de 500 días juntos versión edulcorada y entre mejores amigos) en la que interpreta a la novia de Adam Driver, el good bro catódico por antonomasia. Viendo sus resultados en Halt and catch fire, está claro que Davis dará mucho que hablar. Solo es cuestión de tiempo.

Mackenzie Davis en el desfile de la colección crucero de Vuitton y en dos recientes estrenos.

Getty

Archivado En