Camela, Alazán y Las Negris: la revolución A.d.R (Antes de Rosalía)

Han sido muchos (y buenos) los cantantes y grupos de música flamenca y fusión que han sentado precedente. Y aún hoy, son una referencia difícilmente sustituible.

Ellos son Camela: Ángeles Muñoz lleva body de WOLFORD, leggins de MARINA RINALDI, gabardina de organza de 44STUDIO y zapatos de charol de PURA LÓPEZ. Dioni Martín viste look de 44STUDIO y botines de JIMMY CHOO.Antartica

El auge de artistas como Rosalía o Soleá Morente y sus colaboraciones con grupos de música de otros tiempos pone de manifiesto el respeto a sus antecesores que, por cierto, no se han retirado. Todo lo contrario: no solo cumplen como referentes, además siguen dando ejemplo de cómo reinventarse.

CAMELA
«Con solo escuchar los tres primeros compases sabes que somos nosotros», dice con orgullo Dionisio Martín Lobato. «Camela suena a Camela», añade Ángeles Muñoz Dueñas. Llevan una vida juntos. Como compañeros de escenario y cuñados. «Yo era una niña cuando él se vino a vi...

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El auge de artistas como Rosalía o Soleá Morente y sus colaboraciones con grupos de música de otros tiempos pone de manifiesto el respeto a sus antecesores que, por cierto, no se han retirado. Todo lo contrario: no solo cumplen como referentes, además siguen dando ejemplo de cómo reinventarse.

CAMELA
«Con solo escuchar los tres primeros compases sabes que somos nosotros», dice con orgullo Dionisio Martín Lobato. «Camela suena a Camela», añade Ángeles Muñoz Dueñas. Llevan una vida juntos. Como compañeros de escenario y cuñados. «Yo era una niña cuando él se vino a vivir a San Cristóbal [de los Ángeles, un barrio del distrito de Villaverde, al sur de Madrid], al bloque de al lado. Se encaprichó con mi hermana y se hicieron novios», recuerda Ángeles. «Los fines de semana ella se ponía a cantar conmigo, de ahí la idea de hacer las primeras maquetas», apunta Dioni. Fue a principios de los noventa; ella trabajaba en una tienda de encuadernación y él en la venta ambulante y haciendo portes. Se unieron a Miguel Ángel Cabrera (fuera del grupo desde 2013) y en 1994 grabaron Lágrimas de amor. «Vendimos un millón de copias sin el apoyo de los medios. ¿En mercadillos, gasolineras y expositores? «Sí, era una compañía independiente, y ese era su circuito de venta», explica Dioni.

Ángeles Muñoz lleva body de WOLFORD.Antartica

Desde entonces, los casetes y el boca a boca han llevado a Camela por toda la geografía española. «Rebobinamos y vemos que en estos 25 años ha pasado todo muy deprisa. Muchos conciertos, viajes…», señala Ángeles. «Entonces había mucha gente reacia a poner nuestra música, pero ya no están en los medios y han sido sustituidos por otros con mentes más abiertas», reflexiona Dioni. Su público siempre ha sido fiel. «Vendíamos muchas más copias que muchos artistas de multinacionales. Las Spice Girls fueron número 1 en todo el mundo menos en España, que lo éramos nosotros», subraya satisfecha su compañera. «Es el fenómeno social Camela», zanja Dioni.

Ahora se reivindica su legado: en 2017 cerraron el festival indie Sonorama, el pasado abril tuvieron llenazo en el WiZink Center de Madrid, donde actuaban por primera vez. «Somos de dos o tres generaciones mínimo. Nuestros fans vienen con sus hijos, que se saben las canciones mejor que los padres», analiza Ángeles. Y lo han logrado a base de «canciones de amor y desamor», destaca. Pero también con temas comprometidos como la denuncia de la violencia de género. «Es una inyección de ánimo para que esas personas den un paso adelante en su vida y digan ‘hasta aquí’. Es un problema social, es la lacra que tenemos hoy día», subraya Dioni. No suelen hablar de política, pero recalcan la importancia de la unidad: «Cuanto mejor nos llevemos todos, mejor va a ir el país, la vida y la salud incluso. ¿Qué adelantas con no estar de acuerdo? Se pueden discutir ideas y demás, pero no al extremo de la separación, que la vida son dos días», dice Ángeles. «Cada uno puede tener sus ideales, pero se respeta, se dialoga, se habla», apostilla Dioni.

Dioni luce gabardina y pantalón blancos de algodón técnico.Antartica

Esa conversación también es fundamental en su música, que bebe del flamenco, la rumba y el tecno. «Hay fusiones que son increíbles. Rosalía cantó el Me quedo contigo de Los Chunguitos y se sentía como pez en el agua», opina Dioni. «Son mezclas nuevas y me parece muy bien que salgan, cuantas más haya mejor», apoya Ángeles. La libertad es una máxima para Camela, algo que han subrayado disfrazándose de piratas y de vaqueros en sus vídeos (ocho de ellos dirigidos por J. A. Bayona) o actuando en el Orgullo Gay. Siempre contra los estereotipos. Lo recalca Dioni, quien además es el tío de Zaira Romero, una de las protagonistas de Carmen y Lola, la premiada película sobre lesbianas gitanas: «Nosotros no hemos tenido prejuicios. Hay que abrir las mentes, el respeto. Donde otros ven polémicas, veo una historia de amor».

Rocío lleva bata con flecos de Betolaza, sandalias de Stuart Weitzman, pendientes de AmEn y gafas de POLICE.Antartica

LAS NEGRIS
María, Remedios y Rocío ya correteaban por las plazuelas y corralas del barrio de Lavapiés en una de las mejores épocas del flamenco madrileño. «El Cigala iba detrás de una de mis hermanas», explica con cierta sorna Remedios. Las Negris pertenecen a uno de los clanes más respetados y alabados de la historia del cante reciente: los Heredia. Ray Heredia marcó el camino a seguir, a comienzos de los noventa, con Quien no corre vuela, producido por Teo Cardalda y editado por Nuevos Medios, el influyente y no suficientemente reivindicado sello de los insignes Mario Pacheco y Cucha Salazar. Su muerte prematura dejaría huérfana a una enorme generación de jóvenes flamencos. Su familia, sin embargo, sí ha sabido dotar al flamenco de nuevos significados. Un ejemplo es Enrique Heredia, fundador de La Barbería del Sur. También Las Negris, para quienes las relaciones de consanguinidad lo han sido todo. «Estamos eternamente agradecidas a nuestra madre, La Cheli, de la saga de los Montoyita. También, por supuesto, a nuestro primo Antonio Carbonell».

Ellas tienen claro que hoy día se vive un momento especialmente dulce. «Estamos muy bien. Aunque nosotras hemos vivido situaciones en el pasado realmente buenas», explican las tres a coro. Se remontan a comienzos de los 2000. Fueron unos años muy buenos, en los que desde una posición aparentemente secundaria –grabando coros– protagonizaron colaboraciones esenciales con algunos de los artistas más grandes del momento. «Cuando estábamos con Enrique Morente, Joaquín Sabina nos llamaba para que fuéramos al estudio de al lado a meter unas voces. Y en esas aparecía Ana Belén para cantar con nosotras», continúan relatando. Morente, el revolucionario, fue el culpable de que ellas ampliaran sus miras hasta cotas insospechadas. Las Negris han colaborado con Lenny Kravitz, Rosario Flores, Lolita, Pitingo, José el Francés o Pastora Soler. «Nunca nos hemos quedado estancadas», confiesan.

Remedios luce gafas de sol de POLICE y aro de AmEn.Antartica

«La actual ola de feminismo se vive con mucho entusiasmo y responsabilidad», explican sin dejar pasar por alto que, antes que ellas, otras féminas enarbolaron la bandera de la igualdad en el universo flamenco. «Nuestros referentes son mujeres valientes que han roto barreras y han luchado para llegar a este punto. Chavela Vargas, Lola Flores, Las Grecas, Carmen Amaya», enumeran. La lista es larga e incluye hoy a Estrella y Soleá Morente, Niña Pastori, Carmen Linares o Vanesa Martín. «Somos muchas y tenemos mucho que decir. Nunca es suficiente. El flamenco se lo merece», expresan al unísono.

Las Negris colaboran en grabaciones de flamenco contemporáneo y mantienen una intensa agenda de actuacionesen directo.Antartica

La llamada de Rosalía –ellas participan en Malamente, Que no salga la luna y Di mi nombre, tres de los hits de El mal querer– las ha vuelto a poner de actualidad. «Fue una sorpresa», explican. «Estábamos ensayando con Estrella Morente y nos contactó Javier Liñán, director de El Volcán Música. Él fue el culpable de que colaborásemos con nuestra querida Rosalía. Estamos muy agradecidas de que se acordara de nosotras. Ha sido una experiencia increíble y esperamos que se repita más veces». Las Negris, a partir de sus diferentes colaboraciones, han simbolizado una forma de relacionarse con los sonidos del flamenco menos acomodados. Ellas, desde hace más de 20 años, se encuentran a la vanguardia si hablamos de alianzas y buen ojo con el mundo del pop. Por eso, cuando se les pregunta por aquellos que piensan que el flamenco es algo inamovible, lo tienen claro: «Desde sus orígenes, el estilo siempre ha estado en movimiento. El flamenco es universal, abraza a todas las culturas y a sus sonidos. La prueba más evidente de ello es Omega, la obra maestra en la que tuvimos la suerte de participar de la mano de su creador, Enrique Morente».

Encarni Salazar viste mono color coral de Chiara Boni y sandalias doradas de Pura López. A la dcha., Sara Salazar lleva vestido con flecos de Chiara Boni.Antartica

ALAZÁN
El verano del año 2000 fue diferente para Encarni, Sara y Aroa. El 1 de julio, Alazán, el grupo que acababan de formar, ganaba el Festival de Benidorm con la canción Alcanzarás la luna. El certamen supuso un verdadero trampolín para lo que ya era un éxito en ciernes. El trío, que unos meses antes había presentado su disco de debut, irrumpió en el firmamento del pop aflamencado por todo lo alto. «Hicimos ochenta y tantos bolos. No paramos ni un instante. Y cuando llegábamos a casa hacíamos televisión o prensa. Era lo que había antes», rememoran Encarni y Sara, ya sin Aroa, quien abandonaría el grupo en dos ocasiones. La última, hace solo dos años, tras firmar un contrato para entrar en Supervivientes con Encarni y echarse atrás en el último momento. Por eso no resulta extraño que no quieran comentar la participación en esta edición de reality de Mediaset de otra rama de la familia: Azúcar Moreno.

Alazán es un referente imprescindible para ahondar en las raíces de un fenómeno musical, la mezcla entre lo latino y lo flamenco, que hoy está en boca de todos. A lo largo de dos décadas, el dúo ha imprimido sabor y personalidad a éxitos bailados sin parar en ferias y chiringuitos de toda la península. Suyos son también rompepistas como Los latidos del corazón, Más de un millón, Quítame la ropa o ¡Ay, qué calor! «Nosotras hemos abierto el camino para otros artistas», destacan con orgullo. «Rosalía, de alguna manera, funciona porque es algo diferente. Hoy día se mezcla el flamenco con el trap y el reggaeton». Las dos comentan y alaban el buen gusto de una artista que ha sabido ver más allá del purismo. «A nosotras también nos decían lo mismo: ‘No sois flamencas».

Desde luego, el comentario sorprende si se tiene en cuenta su árbol genealógico. Su tío ha sido Porrina de Badajoz, un gigante del cante jondo, y su unión con la rumba más suburbial viene por parte de Los Chunguitos, de los que Sara es hermana. Azúcar Moreno terminan de completar la estirpe. «Nosotras crecimos en el Puente de Vallecas, en la casa de la familia Salazar», revelan las madrileñas. «Tenemos recuerdos muy bonitos. Como cuando venían Los Chunguitos de alguna gala y se ponían a tocar». Ahora las dos viven en Aranjuez, casi puerta con puerta. «Nos queremos mucho. Desde pequeñas nos hemos subido juntas a un escenario. Cuando una no está es como si a la otra le faltara el aire», afirman estas dos primas, casadas y con hijas, que quedan todas las mañanas para desayunar juntas.

Mientras, siguen preparando el aniversario más sonado de toda su carrera. «No todos los grupos actuales tienen la suerte de poder anunciar que llevan 20 años al pie del cañón», adelantan. Habrá temas nuevos y versiones de sus éxitos de siempre, que aún suenan muchas noches en clubes de ambiente, donde todavía son las reinas. «Vamos mucho por Chueca, se han volcado con nosotras. Los flamencos y los gais somos como primos hermanos», comentan. ¿Se sienten interpeladas por el feminismo? «El papel de la mujer tiene que ir evolucionando», responden. «Salen muchas mujeres, pero aún deben aparecer muchas más». También ensalzan Carmen y Lola, una de las películas más rompedoras de 2018. «Nos encanta», explican. «Representa un aire de modernidad. Ayuda a aquellas lesbianas que han nacido en familias gitanas a normalizarlo».

Las Alazán, como el filme dirigido por Arantxa Echevarría, tratan con naturalidad muchas de las inquietudes actuales de la etnia gitana. Por eso, aunque su sonido apunta cada día más hacia el pop, no olvidan su esencia urbana. «Nosotras somos muy de barrio. Nos gusta lo auténtico y natural» .

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