Bolsos cómic ¿realidad o ficción?

Las diseñadoras chinas Chay Su y Rika Lin comenzaron a jugar al despiste óptico en 2010. Ahora, sus creaciones causan sensación en más de 25 países.

Jump From Paper

Por mucho que se miren y vuelvan a mirar los bolsos de la firma Jump From Paper, no termina de quedar claro si son ilustraciones digitales al más puro estilo cómic o verdaderos bolsos reales en los que guardar tus cosas mientras dejas boquiabierto a más de uno (y de dos). Lo cierto es que la segunda repuesta es la correcta. El uso estratégico de líneas negras gruesas, juego de ángulos y de colores son las claves para conseguir este efecto.

Las artífices de este tram...

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Por mucho que se miren y vuelvan a mirar los bolsos de la firma Jump From Paper, no termina de quedar claro si son ilustraciones digitales al más puro estilo cómic o verdaderos bolsos reales en los que guardar tus cosas mientras dejas boquiabierto a más de uno (y de dos). Lo cierto es que la segunda repuesta es la correcta. El uso estratégico de líneas negras gruesas, juego de ángulos y de colores son las claves para conseguir este efecto.

Las artífices de este trampantojo óptico son las diseñadoras chinas Chay Su y Rika Lin. Su andadura comenzó como una pequeña aventura en 2010 pero actualmente su proyecto causa sensación en más de 25 países en todo el mundo. Bolsos, bandoleras, mochilas, monederos o fundas para aparatos tecnológicos pensadas para un público femenino y masculino conforman la divertida oferta de la firma. Y, además, sus precios no son disparatados: desde los 30 a los 150 euros.

“Nos encanta confundir a la gente, pero más aún, nos gusta ver cómo se parten de risa cuando se dan cuenta de que son bolsos reales”, confiesan las creadoras. La inspiración les vino una tarde, cuando intentaban diseñar el bolso de sus sueños, un bolso que representara su filosofía, “¿por qué tomarlo todo tan en serio?”. Con sus diseños, pretenden animar a la gente a que deje volar su imaginación, y sobre todo, contagiar buen humor.  

Imágenes de su colección ‘Time Machine’ inspirada en los años 50.

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La filosofía de la marca apuesta por el buen humor y el espíritu creativo.

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La ilusión óptica se materializa en bolsos, bandoleras, mochilas, monederos y fundas para aparatos tecnológicos.

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El lema de su última campaña es «I give myself permission to be me» (me doy permiso para ser yo).

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Las colecciones de la firma se dirigen a mujeres y hombres.

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